SOPHIE MOLI. Cuando todavía no se había recibido de diseñadora de indumentaria, viajó a Nueva York por primera vez y volvió con toda la intención de hacer algo propio.
"Siempre fui fanática de las carteras y en aquel viaje a la Gran Manzana se empezaban a usar mucho las bolsas de tela para ir al súper y pensé: '¿por qué no hacer una de cuero?'", explica Sofía Lucini (33) sobre cómo nació su emprendimiento de carteras y mochilas al que bautizó Sophie Moli.
Si bien todo arrancó en 2009 y con su primera socia –en cuyo honor es el Moli de la marca–, dos años después Moli prefirió dedicarse full time a la maternidad y Sofía continuó sola hasta que otra amiga, Lucía Zanoni (33), le ofreció sumarse con sus prendas en cuero. De esta manera SM busca expandir sus productos, no solo a carteras sino también a todo tipo de productos: camperas, polleras y pantalones, todo en cuero ovino.
"Al principio no sabíamos cómo iba a funcionar la bolsa May-Pen en Buenos Aires porque, además de ser muy simple y minimalista, no tiene cierres ni bolsillos. Sin embargo, es de las que más vendemos", cuenta orgullosa
Sofía y agrega que lo que más le costó conseguir fue buenos talleristas. "Hoy trabajo con los indicados. Son de la zona de José c. Paz; hay uno que trabaja conmigo desde hace 8 años, pero fue difícil encontrarlos".
Si bien al principio Sofía lanzaba colecciones de 6 u 8 diseños por temporada –verano e invierno–, hoy asegura que desarrolla entre 3 y 4 por mes y los va manteniendo según la aceptación que tengan.
"Tenemos showroom en Cañitas, vendemos a través de nuestra web y también de manera mayorista en Rosario, Córdoba y Santa Fe. Si bien llegar a estos mercados significó mucho trabajo de mails ofreciendo nuestros productos, también debo decir que le debemos mucho al curso de diseño y negocios que hicimos con el Gobierno de la Ciudad. Eso fue muy interesante porque ayudaban mucho a las Pymes, como la nuestra", concluye Sofía y vuelve a tomar el lápiz y el papel donde ya está esbozando un nuevo diseño para SM. IG. @sophiemoli
NATY CRESPO, LA VIDA EN FLOR. Cuando llegó de su Tierra del Fuego natal para estudiar hotelería, enseguida Naty Crespo (36) empezó a trabajar de modelo. "Me fue muy bien, pero también comencé a sentirme vacía. Sentía la necesidad de reconectarme con la tierra y con el arte, que desde chica había sido parte importante de mi vida: estudié en una escuela de arte y soy maestra de cerámica".
Se anotó en el botánico para estudiar paisajismo y allí conoció a una profesora de diseño floral que le vio muchas aptitudes para esa actividad.
"Comencé a hacer ramos de novia, hice cursos en la UBA y para que mis coronas de flores naturales duraran más y no sólo las usaran las novias, me animé a hacerlas con flores secas y de tela".
Con el tiempo y los numerosos cursos de huerta, vivero y jardinería se sintió más segura para hacer sus primeros diseños en jardines y balcones. "
Para mí todo lo que tiene que ver con las plantas y la tierra es súper importante. Tal es así que mi hijo se llama Ginkgo, como el árbol".
Hoy Naty está a punto de abrir su showroom en Ayacucho y Quintana, donde ofrecerá coronas y tocados con flores y también con plumas y semillas. Allí ofrecerá también sus trabajos como decoradora de jardines. IG: @lavidaenflor
Redacción Para Ti
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