Patricia Sosa tenía 16 cuando su amiga Alicia le contó que su primo Oscar Mediavilla, (que tenía 17 en ese momento) necesitaba alguien que hiciera coros en su banda de rock. "Me tomé el colectivo 20, fui a Valentín Alsina y lo vi por primera vez. Él tenía novia y, aunque a mí me había gustado, no iba a darle mucha bolilla. Con el tiempo, él se peleó con la chica y me invitó a ir al cine y así empezamos", dice la cantante desde Estados Unidos antes de viajar a Cuba a presentarse en un recital. Pero no todas fueron rosas en esta relación. Se casaron, tuvieron una hija, se separaron y volvieron a elegirse.
-Si venían bien, ¿por qué llegaron al divorcio?
-En junio del '95 nos mudamos a una casa soñada y la primera vez que pude dormir más de dos noches seguidas fue recién en septiembre. Era una relación de productor a producida. Llevábamos mucho el laburo a casa, discutíamos. Se desgastó mucho la comunicación, el poder hablar, dejamos de escucharnos uno al otro. Así se sufrió un desgaste. Creía que se había terminado el amor, pero evidentemente no era eso.
-¿Cómo transitaste la separación?
-Fue feo. Sentí enojo, tristeza, soledad, bronca, la cuestión de echarse la culpa, de echarle la culpa al otro. No sabía vivir sola porque de la casa de mis papás me había ido a vivir con Oscar. No la pasé bien. Yo quería una familia y mi familia se había roto.
-¿Tuvieron otras relaciones en los tres años que estuvieron separados?
-Los dos las tuvimos. Eran para paliar la soledad, pero sobre ese tema nosotros tenemos un pacto que, aunque no lo hablamos nunca, no se toca. Nosotros sabemos que cada uno tuvo alguna compañía, pero nada más que eso.
-¿Quién llamó a quién para volver a elegirse?
-Yo lo llamé gracias a que esos años había trabajado mucho mi interior y aprendí a humillar a mi ego. Un día dije "está llegando el 2000 y quiero estar con Oscar". Estaba nerviosa, lo llamé y le dije "mis sentimientos siguen donde estuvieron siempre, tenemos tanta historia juntos, tanto camino recorrido". Él me dijo que en 20 minutos me llamaba. Al rato me llamó y me dijo "contraté un crucero, ¿nos vamos?". Y nos fuimos.
-¿No tuviste miedo de que te rechazara?
-El miedo no está en mi naturaleza. Todo lo que emprendo es porque pienso que va a sumar. Y si sucedía que me rechazaba me iba a resultar triste, pero era evidentemente lo que el destino tenía preparado para mí.
-¿Cuáles son los pilares de la nueva relación?
–Vivimos en casas separadas (nos dio mucho resultado), la admiración mutua, aprendimos a no llevar el trabajo a casa y cuando empieza una discusión cada uno se puede ir a su lugar o sabemos que esa discusión es puntual, que no tiene que afectar el amor en absoluto
-¿Pudieron empezar de cero después de pasarse varias facturas?
-Creo que nunca dejé de estar enamorada, lo que pasó fue una gran tormenta. Es necesario pasar facturas y elegir al otro con defectos y virtudes. También ir viendo el progreso que tuvo cada uno dentro de la soledad. Los dos habíamos hecho mucho esfuerzo. Sabíamos que el amor era más fuerte. Y así seguimos y seguiremos toda la vida (nota: ya llevan 46 años juntos). Creo que en algún futuro volveremos a vivir juntos porque cuando se llega a una edad a uno le gusta mirar una serie apoyada en el hombro del otro.
Texto: Carolina Koruk
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