La naturaleza es uno de los campos de estudio que mayor asombro genera en el mundo científico, entender el comportamiento de los animales, su función dentro del ecosistema y el dominio que tienen ciertas especies sobre otras, ayuda a comprender el desarrollo de la vida silvestre en estos lugares
Alexandra Avrin, investigadora de la Universidad de Illinois, estudió el “orden carnívoro” en dos ecosistemas y cómo influyen la presencia de algunas especies de depredadores en el comportamiento de otras especies que viven en estos lugares.
En entrevista para el medio científico Phys, la académica estadounidense explicó que hasta el momento muy pocos especialistas se habían fijado en el cambio que generan los depredadores principales en toda una comunidad de carnívoros.
En su estudio “¿Puede un meso carnívoro desempeñar el papel funcional de un depredador ápice?”, publicado en la revista científica Ecosphere, Alexandra explicó que los grandes carnívoros desempeñan un papel integral en la estructuración de los ecosistemas.
En el caso de los pumas, su presencia genera un efecto cascada positivo en especies de carroña, desde microbios hasta pájaros y otros animales, puesto que los restos que deja de sus presas provoca que estos especímenes se den todo un festín.
Por estos motivos el equipo de investigación quería ver cómo se desarrollaban otros depredadores en ecosistemas con y sin pumas. “Queríamos ver específicamente si, en ausencia de estos animales, los coyotes se hacen cargo y cumplen ese papel de depredador principal”, explicó Alexandra.
El equilibrio que generan los depredadores
El papel de los depredadores es generar un equilibrio complejo, donde está involucrado el comportamiento de otras especies y la abundante presencia de otros animales carnívoros. Esto genera de manera “indirecta” un beneficio sobre las comunidades vegetativas y el cambio de dinámicas en los ecosistemas.
Fort Hood de Texas y Santa Cruz de California, fueron los dos lugares estudiados por el equipo de investigación. A través de una red de cámaras trampas los investigadores estudiaron entre 2011 y 2019 el comportamiento que registró la diversa fauna que vive en ambos lugares.
Los académicos estudiaron por medio de las fotografías qué tipo de especies habitaban en el lugar y con cuánta frecuencia fueron detectadas. Tras un análisis detenido de las imágenes tomadas por las cámaras, los investigadores concluyeron que se comprobó su hipótesis sobre la ausencia de coyotes en lugares donde habitaban pumas.
Los Canis latrans no cumplían el mismo papel en Fort Hood ante la ausencia de estos felinos, debido a que “no mostraban” tanto dominio. “Podemos decir definitivamente que la ausencia de pumas causó otros efectos”, detalló Alexandra Avrin, sobre el menor efecto generado por los coyotes.
¿Por qué cambia el ciclo de la depredación?
La académica de la universidad de Illinois especificó que en las zonas en las no había estos grandes felinos, se podían apreciar una mayor presencia de venados en áreas donde abunda el agua, lo que generaba un efecto negativo en los arroyos y otras especies. Esto se debe a que los coyotes no pueden controlar las poblaciones de presas grandes de la misma manera que un puma.
El equipo de investigación aseguró que cuando se pierde un depredador ápice, genera un gran cambio en los ecosistemas y que aunque se pensara que otro animal podría cubrir la ausencia de un depredador principal, esta idea es errónea puesto que los carnívoros “medianos” no generan los mismo efectos.
“Esto resalta lo importante que es mantener a cada especie en su lugar para una conservación ecológica intacta”, explicó Maximiliano Allen, integrante del equipo de investigación, a la revista Phys.
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