Convivir con perros o gatos es una de las circunstancias más felices y significativas, debido a la compañía, cariño y lealtad que se genera con el vínculo y que ellos desiteresadamente ueden brindar.
Los animales de compañía pueden ser fundamentales para la vida del ser humano, teniendo en cuenta la protección, ayuda y amor que representan y pueden brindar.
Uno de los puntos más importantes es el cuidado y dedicación que se debe tener para con ellos, teniendo en cuenta sus necesidades y requerimientos de atención específica en el día a día.
Los perros y los gatos deben ser correctamente alimentados, atendidos, y bañados, de manera que conserven un buen estado físico y emocional.
Entre las inquietudes que más surgen entre quienes conviven con perros y gatos es si se debe bañarlos, cada cuanto hacerlo, cómo, y con qué se debe bañarlos de forma correcta, evitando lastimarlos, causarles daños o complicaciones de salud.
En el caso de los gatos, si no ha habido oportunidad de acostumbrarlos sin stress desde cachorros es mucho más sano y adecuado abandonar la empresa de querer bañarlos ya que la necesidad no es tan destacada como en el perro.
En cuanto a los perros, el tema es un poco diferente, ya que sus necesidades de baño varían según su raza, tipo de pelo y condición.
Los baños pueden ser inclusive terapéuticos y en ese caso la periodicidad, la forma y los insumos a usar quedan reservados a la prescripción del médico veterinario actuante.
La necesidad de bañar a un perro sano depende de las condiciones o las situaciones a las que se expone, por lo que lo recomendable es una frecuencia quincenal o mayor , según las variables apuntadas.
En cuanto a las condiciones debe usarse agua templada y no siendo recomendable exponer al animal a temperaturas extremas.
Un truco para facilitar el baño y lograr un acostumbramiento placentero es acariciar al animal y darle recompensas agradables como por ejemplo golosinas para perros por su buen comportamiento durante el evento. Este incentivo ayuda a tranquilizarlo y a que el animal se acomode a las condiciones.
Por último, es importante utilizar productos adecuados y que no causen daños al perro, cuidando resguardar los ojos y las orejas.
No deben usarse en el perro jabones alcalinos, como el jabón blanco (el de la ropa) ya que el pH de la piel del perro es ácido a diferencia del pH del cuero cabelludo humano que es esencialmente alcalino.
Esto es lo que inhabilita el uso de champús humanos por suaves que sean y determina optar taxativamente por los especialmente formulados para animales.
Para finalizar es fundamental secarlos bien usando toallas en cantidad, para luego recurrir a las turbinas profesionales o secadores y finalmente al aire libre.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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