Cuando llegan las vacaciones quienes convivimos con animales de compañía, es posible que tengamos que tomar una decisión muy importante: viajar con ellos o buscar quién y cómo los cuidará en ese período.
Podemos recurrir a la ayuda de familiares y amigos, para que se hagan cargo de nuestros animales pero la decisión que es una responsabilidad excesiva o muy gravosa hace necesario seleccionar un pensionado o guardería, tratando de elegir la más adecuada y conveniente para el cuidado de nuestros afectos cercanos.
Esta selección no es una decisión ni sencilla ni de poca trascendencia ya que implica una gran responsabilidad y un enorme compromiso, si hablamos de quienes pensamos que los perros y los gatos son parte de la familia.
Por ese motivo, elegir dónde dejarlos requiere cierto tiempo y algo de conocimiento.
No nos dejemos guiar por Internet, sus páginas o sus redes. Ni siquiera aceptemos recomendaciones personales de gente de nuestra confianza, ya que es imprescindible para poder elegir visitar personalmente el lugar donde depositaremos nuestros afectos animales cercanos.
La sugerencia más coherente, si es que fuera posible, es generar breves estadías en el lugar elegido; primero una mañana, luego un día, para evaluar, del mismo modo que lo hemos hecho con nuestros hijos y su jardín de infantes, la adaptación de nuestros animales a ese lugar y su entorno.
Habrá perros que se adapten a todo tipo de situaciones, e incluso que disfruten de su estadía en un lugar en el que probablemente cuenten con mayor espacio para correr y jugar. Pero, en otros casos, les costará la separación, el nuevo ambiente transitorio y la novedosa y diferente convivencia.
Es imprescindible verificar cuántos animales están alojados en el lugar y en qué estado se encuentran las instalaciones.
Una serie de puntos destacados a evaluar son el ambiente general, la limpieza, la oferta de recreación, los paseos internos, el tamaño, el diseño y material de los caniles.
Debemos inspeccionar el aspecto del agua de bebida, que deberá ser limpia y fresca y tratar de que la comida sea provista por nosotros para no cambiar ninguna rutina alimenticia.
La organización de la guardería resulta muy importante siendo un factor a favor la existencia de lockers, cubículos o algo semejante para cada perro alojado, donde se guarden sus pertenencias, su alimento, su ficha, el teléfono para ubicar al tutor y el de su veterinario de confianza, por cualquier eventualidad.
Por supuesto es necesario conocer cuáles y cuántas serán las actividades recreativas, sobre todo con perros muy activos que necesitan ejercitarse.
Es una muy buena práctica que la institución a la que requerimos los servicios del cuidado de nuestros animales nos envíe periódicamente fotos o videos de ellos a efectos de corroborar su normalidad y estado sanitario.
Detalles puntuales como medicaciones, dietas especiales o prescriptivas, o cualquier característica que sea importante destacar, es necesario comunicarlo anticipadamente al personal de la guardería.
Además, también se debe conocer de primera mano el carácter del perro y su actitud con los desconocidos para estar adecuadamente preparado, frente a cualquier contingencia.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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