Usamos el término Síndrome de Noé para definir de manera coloquial lo que, en psiquiatría, se denomina Trastorno de Acumulación de Animales.
Las personas que lo padecen acumulan un gran número de animales en su casa o en otro predio (perros y gatos, principalmente) de una manera exagerada que supera sus posibilidades físicas, económicas y afectivas no pudiendo proporcionarles la atención y los cuidados básicos.
Aunque parezca contradictorio, se trata de una forma de crueldad animal encubierta por el aparente buen propósito de rescatar animales perdidos o abandonados.
En realidad, el Síndrome de Noé es una enfermedad psiquiátrica grave que constituye un problema de salud pública poco conocido y, frecuentemente, mal explicado.
La mayoría de las veces son los vecinos de la persona enferma los que alertan de esta situación más bien motivados por las molestias ocasionadas que por el estado psicológico de la persona en cuestión o el malestar de los animales.
Para que exista una clara tipificación de la enfermedad psiquiátrica deben cumplirse los siguientes criterios:
- Convivir con un número excesivo de animales de compañía.
- Que no se les pueda ofrecer a los animales acumulados los cuidados básicos de nutrición, sanitarios, de cobijo y como consecuencia enfermen o mueran.
- Que existe la negación de la persona acumuladora de su incapacidad para cuidar adecuadamente a esos los animales.
- Que existe la negación del impacto de su actitud sobre la salud y el bienestar de los animales, sobre el entorno y sobre los otros ocupantes del hogar y el vecindario.
- Que persistan los animales y su número crezca aun cuando la situación se torne insostenible.
Si bien el estereotipo del acumulador patológico de animales suele ser el de una persona soltera, de edad avanzada, que vive sola y se encuentra en situación socioeconómica desfavorecida, se puede afirmar que la acumulación patológica no entiende de edad, ni de género ni de fronteras socioeconómicas ya que se la ha observado tanto en hombres como en mujeres, jóvenes, ancianos, casados, solteros o viudos y en personas con un perfil profesional alto.
El acumulador compulsivo no reconoce que padece un trastorno y suele negar que la situación se le ha ido de las manos. No puede darse cuenta que los animales rescatados viven en condiciones deplorables, incluso muchas veces matándose entre ellos y devorándose los unos a los otros.
Algunas veces, por ignorancia de este fenómeno, se presenta y reconoce a estos enfermos psiquiátricos como una especie de héroes rescatadores de animales, generando una imagen distorsionada muy peligrosa que los confunde con los proyectos legítimos de protección animal que llevan a cabo organizaciones no gubernamentales e individuos bien intencionados.
Las personas que padecen Síndrome de Noé acumulan animales de forma compulsiva para llenar vacíos de necesidades afectivas humanas, muchas veces consecuencia de traumas de la infancia, al mismo tiempo que ignoran las necesidades reales de los animales rescatados.
Reconocer la presencia del Trastorno de Acumulación de Animales en nuestra sociedad es el primer paso para poder identificar y detectar precozmente estos casos y resolverlos de la manera más eficaz posible, para el bien de los animales y de las personas afectadas.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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