¡Sorpresa! Japón fue el sitio elegido para el megadesfile de Louis Vuitton. Un enamorado de la cultura oriental, el designer francés Nicolas Ghesquière no sólo le dedicó toda su colección Crucero 2018, sino que también llevó su presentación a tierras niponas. La cita fue en el Miho Museum de la bella ciudad de Kioto, en un mix entre lo ancestral y la modernidad.
El mundo vio desfilar sus prendas con referencias al tradicional teatro kabuki japonés y a films como Stray Cat Rock de los '70. Ghesquière trabajó en colaboración con Kansai Yamamoto (el diseñador nipón detrás de los trajes más famosos de David Bowie). Y eso fue sólo el inicio. Al poco tiempo la japonesa Rei Kawakubo de Comme des Garçons transformó sus piezas llenas de volumen y color en protagonistas de la última gala anual del MET.
El mundo fashion apuntó su mirada a Oriente. Ya Stella McCartney se sumó y adelantó en sus redes lo que viene; la británica anticipó en las redes su campaña shooteada en Tokio por la fotógrafa Marie Schuller, llena de misterio asiático. Stella eligió como protagonistas a las modelos locales Aya Asato y Chiharu Okunugi, dos tops que arrasan en pasarelas internacionales.
Japón, con su tradición, inspira. Su moda trasciende fronteras y hoy sus kimonos, obi (esos trabajados cintos anchos que se usan cual cinturones) y tabi (medias tradicionales con el pulgar separado, especiales para usar con zori, sus clásicas sandalias) se hicieron parte de la vestimenta occidental. Justamente los tabi son fetiche de los calzados de Maison Margiela y protagonistas de la retrospectiva que desde marzo se disfruta en el Palais Galliera.
Hace unas semanas en Paris Fashion Week, designers como Kei Ninomiya, Junya Watanabe o Mame Kurogouchi se convirtieron en el centro de atención. Sus desfiles contaron con influencers japonesas en primera fila como las gemelas @Amixxamiaya y la blogger británica Susie Bubble quien –lookeada estilo asiático– siguió palmo a palmo cada desfile live. Los japoneses y el mercado del lujo tienen una relación especial y es que la mentalidad nipona no da cabida a prendas fake y la moda de diseñador se lo agradece brindándoles líneas de lujo de edición limitada. Las de Karl Lagerfeld, las más buscadas.
Hoy, talentos como Noritaka Tatehana –con su selección de tacos "sin tacos"– generan revuelo en exhibiciones como el Trading Museum de Comme des Garçons. Mucho le deben estos designers al camino abierto por compatriotas como Hanae Mori, Issey Miyake o Kenzo Takada en los '90. Una herencia que nombres como Yohji Yamamoto supieron mantener.
El japonés no sólo conserva su firma homónima, también captura un público joven por medio de su línea deportiva Y-3 con adidas. adidas tiene con Japón un feeling especial. Desde su colaboración con la nipona Bape a la convocatoria de la diseñadora Satomi Nakamura para crear la línea net XbyO con prendas esenciales y una paleta simple de colores. Si en el pasado Lacoste apostó al diseñador Ohya para llevar los cómics japoneses (manga) a sus diseños, en Occidente hoy es el multifacético Pharrell Williams el mayor fan de sus íconos. Sus colaboraciones de edición limitada para adidas Originals con lunares o caracteres japoneses arrasan en el mundo.
La impronta nipona contagia y esta semana Nike lanzó nuevos diseños Air Max 1 Atmos by Atmos del japonés Hirofumi Kojima inspirados en animales y escenarios naturales. Reebok en tanto sumó a su colección diseños como su Classic Aztec Zip de estilo net oriental.
EL IDIOMA UNIVERSAL. No sólo son los diseñadores japoneses los que están en el candelero, también se destacan sus técnicas milenarias (como dobleces "tipo origami", sin cierres ni botones y telas como sus furoshiki, esos pañuelos que nada tienen que envidiarle a los Hermès).
"Consumo mucho producto japonés, admiro su craft, las telas de Kokka… Japón tiene un estilo tan marcado que hay diseñadores que entran y venden mejor allí que en sus propios países, como los franceses Jamin Puech, Nathalie Iete, Paul & Joe o Vanessa Bruno", explica la designer Verónica Alfie.
Justamente este año, cuando se cumplen 120 años de amistad entre nuestro país y Japón, el vestuario samurái alusivo del show argentino Fuerza Bruta celebrado en Tokio corta la respiración.
En nuestro país, Mishka llenó su nueva colección con estampas alusivas, aires de Oriente como en Domingo es Domingo o en Prüne, que el año pasado lanzó su línea Kyoto. El producto japonés despierta interés y eso se ve reflejado en colaboraciones (la misma Marie Kondo, gurú del orden, lanzó una de accesorios net con Cuyana) y también, con su particular estilo, marcas bandera como Muji o Uniqlo le ganan la pulseada a cadenas como Zara o H&M.
El mundo y Japón se retroalimentan a la hora de crear. "Japón se insertó mundialmente en el mercado. Antes eran muy cerrados, pero hoy salen al mundo y el mundo a su vez se anima a mirarlos más.
Los japoneses participan en los fashion week internacionales y generan interés y mayor curiosidad", comenta la diseñadora Valeria Pesqueira. Al igual que Martín Churba de Tramando, Pesqueira supo entrar en su mercado. Lo mismo que Juana de Arco: "El 70% de mi producción actual va directo a los percheros japoneses –comenta su álma mater, Mariana Cortés–. "Japón es un mercado muy grande y todo lo que está en el mundo tiene su lugar allí. Es un público complejo que consume mucho y al que le gusta la originalidad". Juana de Arco no sólo tiene allí sus locales, también realizó su campaña aniversario en la ciudad de Kioto.
"Las japonesas son muy específicas en cuanto a feminidad y estética. Son muy libres para vestirse y mezclar colores y no tienen problemas con lo que se ponen, aunque apuestan por ropa amplia y desestructurada. Son muy consumistas y eso atrae a las grandes casas: Paul Smith va cada tres meses a Japón a inspirarse. Sólo un día en Tokio es muy estimulante y genera mucha información", detalla Cortés. Paul Smith acaba de lanzar su nueva colección de accesorios con el mercado de pescado de Tsukiji como centro. Y si seguís las Instagram Stories de Nicolas Ghesquière, te enterás que también acaba de volver de un viaje inspiracional.
GET THE LOOK. "Sin formas, ¡de embarazada!, tipo carpa". Casi como un no-uniforme, un breve pantallazo del street style japonés y vislumbrás al instante sus características. Porque "formas amplias" son una forma al fin y no por nada se hizo conocida Rei Kawakubo. Los pantacourts de tiro alto que hoy ves en nuestras vidrieras mucho tienen que ver con los atuendos de artes marciales japoneses.
Igual que los kimonos que, sin cierres, se adaptan a cualquier cuerpo. Seducir sin mostrar en exceso, de eso se trata. Un pantacourt, una blusa lisa y zapatillas (sin talón, ideales o bien All Star básicas) son su día a día. Poco taco alto ya que las japonesas optan por el athleisure style. "No les gustan los escotes ni las musculosas.
Prefieren el misterio y nada de cosas ceñidas, se destaca la línea A, con pantalones bien amplios y atuendos de invierno en capas de ropa porque son muy flacas y no tienen tantas curvas –describe Pesqueira–. Son súper extremistas a la hora de vestir y por la calle das con una estilo punk rocker toda disfrazada, con cosas colgadas y el pelo rosa, y por Harajuku Street ves a otra vestida naif tipo Frutillita". De la excentricidad absoluta a un minimalismo extremo. Porque de contrastes se trata y Oriente nunca estuvo tan cerca.
Textos: PAULA IKEDA (pikeda@ atlantida.com.ar) Fotos: GENTILEZA LAS MARCAS/ GEO BOGUNOVICH-JUANA DE ARCO
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