Muchas entidades veterinarias de todo el mundo se han hecho eco de los reclamos de una enorme cantidad de profesionales con respecto a las enfermedades emergentes de la displicente crianza de algunas razas braquicéfalos (ñatas), en muchos países.
Se refieren a los bulldogs franceses e ingleses y a los pugs o carlinos.
Estas razas que se han hecho muy populares, sobre todo en los últimos años, han arrastrado, con su auge, un aumento de la consanguinidad y con ello un incremento de las enfermedades genéticas relacionadas con su condición.
Se trata de un reclamo muy fuerte defendiendo el bienestar canino causada por ese rápido aumento del número de perros braquicéfalos.
Estos perros presentan rasgos anatómicos exagerados que pueden afectar gravemente a su salud y bienestar.
El más preocupante de los problemas de salud a los que se enfrentan estos animales es el síndrome braquiocefálico obstructivo de las vías respiratorias.
Los expertos explican cómo la apariencia de las razas ñatas se ha visto afectada por la cría selectiva hacia una conformación anatómica extrema y exagerada.
Mientras este tipo de perros son considerados bonitos por el consenso de muchas personas, los expertos señalan que estos rasgos no son normales y que los perros están constantemente “luchando por respirar”.
De hecho, muchos de esos perros braquicéfalos necesitan intervenciones quirúrgicas para sobrevivir y tienen una vida mucho más corta que los demás.
Al haberse transformado, estos animales, en las la razas más populares en muchos países el número de perros afectados está aumentando drásticamente.
La elección preferencial, por parte del público, tiene que ver, entre otras razones, con la propia esencia mamífera y cuidadora del ser humano al que se le despierta la ternura (aumentando la secreción de la hormona oxitocina: “la hormona del apego y del amor”) y el espíritu cuidador se incentiva ante la visión de seres de ojos grandes y cabezones, semejantes a los bebes de su propia especie.
La presión de selección humana para conseguir un hocico exageradamente corto ha creado perros cuya salud, en muchos casos, se ve comprometida en aras de la “belleza” percibida.
No resulta para nada ético criar perros que tengan problemas para respirar.
Las entidades mundiales que agrupan a los médicos veterinarios especialistas han lanzado un llamamiento a todas las partes interesadas para trabajar juntos para mejorar el bienestar de estas razas en el futuro, y cambiar la percepción de lo que resulta ser el concepto de “animal sano” en estos perros.
De esa forma se insta a las partes interesadas a trabajar en iniciativas de cría centradas en la salud para producir perros con rasgos anatómicos menos exagerados evitando perpetuar algunas enfermedades.
En ese sentido, los futuros perros de cría deben ser capaces de dar un paseo rápido de tres minutos sin tener que esforzarse para respirar. Si no pudieran hacerlo, no deberían utilizarse para la cría.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional
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