Príncipes consortes: quiénes son los hombres que viven a la sombra de la corona

Los maridos de las reinas con sangre azul reciben el título de príncipes consortes, relegan todo protagonismo y viven una vida subordinada a sus esposas reales. Desde Felipe de Edimburgo hasta el fallecido Enrique de Dinamarca una guía por la realeza

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Felipe de Edimburgo, príncipe consorte del Reino Unido junto a la reina Isabel II.
Felipe de Edimburgo, príncipe consorte del Reino Unido junto a la reina Isabel II.

"Como persona debe saber que si un hombre y una mujer están casados, deben ser iguales. Si quiere que me entierren con ella, que me haga rey consorte. Y punto", dijo Enrique de Dinamarca, marido de la reina Margarita II.

Famoso por ser el príncipe que quería ser rey y nunca pudo abandonar su título de príncipe consorte. ¿Pero qué significa ser consorte? Son las personas que reciben este título por estar casadas con nobles por derecho de sangre.

Si bien a lo largo de la historia escuchamos casos de populares reinas consortes, no podemos decir lo mismo de los reyes consortes ya que, en la mayoría de los casos, recibieron otros títulos como príncipes.

En definitiva, mientras que a la reina consorte le corresponden honores de Rey y el tratamiento de Majestad, el marido de la Reina debe conformarse con ser Príncipe consorte y con recibir el tratamiento de Alteza Real.

"Esto está asociado a una tradición histórica por la cual se buscaba frenar el poder de los hombres que llegaban a consortes ya que, en definitiva, no eran de la realeza por nacimiento sino por matrimonio", explica Laura Malpeli de Jordaan, asesora de imagen y directora de la web Styletto.

En tanto Hernán Iris, docente del Centro de Diplomacia Karina Vilella, agrega: "Los príncipes consortes cumplen funciones diplomáticas y de representación al igual que los miembros de la familia real".

El año pasado Felipe se retiró de la vida pública. Tuvieron cuatro hijos: Carlos, Ana, Andrés y Eduardo
El año pasado Felipe se retiró de la vida pública. Tuvieron cuatro hijos: Carlos, Ana, Andrés y Eduardo

EL PRÍNCIPE ANÓNIMO. Nacido en 1921 en la isla griega de Corfú, Felipe Mountbatten –más conocido como F– está emparentado con varias casas reales europeas, entre ellas la danesa, la griega, la noruega, los Romanov en Rusia y los propios Windsor de Inglaterra, pues es primo lejano de su esposa, Isabel II, actual reina de Inglaterra e hija de Jorge VI, a la que conoce desde los 18 años.

Antes del matrimonio, Isabel lo nombró duque de Edimburgo. En 1947 se casaron y Felipe cambió de nacionalidad y de religión, al tiempo que renunció a sus derechos de sucesión en Dinamarca y Grecia. Felipe representó un papel relevante en 1953, en la coronación de Isabel II, al ser nombrado príncipe consorte del Reino Unido; por lo demás, fue una sombra.

El año pasado fue noticia ya que, a los 96 años, dejó la vida pública. En sus siete décadas como príncipe consorte, Felipe se ha destacado por su apoyo a causas filantrópicas, pero también por varios escándalos.

Cuando Isabel y Felipe se casaron, la familia real deseaba seguir siendo conocida como la Casa Windsor, por lo que los hijos de la pareja no llevaron el apellido de su padre, Mountbatten. Eso no le gustó nada: "No soy nada más que una maldita ame'. El único hombre del país que no le puede dar su apellido a sus propios hijos".

La serie The Crown, de Netflix, retrata la vida de la reina Isabel II del Reino Unido (91), interpretada por Claire Foy. Son casi siete décadas de matrimonio con el príncipe Felipe de Edimburgo (95), interpretado por Matt Smith.
La serie The Crown, de Netflix, retrata la vida de la reina Isabel II del Reino Unido (91), interpretada por Claire Foy. Son casi siete décadas de matrimonio con el príncipe Felipe de Edimburgo (95), interpretado por Matt Smith.

Varios libros, documentales e incluso la serie 'The crown', de Netflix, han insinuado que el príncipe le fue infiel a la reina. Los comentaristas más monárquicos subrayan: "Detrás de sus metidas de pata se esconde el espíritu libre de un hombre que pertenece a una generación del pasado, que ni puede, ni quiere, ni debe cambiar".

Y destacan: "La buena pareja que hace con la reina: ella, de profesionalidad indiscutida, es fría como un témpano; él, de profesionalidad más dudosa, es cálido, aunque su probado clasismo y sus amagos racistas ponen en cuestión esa calidez".

Daniel Westling es príncipe de Suecia y duque consorte de la princesa heredera de Suecia, Victoria
Daniel Westling es príncipe de Suecia y duque consorte de la princesa heredera de Suecia, Victoria

PRÍNCIPES PARA RATO. El marido de la princesa heredera Victoria de Suecia, Daniel Westling (44), formará parte del reducido club de consortes. Por ahora es príncipe de Suecia y duque consorte de la Heredera, y será príncipe consorte cuando la princesa Victoria asuma como soberana ya sea por la muerte o abdicación de su padre.

Nació en Ockelbo, no lejos de la capital sueca, en el seno de una familia sencilla. Al terminar la secundaria, sirvió en el regimiento militar y luego se mudó a Estocolmo para trabajar como entrenador personal.

Es dueño de una cadena de gimnasios Balance Training donde conoció a la princesa Victoria en 2001. Daniel fue muy criticado por su look sport, pero con el tiempo se inclinó por el traje y la corbata. Durante casi diez años los reyes consideraron que Westling no era el hombre indicado para Victoria. Pero el amor fue más fuerte y en 2010 la pareja dio el sí.

Daniel comenzó un entrenamiento en protocolo, historia sueca, política, economía, funcionamiento del Parlamento, etc. Además se ocupó de crear un programa de becas para emprendedores y visita colegios y universidades con su equipo para contar sus experiencias.

Westling hizo historia al ser uno de los primeros miembros de la realeza que se tomó licencia por paternidad tras el nacimiento de sus dos hijos: "Mi padre se tomó licencia cuando yo nací e hizo lo mismo con mi hermana. Era a principio de los años '70, así que para mí era muy natural quedarme en casa con mis hijos". Quizás Daniel Westling, futuro príncipe consorte de Suecia, dé comienzo a una nueva generación: con más carisma, mejor imagen y de la mano de sus mujeres soberanas, sin querer eclipsarlas.

La reina Margarita II de Dinamarca junto a su marido, Enrique, quien falleció el pasado mes de febrero.
La reina Margarita II de Dinamarca junto a su marido, Enrique, quien falleció el pasado mes de febrero.

EL PRÍNCIPE INFELIZ. El pasado 13 de febrero murió un famoso consorte, el marido de la reina Margarita II, Enrique de Dinamarca (83). Hijo del conde André de Laborde de Monpezat, periodista y agricultor, y de Renée Doursennot, pasó su infancia en la Indochina francesa.

Se licenció en derecho y ciencias políticas en la Sorbona y vivió en China y Vietnam, donde estudió las lenguas vivas orientales. En 1965, en Londres, conoció a la princesa Margarita, la hija mayor y heredera al trono de Dinamarca. Dos años después la pareja llegó al altar. Enrique renunció a la religión católica, a su nacionalidad francesa y hasta cambió su nombre francés, Henri, por uno más danés, Henrik. Fue todo un intelectual. Editó varios libros y tuvo un exitoso emprendimiento vitivinícola en Cahors, en el suroeste francés.

En 1972, Margarita se convirtió en reina y Enrique en príncipe consorte. Tuvieron dos hijos Federico y Joaquín.
En 1972, Margarita se convirtió en reina y Enrique en príncipe consorte. Tuvieron dos hijos Federico y Joaquín.

Cuando su suegro, Federico IX, murió en 1972, Margarita se convirtió en reina y Enrique en príncipe consorte. Sin una función oficial definida constitucionalmente, sus celos fueron en aumento.

A medida que sus hijos tomaron relevancia en la corte tuvo que asumir que jamás sería rey. En 2002, confesó al periódico danés BT que se sentía "inútil y relegado". Ese sentimiento lo llevó a "exiliarse" a su castillo al sur de Francia.

Convertida en la persona más impopular de la realeza, su último escándalo fue cuando pidió que no lo entierren junto a su mujer "ya que le había faltado el respeto como marido al no darle un papel igualitario".

Finalmente Henrik no será enterrado como estaba previsto y no habrá funeral de Estado, rompiendo con una tradición de 459 años que establece que el rey o la reina sean enterrados junto a sus cónyuges. Sus cenizas fueron repartidas. Una parte al mar y otra en el jardín privado del Castillo de Fredensborg, el lugar en el que murió.

Textos: VALERIA MARIÑO (vmarino@atlantida.com.ar) Fotos: FOTONOTICIAS/ GENTILEZA NETFLIX

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