Flor Otero: "Germán se encarga de lavar la ropa, limpiar, cocinar. Aprendí a ser ordenada con mi marido"

Flor Otero (29) es de esas mujeres que aún se sonrojan. "Te vi en El violinista en el tejado, ¡tenés una voz espectacular! Sos muy talentosa", le dice el mozo que le trae la limonada que pidió al comenzar la nota y ella le agradece el comentario con una enorme sonrisa y las mejillas coloradas.

-Debe ser lindo recibir este tipo de comentarios a diario.

-¡Hermoso! Yo soy muy insegura, prejuiciosa conmigo misma y eso a veces no te permite avanzar. Me exijo demasiado, siempre siento que pude haber hecho algo mejor.

-Sin embargo, en este momento en que muchos actores se quejan de que hay poco trabajo, vos vas a actuar en dos musicales al mismo tiempo: Rapunzel y El violinista en el tejado.

-¿Viste? ¡Soy muy afortunada! Aceptar las dos propuestas fue una decisión difícil porque soy una mamá culposa y no quiero perderme nada de la crianza de mi hija. Pero también pensé: "Qué bueno protagonizar un musical infantil y que Nina (3) pueda disfrutarlo". Así que combiné milimétricamente los horarios, negocié ensayar cuando ella está en el jardín y acepté actuar en las dos obras.

-¿Germán –Tripel (39), músico y actor– apoyó tu decisión?

-¡Me súper bancó! Él es muy gamba y no sólo como pareja, también como papá: se ocupa de Nina a la par mía y ella está enamoradísima de él. Es más, debo confesar que estoy absolutamente desplazada en la familia (Se ríe). "Quiero que me bañe papá", me dice y ahí marcha Germán…

-Complejo de Edipo hecho y derecho.

-Exacto. Igual, los veo juntos y siento tanto orgullo del vínculo que Germán logró generar con Nina que me mata de amor. No sé, creo que esta nueva generación de padres la rompe. ¡Bah! Al menos yo no tenía ese vínculo con mi papá cuando tenía 3 años.

-¿De las tareas domésticas también se ocupan por igual?

-Sí, compartimos todo. El que está en casa es el encargado de lavar ropa, limpiar y cocinar. De hecho, yo aprendí a ser ordenada con Germán porque siempre fui muy relajada: podía tener una pila de remeras en una silla e ir sacando la que necesitaba día a día. Y Germán veía eso y no aguantaba: doblaba todo muy prolijo y lo llevaba al placard. Al principio me re enojaba porque no encontraba nada y un día entendí que era todo más simple si me sumaba a su costumbre del orden.

A tu trabajo de actriz se suma que este año lanzaste tu primera cápsula como diseñadora de Rimmel. ¿Cómo surgió esa idea?

-Mi mamá es modista de alta costura y la moda siempre me gustó. Un día llamé a un amigo que es diseñador de indumentaria, nos contactamos con la marca y le propusimos hacer algunas prendas juntos. Yo quería lanzar una línea que reflejara mi espíritu, que es bien versátil: un día me visto súper hippy, otro elegante para un evento y a la noche canchera para un show. Así que arrancamos con tres camperas y después nos copamos y fuimos agregando más prendas.

-¿Hubo crisis en estos 10 años en pareja con Germán?

-No, crisis no hemos tenido. (Piensa unos segundos en silencio). Lo que sí nos ha pasado es que ambos hemos tenido altibajos profesionales y esas situaciones inevitablemente afectan el humor, lastiman el ego y generan un malestar que transmitís a tu pareja. Son etapas en las que hemos tenido más discusiones de las habituales, pero siempre salimos adelante. Nosotros tenemos una pareja con dos grandes pilares: nos admiramos mucho y el diálogo es fundamental.

-¿Sos celosa?

-No, para nada. Jamás me puse a revisarle el celu ni se me ocurre preguntarle con quién estuvo si un día llega más tarde a casa.

-¿Germán es celoso?

-Él dice que sí, pero yo no lo noto, jamás me hace un planteo o un comentario sobre algún actor con el que trabajo. A ver, somos celosos (los dos) en algo muy particular que te va a causar gracia. Si Germán está mirando televisión, aparece una cantante que la rompe y dice: "Guauuu, ¡qué voz tiene esta mujer!", siento que me clava un puñal en el medio del pecho. Onda pienso: "¿Le gusta más que yo?" o "Eso es lo que admira de mí, ¡no le puede gustar más otra cantante que yo!". Pero entiendo que son inseguridades nuestras, no celos reales.

-Empezaste a trabajar cuando tenías 9 años y te eligieron para integrar el elenco de Los miserables, ¿qué harías si Nina te dijera a esa edad que quiere ir a un cásting?

-¡Me estás haciendo pensar cosas que no quiero! ¿Por qué se te ocurre eso? Hablando en serio: sería una situación muy difícil. Por un lado, me daría mucha felicidad que le guste el arte en cualquiera de sus formas porque yo soy una convencida de que el arte hace bien y, por otro lado, no sé si quiero que trabaje desde tan chiquita.

-No me contestaste la pregunta: ¿la llevarías al cásting?

-La llevaría, sí. No la privaría de algo que le guste, pero tomaría mil recaudos. Yo a los 14, 15 años viví algunos momentos incómodos, raros, que no me gustaría que ella tenga que atravesar.

-¿Fuiste acosada?

-No sé si esa es la palabra exacta, pero sí tuve que frenar situaciones que, como te dije, me parecieron extrañas y fuera de lugar. Fue hace mucho y lo resolví, por eso no vale la pena hoy recordar los detalles, pero de lo que sí estoy segura es de que no permitiría que ella pase por episodios así.

-¿Nina se parece más a vos o al papá?

-Es una linda mezcla de los dos. Tiene el temperamento fuerte de Germán y es una nena muy determinada: siempre sabe lo que quiere. Pero, a la vez, es súper sensible y todo la afecta mucho… ¡Igual que a mí! Es sociable y muy histriónica como nosotros dos.

-Vos venís de una familia numerosa (son 8 hermanos), ¿te presionan con la pregunta "¿Cuándo viene el hermanito?"

-Sí, ¡a full! Pero les voy avisando: no está en nuestros planes a corto plazo. Ojo, siempre sueño con tener un hijo varón con los ojos de Germán. Es una idea que ronda por mi cabeza porque yo deseo que ella conozca ese vínculo tan lindo y especial. Pero este año, con tanto trabajo y a punto de mudarnos a la casa que acabamos de construir, es casi imposible pensar en un bebé. ¡Tendrá que quedar para más adelante!

Textos: Juliana Ferrini.

Producción: Julieta Cuevas.

Maquilló: Bárbara Majnemer para Romero Estudio. Peinó: Juan Olivera para Estudio Olivera. Agradecemos a: Punto y Letra, Las Pepas, Rimmel, Prüne, Más Negro, AY Not Dead, Iomm y Aldo para Grimaldi.

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