Con el fin de año tan cerca, es tiempo de reflexión y de ver cómo queremos vivir el año que viene y, por qué no, el resto de nuestra vida. En esta búsqueda, "dar con tu ikigai" puede ayudarte a abrirte camino hacia aquello que buscabas.
Pero ¿qué es ikigai? Es un concepto japonés basado en "la razón de vivir" , el motivo por la cual te despertás cada mañana. Y si bien es cierto que no hay una definición exacta –si le preguntás a cualquier nipón de qué se trata, difícilmente pueda darte una respuesta concreta–, marca un estilo de vida que en Japón tienen asumido desde hace siglos.
"Es fascinante ver hasta qué punto el ikigai es connatural a muchos japoneses", comenta Ken Mogi en su libro Ikigai Esencial, la sabiduría milenaria que dará sentido a cada día de tu vida (Vergara).
Lo cierto es que la palabra "ikigai" nace de "iki", "vida" en japonés y "gai", que podría definirse como "la realización de lo que uno espera", "valor" o bien "mérito".
EL CAMINO A LA REALIZACIÓN. El concepto está dando vueltas por el mundo y habla de pequeñas gestos, de reconocer la riqueza en distintas actitudes y de un estilo de vida que te lleva a vivir con satisfacción. ¡Sentirte realizada! Algo que, parece, por milenios funciona en la cultura japonesa.
Los ejemplos de Mogi apuntan a seguir los pasos de ámbitos longevos reconocidos en todo el mundo. Estilos de vida que marcan la diferencia. El autor señala lugares como Okinawa –en Japón–, o Cerdeña –en Italia–, donde tienen en común el sentido de comunidad, una dieta equilibrada (cuando tomás conciencia de las pequeñas cosas, muchas veces lleva a que sepas qué comés) y una conciencia de espiritualidad.
TODAS TENEMOS "ESO". Ken Mogi basa la esencia del ikigai como el resultado de la búsqueda de 5 pilares.
x Empezar con humildad.
x Renunciar al ego.
xArmonía y sustentabilidad.
xEl placer de las pequeñas cosas.
x Reconocer el momento presente.
El ikigai tiene que ver con encontrarse uno mismo. Y no es sólo para unos pocos iluminados, sino que está al alcance de todos. Se trata de dar con la satisfacción –una suerte de zanahoria al final del camino que esta vez sí llegás a alcanzar– que te llena de placer cada día. Vale preguntarte, ¿en qué sos buena? Y no tiene por qué ser una ciencia exacta ni algo sobrenatural. "¿Soy buena cuidando gente mayor?, ¿Me gusta estar con chicos?, ¿Soy híper prolija y me destaco haciendo tareas monótonas?, ¿Soy buena para reaccionar ante situaciones de tensión?".
Dar con "eso" en tu vida llevará a que la transforme en más valiosa. Mogi incluye ejemplos como Jiro Ono, el dueño de Sukibayashi Jiro, un restaurante de sushi japonés (Jiro, dreams of sushi en Netflix), el más anciano en lograr tres estrellas Michelin. El autor muestra cómo Ono logró el éxito a fuerza de perseverancia.
Cómo el tiempo y trabajo que le llevan a Jiro cada preparación y el meticuloso desarrollo de sabores o de utensilios lo renuevan cada día. "El reino del ikigai está en los detalles", destaca Mogi. Para Jiro Ono su razón de vivir puede ir desde el placer de servirle al cliente como lo es para otra persona tomar aire fresco cada mañana.
¿Qué te motiva? Pequeños rituales de rutinas diarias. Levantarse temprano en Jiro tiene que ver con el pilar número 1, la humildad. Llevar su vida alejada del ego (pilar número 2), además explica el funcionamiento de la mentalidad nipona donde –desde el vamos– es conocida como la nación "del sol naciente" y hace décadas se practican ejercicios matutinos en comunidad conforme al pilar número 3, de armonía y sustentabilidad.
El ikigai apunta al placer de los detalles. El libro Ikigai Esencial cuenta como, si bien en Japón los traslados de los empleados de sus casas a las oficinas suelen ser largos, se ocupan de encontrar placer en esos viajes (como, por ejemplo, jugando al ajedrez). De su amor por los detalles, marcado en la cantidad de onomatopeyas que utilizan (por ejemplo, cuando algo brilla, si algo suena…), lo que destaca su manera de percibir el mundo, prestándole suma atención a los detalles (pilar número 4).
También como –aún con tanta tecnología y modernización– el japonés mantiene muy vigente el trabajo de sus artesanos. Muchos llevan una vida dedicada a hacer una sola cosa: sólo platos o sólo teteras… Cómo se esfuerzan por producir lo mejor y en apreciar cada producto. Así como algo tan valioso como su muskmelon. Así como de su altísimo costo, el japonés sabe de su sabor efímero, un placer que dura instantes y eso lo lleva a ser consciente del momento presente, el quinto pilar. Ya que "el apego al yo se interpone en el camino que conduce a la atención plena", para dar con el ikigai debemos liberarnos del ego para abrirnos a los placeres.
MOMENTO DE CAMBIAR. ¿Alguna vez pensaste en el placer que te da hacer tu trabajo? No se trata de trabajar para ganarnos la vida. Mogi apunta hacia el cineasta de dibujos animados Hayao Miyazaki y su manera de crear filmes y meterse en la mente de los niños. "El niño sabe apreciar el momento, no tiene una idea definida del pasado ni del futuro. Su felicidad reside en el presente", destaca Ken Mogi en su libro. No te pierdas del presente por culpa de la precaución. "Cuando tomas nota de los pequeños detalles, nada se repite. Cada oportunidad es especial".
"¿Te pagan por lo que hacés?" . La remuneración importa (por eso vale dar con algo que te llene y con lo que puedas vivir), pero dar con tu ikigai apela a trabajar sin frustraciones, sin esperar recompensa. En esta parte el ejemplo lo dan los creadores de vinos o whiskies japoneses: muchos de ellos quizá no vivan para ver los resultados de sus trabajos, por eso que vale el "estar inmerso en el momento presente y obtener placer de ello". Trabajar sin esperar recompensa. "En la vida, a veces confundimos las prioridades y lo que tiene sentido. Con demasiada frecuencia hacemos algo por la recompensa". Mogi apuesta a que la vida cambia "si conseguimos convertir el proceso del hacer el esfuerzo en nuestra fuente primaria de felicidad, entonces habremos superado el desafío más grande de nuestras vidas". "Dibujemos cuando nadie esté mirando", escribe.
Y si todo esto no te engancha, hay más. Según Mogi, "tener ikigai indica un estado mental determinado: los sujetos se sienten capaces de llevar una vida feliz y activa", y cuenta que un estudio del seguro nacional de Ôsaki comparó las respuestas de más de 50.000 personas (a las que se les revisó el historial médico y familiar, hábitos, educación y estado civil) que decían tener ikigai en su vida y concluyó que "en comparación con quienes habían encontrado su ikigai, los que no lo habían conseguido tenían más probabilidades de tener relaciones inestables y problemas de trabajo, un nivel educativo más bajo y percibían su salud como mala, se sentían estresados y con limitaciones físicas".
Casi nada. Tomá nota, porque apreciar los placeres de la vida te lleva a reducir el estrés, a ser más creativa y a tener mayor éxito. ¿Ya empezaste a buscar tu ikigai?
Textos: Paula Ikeda (pikeda@atlantida.com.ar) Fotos: Latinstock/Gentileza Vergara
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