Benjamín Vicuña (39) sorprende a primera vista, a pura simpatía y tranquilidad. "Aprendí que las cosas importantes y trascendentales de la vida van por otro carril… Por eso nunca hay que despegar los pies del piso ni creérsela. Hay que tratar de no escuchar tanto runrún, ni lo bueno ni lo malo. Porque te pueden llegar a decir tanto que sos una porquería de persona como el galán del siglo. ¡Ninguna opinión es real! Mi estrategia está en entender que todo en este ambiente es muy rápido, inmediato y desechable", confiesa el actor que vuelve a ser el protagonista de la segunda parte de Sitiados (FOX Premium Series), una historia de época inspirada en la conquista española en América.
Y esta vez lo hace con su mujer, Eugenia la China Suárez, que interpreta a la reina Isabel de Bastidas. "Hay un refrán en el teatro que dice: 'no mezclar sábanas con telones'. Pero en nuestro caso no sucede. Es más, nos gusta compartir proyectos, por eso también elegimos en su momento actuar los dos en Los Padecientes o El hilo rojo. Igual, en esta serie no vivimos una historia de amor. Compartíamos el set, pero no estuvimos juntos en el día a día. Y eso también es sano", explica.
LATIN LOVER… ¿Y QUÉ? Benjamín no reniega del mote de latín lover. "Me hago cargo del rol de galán, sobre todo cuando encaro una producción o encabezo una tira. Soy consciente de que es parte de la razón por la que me convocan. A veces es más importante tener el famoso ángel o carisma que ser el mejor actor del mundo. Y eso es algo que no todos los buenos artistas tienen".
A los 39 años, el chileno más querido por las argentinas está viviendo uno de los mejores momentos de su vida: acaba de celebrar el primer mes de Magnolia (quien se sumó a la familia de Bautista, de 10, Beltrán, de 6, Benicio, de 4 –los hijos que él tuvo con Carolina Pampita Ardohain–, y Rufina, también de 4, hija de la China con Nicolás Cabré). El fin de semana pasado, la feliz pareja aprovechó el cumpleaños de la China para viajar a Carmelo, Uruguay. Allí bautizaron a la bebé y hasta hicieron una bendición de sus anillos de compromiso. La boda será para la primavera.
– ¿Te gustaría que tu mujer dejará un poco de lado su carrera para dedicarse más a la maternidad? No, no. Creo que es importante que ambos nos realicemos. Y el trabajo ayuda a un montón a desarrollarte como persona, artista y a mantener el ego. Ojo, también es un camino válido dedicarte a la maternidad… Pero ella es una excelente actriz y para mí tiene que seguir actuando.
-Se dice que los chilenos son machistas, ¿mito o realidad? Había escuchado más que somos conservadores. Pero quizás lo conservador tenga una connotación de machismo. Y puede ser, por algo en Chile todavía no hay matrimonio igualitario o la ley de identidad de género aún está en el congreso. Hay una derecha conservadora que entorpece ese progreso. Pero no se puede generalizar.
-¿Cómo vivís este momento histórico de lucha feminista? Lo veo desde el palco del hombre con mucho respeto, admiración, solidaridad y apoyando la causa. Me parece justo y necesario que se hable de la igualdad de géneros. Es importante que la mujer se empodere y salga a la calle para exigir por sus derechos.
LA FLOR MÁS BELLA. Papá de tres hijos varones (Blanquita murió a los 6 años por una neumonía), junto a la China Suárez se convirtió en papá de otra nena: Magnolia Vicuña. "El nombre nos encontró a nosotros. Se nos empezó a cruzar por todas partes. Lo escuchábamos en canciones (hay una de Eric Clapton y otra de Spinetta), lo veíamos en películas y hasta una vez fuimos a un campo que se llamaba así. Fueron demasiadas coincidencias. ¡Curiosidades mágicas! Es un nombre hermoso.
Hoy miramos su carita y pensamos que no puede llamarse de otra manera que no sea Magnolia", asegura negando rotundamente que se trata de un homenaje a su hija Blanca ya que, según dicen, son las flores que usarían tanto Benjamín como Pampita para recordarla en la misas que realizan en su honor. "Escuché algunos comentarios, pero traté de no darles bola porque son de un grado de morbosidad y crueldad que no vale la pena mencionar".
– ¿Cambia la paternidad después de cuatro hijos? Es raro. Por un lado, me sigo maravillando con las mismas cosas. Ya sea el parto, la lactancia o sus primeras sonrisas. Pero en otros aspectos uno ya tiene más experiencia y trata de equivocarse menos.
-¿Sos de cambiar pañales, dar de comer y bañarlos? ¡Sí! Soy parte de una nueva generación de padres que quieren un rol más activo. Queremos participar de la crianza de los chicos, de las decisiones y tener mayor protagonismo. Así como las mujeres han ido demandando igualdad de posibilidades, nosotros también. Ya suficiente es tener que esperar nueve meses para conocerlos. Esto es algo que muchas mujeres agradecen, pero hay otras a las que le genera cierta desconfianza. Las madres, sobre todo en la primera etapa, son todo para el bebé. Hay que ser cuidadoso, pero tenemos que encontrar nuestro lugar, aunque al principio sea muy chiquito.
¡Siento un gran respeto hacia el género femenino!
-Después de tres varones, ¿te moviliza especialmente ser padre de una mujer? Sí, y no sólo eso… tengo una madre, que ahora me está acompañando y anda por ahí, a la cual quiero muchísimo. Y también tengo a la China, que la veo y la admiro todos los días por cómo es como mujer y madre. ¡Siento un gran respeto hacia el género femenino!
-¿Soñás con Hollywood? Hoy no lo veo como una meta porque nunca fue mi camino. Estoy muy contento y tranquilo con la carrera que vengo haciendo. Lo que me gustaría es tener el honor de representar a Latinoamérica en alguna premiación grande. Me parece un hecho histórico que Chile haya ganado un Oscar con Una mujer fantástica. ¡Eso está buenísimo!
texto AGUSTINA D'ANDRAIA (adandraia@atlantida.com.ar) fotos MAIA CROIZET
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