"Dejé mi trabajo de más de 10 años en relación de dependencia en un estudio prestigioso de Escenografía y Arquitectura, rodeada de gente muy talentosa. Durante esos años, yo afirmaba no saber dibujar, lo mío era la producción, las planillas, la logística", cuenta Luli Katz rodeada de retratos de perros y gatos colgados en las paredes de su taller. En ese tiempo se recibió de Diseñadora de Imagen y Sonido y cuando ya no disfrutaba de lo que hacía, se animó y renunció, a pesar de no tener otro trabajo en la mira. "¡El primer tiempo fue muy duro!", asegura.
Terapéutico
La artista cuenta que luego trabajó un tiempo freelance en servicios de producción para empresas extranjeras e hizo algunos proyectos con su antiguo jefe, pero nada era lo que ella quería.
"En los baches laborales que tiene la vida del independiente, agarré un pincel viejo y compré algunas acuarelas. Era mi terapia. Pintaba flores, pajaritos, todo muy tímido. En el fondo creo que sabía que quería hacer esto, pero el miedo al fracaso y la autoexigencia hacían que tirara a la basura todo lo que hacía", agrega.
¡Nos salió!
Hoy tiene su propio estudio en Palermo donde lleva a cabo los retratos de mascotas que le encargan y, dentro del marco de "Experiencias Airbnb", da talleres de 3 horas para quienes quieren pintar a sus animales con sus manos. Nosotras estuvimos ahí para probar la experiencia y ¡nos quedó divino! Entre pinceladas hablamos con ella y nos contó cómo fue arriesgarse.
–¿Cómo surgió este emprendimiento?
–Tengo una gata, ella fue mi primer retrato. Después vinieron las mascotas de algunos amigos. ¡Jamás hice un taller de pintura en mi vida! Tomando un café con una amiga me insistió "porque eso era lo que yo tenía que hacer". Días más tarde pinté el perro de una conocida directora editorial que publicó el retrato de su perro en su Instagram y las repercusiones me obligaron a poner un precio a mis obras. Así fue como comenzó a consolidarse mi proyecto.
–¿Lo hacés vos sola?
–Si bien pinto sola y los retratos e ilustraciones son mías, tengo a mi socio (y novio, concubino, padre de nuestro bebé en camino) con quien comparto el estudio y varios de los proyectos que hacemos para otros clientes. Él es diseñador gráfico y nos complementamos según las necesidades que pide el trabajo. No me imagino el laburo sin su apoyo diario.
– ¿Venís de familia de artistas?
–Mi madre es artista plástica y docente de arte. Padre y hermano menor arquitectos, y mi otro hermano diseñador gráfico y artista plástico. No fue fácil hacerme cargo de lo mío estando rodeada de tanto talento. De hecho de chica quería ser todo lo contrario, solo por diferenciarme, pero lo que se hereda es difícil de ocultar (por suerte).
–¿Podés vivir de esto o hacés otras cosas también?
–Emprender en sí, es todo un desafío; tuve que aprender y acostumbrarme a que no hay un mes igual al otro en cuanto a ingresos. El trabajo del emprendedor puede ser muy inestable, pero con constancia y laburo siempre van apareciendo nuevas oportunidades.
– ¿Además de perros y gatos te piden retratos de otros animales?
–Si bien los perros y gatos son los más pedidos también he tenido pedidos más extraños como tortugas, conejos, loros, ciervos, ¡y seguro me estoy olvidando de alguno!
– ¿Cuál fue el retrato más original que te pidieron?
–Sin duda, una señora que me encargó un retrato de su labrador vestido de prócer ¡Era como un San Martín hecho perro!
– ¿Los retratos siempre los hacés a partir de una foto?
–Los retratos siempre parten de una foto. Muy seguido me consultan si necesito ver a los animales en vivo, pero por suerte la tecnología ha avanzado lo suficiente como para poder tenerlos quietos en una foto el tiempo suficiente que requiera para pintarlos. Ni hablar que muchos de los retratos que me encargan son de animalitos que ya no están y nada mejor que una foto para poder plasmarlos y generar un hermoso recuerdo.
–¿Te gustaría llevar tus diseños al mundo de la moda?
–Me encantaría que mis ilustraciones lleguen a todas partes, entre eso, el mundo de la moda. Hay algo ya entregado y cerrado que recién se verá en la primavera 2019 que no puedo contar, pero estoy muy feliz con ser parte de ese proyecto.
Texto: Paula Labonia
Fotos: Gentileza Airbnb
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