Peluquerías a puertas cerradas : 6 propuestas indoor

No son los cortes, la coloración ni los peinados… El último grito de la moda en el mundo de las peluquerías está en sus servicios. Es que, para sobrevivir ante la crisis económica del país y la voracidad de la competencia, los salones de belleza tuvieron que convertir los obstáculos en oportunidades y ofrecer un distintivo.

Así es como nacieron las hoy tan buscadas peluquerías a puertas cerradas. Léase: departamentos o casonas sin carteles a la vista, pero en su interior funcionan peluquerías a las que se llega por el boca a boca. Una propuesta más que tentadora tanto para los estilistas como para las clientas más exigentes.

Las ventajas de atender indoor son muchas. A simple vista, surgen los beneficios económicos ya que los costos de inversión se achican de manera brutal (entre impuestos, alquileres, empleados, refacciones, publicidad, etc.).

En la actualidad es muy difícil cubrir todos los gastos que exige un local a la calle. Sin embargo, las seis peluquerías consultadas en este recorrido de Para Ti coincidieron en que la mayor motivación a la hora de atender de manera privada no fue una cuestión monetaria, sino un modo de vida. "El trabajo de peluquería es demasiado sacrificado. Para que te rinda tenés que estar muchísimas horas parado, atender un cliente tras otro sin poder prestarle total atención, siempre hay gente esperando, el ruido de los secadores agota y es difícil priorizar la creatividad", aseguran estos expertos que cortan y peinan en su mundo privado.

Por su parte, las clientas felices de ser atendidas con completa exclusividad y sentir como si estuvieran en el living de sus casas. Respecto a los valores, hay de todo: algunas de estas peluquerías se destacan por ofrecer precios súper accesibles (incluso la mitad de lo que cobrarían si estuvieran a la calle), otras manejan una lista de precios altos para mantener una cartelera de clientes chica y exclusiva. Pero en todos los casos uno sabe que el dinero va directo al bolsillo del profesional y no al de un inversionista desconocido detrás de una cadena de salones de belleza. Tipo boutique, alegres y con su encanto único… Así son las peluquerías que recorreremos en esta nota.

Estudio H :Dicen que las crisis son oportunidades, pero lo que nunca imaginaron Esteban Colombo y Lucas Barbolla es que aquella agencia de peinadores que crearon en 2001 hoy sería la peluquería más top y exclusiva de la Argentina. "Nos dedicábamos pura y exclusivamente a hacer desfiles, campañas, editoriales y a atender celebrities, pero jamás habíamos pensado en atender al público en general –cuenta Colombo sin salir del asombro–.

Pero la verdad es que la crisis económica era tan dura que los márgenes de ganancia de la industria de la moda fueron bajando y nosotros vimos una oportunidad para ampliar nuestro territorio. Fue así como contratamos a algunos profesionales y empezamos a trabajar en un loft chiquito… ¡Y ahora tenemos nuestro propio espacio de tres pisos!" Si bien siguen siendo la agencia de peinadores que más trabaja en el fashion business (elegida por famosas como Flor Torrente, Rocío Guirao Díaz, Oriana Sabatini y Pampita), hoy en día tienen abiertas las puertas para todo aquel que quiera ser atendido como una estrella.

Eso sí: no les interesa tener un local a la calle ni un millón de clientes. Lo suyo es y seguirá siendo un servicio boutique donde la prioridad es la creatividad y la atención. "La gente llega por el boca a boca, por Instagram o porque los famosos nos nombran. En el salón somos 11 profesionales entre asistentes, coloristas, peinadores y recepcionista. Nosotros seguimos atendiendo como el primer día y a la par de ellos. Somos un equipo y la pasamos bien", cuenta Lucas desde esta peluquería súper canchera en la zona de Alto Palermo.

Casa Vardo. Es una casona en el corazón de Colegiales. Canchero, moderno y muy profesional, así es este new hair & make up studio que crece a la velocidad de la luz. "Yo soy publicista y toda mi vida me dediqué a manejar la parte de maquilladores y peinadores en agencias de modelo como Rebel, Multitalent y Civiles hasta que en 2016 me independicé. Y ahí lancé Vardo Management, una agencia de representación exclusiva de estilistas en la que hoy tengo 22 profesionales", revela Mercedes Rosales, dueña y alma máter de este proyecto.

El año pasado se asoció con Magdalena Caballero Vieyra (hoy directora de Estilismo) e inauguraron Casa Vardo, el primer espacio físico donde, además de seguir con la agencia, cualquier persona puede ir a atenderse en la parte de peluquería, maquillaje o consultar con un asesor de imagen.

Como si esto fuera poco, acaban de lanzar su propia escuela creativa de pelo, make up y estilismo. "Al principio trabajábamos como una logia desde el anonimato e igual la gente se enteraba y explotaba todo. La diferencia que tenemos nosotros es que contamos con profesionales de renombre que ya vienen con su cartera de clientes. +

Por ejemplo: Nacho López Fagalde (el mejor peinador de moda de argentina), Mae Ludueña (especialista en colorimetría) o Christian Di Petta (capo en color y corte)", asegura Mechi. Algunas de sus clientas son Marcela Kloosterboer, Zaira Nara, Liz Solari, Agustina Cherri y Narda Lepes… En Casa Vardo todas son tratadas como tops.

Estudio Olivera. "Lo que tengo de pícaro y artista me falta de empresario", confiesa muerto de risa Juan Olivera, uno de los peluqueros más queridos del mundo de la moda. Este morocho de 52 años trabajó toda la vida en el mundo de la peluquería. Las primeras experiencias fueron en cadenas importantes, pero no pudo soportar la rutina y las presiones por atender rápido.

"Pasé por muchos lugares hasta que decidí que iba a dedicarme exclusivamente a la atención a domicilio; en el 2000 me fui a trabajar a Ibiza y, finalmente, hace diez años me instalé en este departamento en San Telmo donde ya todos me conocen", cuenta mientras le hace un corte en seco a un chico.

Aunque está hace una década en el mismo lugar, Estudio Olivera parece recién estrenado. "Hoy en día tengo un staff de seis profesionales, pero no estamos constantemente en el salón porque también nos dedicamos mucho a hacer campañas, desfiles y producciones de moda. También la diseñadora Vicky Otero tiene un espacio donde vende sus prendas. ¡Nos potenciamos!", aclara Olivera, que además tiene una columna sobre beauty todos los miércoles en Radio Me Gusta (FM 97.7) a las 15.30.

Supernova Peluquería. Un pasito más allá de "a puertas cerradas", Marcos Bustamante instaló entre sus clientas el concepto de peluquería nómade. O sea que podés encontrarlo tanto en el estudio palermitano de la maquilladora Luchi Numer como en un salón en Recoleta o contratarlo a domicilio. Es cuestión de llamarlo y ver dónde está trabajando en ese momento.

"En Argentina somos muy pocos los que utilizamos este método, pero en Europa y Estados Unidos es muy común encontrar a un peluquero que atienda unos días en Beverly Hills y otros en Nueva York. ¡Yo incluso estoy abierto a viajar por el país!", explica el creador de Supernova, una peluquería que nació hace diez años en un PH divino en el corazón de Palermo junto a cinco amigos.

Además de atender al público en general, Supernova funciona como una reconocida agencia de peinadores y maquilladores para campañas, desfiles, comerciales y sociales.

"Hoy el alma máter soy yo y me especializo en dry cut: un corte sobre pelo seco que se logra a través de una técnica rápida, fácil y que deja un efecto prolijamente despeinado", asegura este famoso estilista que cuenta en su equipo con otros cuatro profesionales. "No descarto abrir un salón a la calle, pero hace diez años elegí trabajar a puertas cerradas porque me gusta dar un servicio boutique y que mis clientes sientan que vienen a mi casa", aclara Bustamante.

Mag Hair Artist Studio
Cuando trabajaba en una famosa peluquería a la calle, Margarita Beyfeld atendía a 20 personas por día. Ahora no llega a 7. "A los 15 años hice mi primer curso de peluquería y me gustó tanto que terminé dejando el colegio y nunca más paré. Trabajé en muchos lugares, pero también me dediqué a formarme, me especialicé en color y corte. Me capacité con expertos que venían a Buenos Aires, también viajé a capitales del pelo como Lisboa, París y Dubai. Siento que mis manos se mueven solas, la creatividad fluye", cuenta apasionada Magui mientras le aplica color a una clienta que terminó siendo su amiga

. Esto es muy común en el mundo de MAG Hair ya que la peluquería está en el piso de abajo de su casa, el trato es súper familiar y distendido. "Los viernes ponemos jazz, hay picada y Campari. Acá, si tenés que esperar, no vas a sentir estrés o apuro", aclara la rubia, que siempre es acompañada por sus dos perros.

Respecto a la seguridad, ella resolvió exigir una seña para reservar el turno y recién ahí pasa la dirección. Además, nunca está sola: trabaja con una asistente administrativa, una asistente de peluquería y sólo los lunes la ayuda un colega y amigo, Javi Cra: "Es un genio, confío plenamente en él, pero no puede venir más días por una cuestión de agenda. La verdad es que no estoy pensando en incorporar más gente porque perdería la esencia del espacio. Me gusta que no haya mucho ruido de secadores, que no haya apuro y se pueda hablar", enfatiza.

¿Peluquería a la calle o a puertas cerradas? Ella ni lo duda: "Ya lo confirmé: no siempre más es mejor. Yo soy más productiva trabajando tranquila, feliz y sin presión".

Id Estudio
Lo primero que hace una clienta cuando llega a ID Estudio es sentarse con Gabriel Vega a charlar sobre lo que quiere, escucha las recomendaciones del experto y, finalmente, llegan a un acuerdo. "La calidad de la atención es nuestra principal distinción. Yo trabajé toda mi vida en peluquerías bajo dependencia y me sentía atrapado. Había muchas cosas que me divertían y no podía hacer, por eso hace seis meses decidí independizarme y jugar mis propias reglas", adelanta este reconocido estilista que vemos seguido tras bambalinas en producciones de moda y campañas. A menos que tenga un proyecto especial, Gabi está siempre en la peluquería trabajando a la par de su mano derecha, Alejandro Reyes, y tres peluqueros más.

"Si bien hacemos de todo, éste no es un lugar al que llega una señora para hacerse un brushing. Lo que nos apasiona es generar looks, nos especializamos principalmente en corte y color. Y lo que más nos importa es el cuidado del pelo. Si una chica me dice que quiere quedar rubia, pero yo sé que se le va a quemar el pelo, no se lo hago", deja en claro el empresario creativo. Tan confiado está en su trabajo que no necesita invertir en publicidad. Su principal capital son las clientas que se van felices y deciden volver: "Nosotros creemos que debe haber un peluquero para cada persona. A mí me encanta que la gente que llega acá es porque sabe cómo trabajo y confía en mí. Recomiendo reservar con un mínimo de 10 días de anticipación. Lo bueno es que, en la medida de lo posible, no hago esperar. La idea es que, además de irse divinas, la pasen bien".

Texto: Agustina D'Andraia (adandraia@atlantida.com.ar) Fotos: Maxi Vernazza

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