Lorenzo Ferro (19) no duda un instante a la hora de elegir qué fue lo más difícil de interpretar a Carlos Robledo Puch (66): "Aprender a tocar el piano", responde de inmediato. Suena raro. Uno imagina que quizá lo intimidaría más el hecho de aprender a manipular un arma, pero él es muy claro: "El piano es un instrumento complejo, exige mucha concentración, la coordinación de las dos manos… A mí me llevó muchas clases particulares poder tocar algo con cierta dignidad", cuenta.
Toto (como le gustan que lo llamen) debutó frente a las cámaras de fotos hace dos años cuando Para Ti convocó a su padre, el actor Rafael Ferro (hoy protagonista de Los vecinos de arriba), para hacer una producción por el Día del padre. Esa nota lo llevó a este fantástico protagónico (Ver recuadro).
-El ángel se estrenó, es tu primer trabajo en cine y, a la vez, un súper protagónico. ¿Qué sentiste cuando te viste en la pantalla?
–Fue raro. Para empezar yo no soy actor, así que todo me sorprende el doble que a cualquier otra persona en mi lugar. Al principio me veía rarísimo, pero después, a medida que la película avanzaba, comencé a gustarme más.
-¿Es verdad que fuiste el primero en presentarte a un cásting al que luego fueron mil chicos más para este rol?
-Es cierto, fue así. La realidad es que yo no fui el típico chico que protagonizaba todos los actos escolares ni estudio teatro desde los 5 años. Nada de eso. Estaba terminando quinto año en la ORT y un día mi papá –Rafael Ferro, 52, actor– me dijo que Luis (Ortega, 38) tenía este proyecto y me quería conocer, así que me presenté al casting sin pensarlo demasiado. Me vió, le gusté y a los pocos días me invitó a su casa para charlar y conocerme un poco más.
-Pero mientras tanto seguían probando a otros actores, ¿no?
-Sí, claro. ¡Fueron 999 chicos más! (Se ríe) Lo que pasa es que Luis, desde el primer día, me dijo que sentía que yo era Carlitos, que el personaje era mío, pero los productores querían ver a otros chicos. Creo que no los convencía que yo no fuera actor, así que Luis me dio el guion de la película y, mientras seguían el casting, me dijo: "Ponete ya a estudiar teatro". Y eso hice: me preparé con Alejandro Catalán (46, director, actor y profesor de teatro).
-¿Conocías algo de la historia de Robledo Puch antes de comenzar el rodaje?
-No, no, muy poco. En cuanto tuve el guion empecé a investigar. La realidad es que la película está inspirada en su vida, pero no es una biografía. Lo que Luis quería contar era otra historia, algo diferente, así que tampoco es que me puse obsesivo con cada detalle de la vida de Puch porque no iba por ahí la cosa. El ángel es una película sobre la vida de Carlitos según la mirada de Luis (Ortega).
-¿Sabías, desde el primer momento, que ibas a actuar junto al Chino Darín (29)?
-Cuando me confirmaron que el papel era mío supe bien quiénes eran los otros actores del elenco y fue como un shock: todos eran excelentes y con gran trayectoria. Desde el Chino, pasando por Peter (Lanzani) hasta Cecilia (Roth), Mercedes (Morán), Daniel (Fanego)… ¡un grupo increíble! Yo tengo muchas escenas con el Chino Darín y fue un compañero muy generoso que me dio consejos y me ayudó en las escenas que más me costaban como, por ejemplo, los momentos en que bailo.
-¿Por qué te costaba bailar, sos pudoroso?
-No sé si lo que sentía era exactamente pudor… Creo que el problema es que no terminaba de encontrar el estilo adecuado. Hay algo un poco femenino en los movimientos de Carlitos y me llevó un tiempo de ensayo lograrlos. Cuando llegó el momento del rodaje, le pedí a Luis que no hubiera nadie en el set, quería bailar El extraño de pelo largo sin sentirme observado.
-¿Qué opina tu papá de tu incorporación al mundo del espectáculo?
-Él es un gran compañero y me banca en todo: tanto si elijo ser actor como astronauta. Es un vínculo de mucha libertad porque él no se rige con mandatos sociales ni tiene el rollo de "tenés que seguir una carrera universitaria". Mi mamá –N. de la R.: la vestuarista Cecilia Allassia– sí se preocupa un poco más y, cuando vio que pasaban seis meses y lo de la peli no se definía, me pidió: "¿Por qué no te anotás en la UBA por las dudas?". Le hice caso, me inscribí en Diseño industrial, pero nunca arranqué. Ahora sé que quiero seguir actuando.
-¿Tus padres están juntos?
-No, están separados. Yo soy el mayor de cuatro hermanos: con uno de ellos comparto la misma mamá, los otros dos son de dos madres distintas, ¿se entiende? Aclaro: mi papá tuvo tres parejas con las que tuvo cuatro hijos. Yo soy el único que vive con él, pero los otros vienen siempre y, cuando estamos todos juntos en casa, es un gran quilombo. Pero nos divertimos mucho.
-¿Estás de novio?
-Sí, hace nueve meses que salgo con una chica, pero prefiero no contar mucho porque no sé si ella quiere.
-¿Cómo imaginás tu futuro de ahora en más?
-No soy de proyectar demasiado. Tengo un grupo de amigos, empezamos a hacer música juntos y yo rapeo. ¿Quién sabe, no? A lo mejor la cosa va por ahí.
Textos: Juliana Ferrini. Fotos: Fabián Uset/ Para Ti
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