La nueva comunidad escolar es virtual

En pleno siglo XXI la tecnología está cada vez más presente. Y el ámbito escolar no podía quedar ajeno a este fenómeno: plataformas, aplicaciones, redes sociales y chats online reemplazaron al clásico cuaderno de comunicaciones con el fin de acercar a los padres al ambiente escolar.

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Plataformas, aplicaciones, redes sociales y chats online reemplazaron al clásico cuaderno de comunicaciones con el fin de acercar a los padres al ambiente escolar.
Plataformas, aplicaciones, redes sociales y chats online reemplazaron al clásico cuaderno de comunicaciones con el fin de acercar a los padres al ambiente escolar.

Antes –no hace mucho tiempo– los padres conocían las notas de sus hijos a través del boletín; si había una notificación, un evento o una llamada de atención, todo quedaba registrado en el famoso cuaderno de comunicaciones, y las reuniones de padres eran el punto de encuentro para charlar con los otros papás y conocer a la maestra. Pero con la irrupción de la tecnología cambiaron las reglas de juego.

"La tecnología en las escuelas tiene tres niveles. Uno, como ayuda para los contenidos pedagógicos, que tiene que ver con el aprendizaje; otro es cómo los maestros administran los recursos académicos –afirma Silvia Torres Carbonell, presidente de Fundación Ruta 40, la Educación como camino y directora del Centro de Emprendedores IAE Business School–, y también está la tecnología como método de comunicación más práctico y directo entre los padres y la escuela. Muchos emprendedores han desarrollado aplicaciones para mejorar y agilizar esta relación".

Desde 2012 muchas escuelas abrieron grupos o páginas de Facebook para mantener informados a padres, docentes y alumnos. Además se multiplicaron los blogs creados y administrados por docentes. Y enseguida surgieron los famosos "grupos de WhatsApp de mamis del colegio". "

ÁGIL, FÁCIL Y EN TIEMPO REAL. Desde 2015 hasta la fecha, las nuevas tecnologías ofrecen un amplio abanico de servicios que no sólo involucra el aprendizaje de los chicos sino también a los docentes y las familias. En el jardín maternal Kinder One, de Belgrano, todas las salitas cuentan con cámaras por una cuestión de control y una forma de seguridad para que los padres puedan ver a los chicos.

En La Vaca de Humahuaca, jardín de Almagro, cada 15 días, los padres reciben un diario digital (Noti Vaca). Se trata de un informe de las actividades y nuevas experiencias de los chicos durante las últimas dos semanas, incluyendo imágenes tomadas dentro de los espacios de la institución. "A la par del cuaderno de comunicaciones que sigue vigente y va y vuelve de la casa al jardín en la mochila del chico, el Noti Vaca es una excelente manera de entablar un diálogo fluido entre el jardín y la familia", confiesa un padre de La Vaca de Humahuaca.

"Usamos la app Xhendra donde se vuelcan notificaciones, calendarios, archivos, tareas, documentos, fotos y videos, y boletines de calificaciones, inasistencias, sanciones y materias", detalla Dolores de la Serna Rawson, directora de Inglés del Highest College y profesora de inglés –de Oratoria y Debate en inglés– en el San Xavier. Y agrega: "Me parece un avance increíble y eficaz ya que permite hacerlo desde cualquier lugar y momento del día. Además, evita que haya competencias entre alumnos con respecto a las notas obtenidas. Y los padres están siempre al día".

¿Aspectos negativos? Carolina Duek advierte: "A través de plataformas, apps y sistemas de mailing se modificó mucho el vínculo padres-profesores y varias familias lo tienen muy naturalizado, pero otras todavía no. La escuela todavía tiene un largo camino por recorrer". Dolores de la Serna Rawson señala: "No todos los papás saben usar las apps o se sienten cómodos. Es algo generacional, son obstáculos que van apareciendo, pero la clave está en la predisposición de cada uno". Lo cierto es que estas nuevas herramientas tecnológicas requieren dinero, y en este sentido las escuelas públicas corren con desventaja. El proceso recién comienza…

Textos: Valeria Mariño (vmarino@atlantida.com. ar) Ilustraciones: Verónica Palmieri

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