Todas las miradas estaban puestas en descubrir la novedad, el golpe vanguardista, el último grito de la moda… Sin embargo, los protagonistas de las pasarelas de la Fashion Week de París y Nueva York fueron los accesorios de fibras naturales. Nada más y nada menos que la cestería, el arte más antiguo de la civilización, incluso anterior a la cerámica y el fuego. Es que aunque este boom esté en boca de todos, este proceso de confección vegetal se remonta a los comienzos de las civilizaciones, cuando los primeros seres humanos notaron la necesidad de empezar a elaborar diferentes objetos: contenedores, sombreros, pantallas para el calor. "Absolutamente todos los pueblos del mundo tienen su sestearía.
Y lo más interesante es que cada una tiene sus propias características, con diferentes materiales, diseños o técnicas. En nuestro país podemos encontrar bolsos espectaculares desde Tierra del Fuego hasta Jujuy", adelanta Mabel Scaletzky, creadora de Aurea Fibras Nativas, una marca que nació, justamente, para revalorizar la historia detrás de cada uno de estos bolsos tejidos que trae de diferentes países. Siglos pasando de generación a generación de mujeres, archivados en sótanos o en oferta en tiendas vintage, llegó el momento de rescatar estos bolsos naturales que volvieron para quedarse.
TENDENCIA NATURAL. Quizás para muchos la moda sea un hecho caprichoso, pero cada ítem que aparece en escena representa un momento socioeconómico y cultural de la coyuntura del momento. "Se dice que la moda se recicla cada 18 años, pero nada vuelve exactamente. Generalmente retornan sólo dos elementos de la composición (forma, color o material), que resurgen con un cambio de la actualidad. No obstante, estos bolsos vuelven tal cual fueron creados, porque justamente la moda está en revalorizar lo natural y sostenible", explica Susana Saulquin, directora del posgrado en Sociología del Diseño de la FADU (UBA). Según resume esta experta del vestir, hoy, la trazabilidad de la prenda es fundamental: "Antes de hacer una compra, la gente quiere saber quién lo hizo, cómo, en qué condiciones y si la marca tiene talleres clandestinos. Es más importante saber la historia detrás de cada prenda que estar a la moda".
Usar un bolso de fibra natural hoy en día tiene un valor agregado: el legado de nuestra historia y el reconocimiento de los pueblos originarios. "Estamos hablando de un arte ancestral que lleva un proceso muy lento y con sus propias lógicas, que varían según la región. En algunos casos, comienza en la siembra de las especies, y en otros, más silvestres, en la recolección. Luego viene el secado y el tejido. En el mundo de la moda se debería valorar más estas técnicas milenarias y reconocer la autoría de sus artesanos", enfatiza Mabel Scaletzky.
Las combinaciones en el mundo de las fibras naturales son infinitas, precisamente porque son de origen botánico o vegetal y varían con el ritmo de la naturaleza. Entre las más usadas se encuentran la caña, mimbre, yute, rafia, palma, coco, sisal y ratán. Las técnicas también tienen sus trucos: algunos artesanos aplican acordonados, otros cosen, anudan, tejen, trenzan o incluso combinan diferentes procedimientos. No es casual que en pleno siglo XXI se imponga una moda que apueste a lo natural y orgánico. Incluso muchas firmas de lujo –como Fendi, Chanel o Burberry– han apostado a este tipo de bolsos que reflejan el concepto de slow fashion, una filosofía de consumo responsable, no contaminante y sustentable.
IT GIRLS. Si bien el estallido de los bolsos de fibras naturales tuvo su furor en los años '70, fue el año pasado que la influencer francesa Camillle Charrière volvió a ponerlos en agenda cuando apareció en una Paris Fashion Week ¡en pleno invierno! con una carterita redonda de mimbre. Ahora son cada vez más las celebrities que eligen estos accesorios. De hecho, Coty Crotto, una de las creadoras del Instagram fashionista @muymona, asegura que el revival de la fibra natural está en su máximo esplendor: "Las modas siempre vuelven, pero lo peculiar es que ahora estas carteras no se limitan a la playa, sino que se pueden usar para ir a la oficina o salir de noche. Así que es hora de ir a rescatar esas piezas que tenemos de nuestras madres y abuelas… Cuanto más vintage, ¡más interesante!".
Su socia, Maru Gándara, coincide en que el valor agregado de estas carteras es su gran facilidad para ser combinadas. "En estos tiempos de crisis, es clave buscar ítems atemporales y que puedas usar en todo tipo de ocasiones: de día, de noche, con color, con vestidos largos, sandalias, shorts, looks más estilo boho o con un jean y camisa anudada. Esto hace que resulte una inversión más tentadora y apta para todos los bolsillos", enfatiza la otra influencer chic.
Cuando la artesanía y el mundo del diseño se fusionan, ocurre un momento histórico. Después de siglos de ser relegados a lo meramente playero o remitir a las raíces aborígenes, hoy los bolsos de fibras naturales, tan propios de nuestra cultura, llegaron a las páginas de las revistas de moda para demostrar que ya no sólo importa estar a la vanguardia, sino también valorar el trabajo humano detrás de cada pieza. Un verdadero lujo en su máxima expresión.
Texto: Agustina D'Andraia (adandraia@atlantida.com.ar)
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