Diosa, simpática y dueña de los likes de la Argentina. Así es Stephanie Demner (26), la modelo que atravesó la pantalla (de Internet) y conquistó a una multitud de chicas (¡más de 635 mil followers!) que la siguen en Instagram.
"Entré a la agencia de Ricardo Piñeiro cuando tenía 15 años y era la modelo más chiquita, gordita y bajita de todas. Me sentía el bichito extraño. Nunca fui la típica modelo. Al principio era muy insegura… Quizás llegaba a desfiles y ni me saludaban", recuerda hoy, consagrada como toda una it girl.
Sin embargo, su éxito no fue cuestión de suerte. "De hecho, cuando empecé mi carrera como modelo me dijeron que tenía dos kilos de más y que los tenía que bajar. Yo lloraba porque sentía que estaba en mi peso. Me ha pasado de ir a castings donde, si no te entraba el jean 24, te tenías que ir. Finalmente los bajé de manera gradual, pero a mí me salvaba el carisma", confiesa relajada y de entrecasa en el departamento de soltera donde vive hace un año.
"Soy adicta a comprar cuadernitos, adornitos, tacitas, de todo… Así que pueden mover todo de lugar y hacer lo que quieran. ¡Me encanta que me reacomoden la casa!", nos dice antes de empezar las fotos.
Con los pronósticos y paradigmas del fashion business en su contra (en ese momento se hablaba del famoso 90-60-90 distribuidos en al menos 1.80 metros), Stephie supo abrirse camino con sello propio: su debut fue nada más y nada menos que como chica de tapa de Para Teens en 2006; después protagonizó una campaña mundial de Swatch y nunca más paró.
Todo lo que se pone o hace @stephaniedemner es palabra sagrada para sus fans. Y ella lo sabe. "Hay muchas nenas de nueve años que se me acercan para decirme que me admiran un montón. Por eso trato de ser cuidadosa con todo lo que subo, pienso cada cosa que digo o muestro en mis redes –aclara la blonda mientras chequea los mensajes directos de su cuenta–. Además, siempre les transmito a las chicas que hay que formarse y reinventarse. No se trata de subir fotos y nada más".
Sin ir más lejos, ni bien terminó el colegio estudió Gestión de Medios y Entretenimiento en la UADE, carrera que nunca ejerció formalmente, pero que aplica en su día a día. "Me sirvió mucho porque me dio un panorama súper amplio. Yo sé desde manejar la cámara de un estudio de televisión hasta organizar un evento de espectáculos. Siempre hay que ir llenando la mochilita de nuevos conocimientos, porque nunca se sabe cuándo vas a usarlos", insiste. ¿Qué tendrá la chica del millón de likes? Ángel.
-¿Cómo aprendiste a manejar tus finanzas?
-Me ayudó mucho mi mamá, que es contadora. Pero reconozco que al principio, cuando tenía 15, me gastaba casi todo lo que ganaba en ropa y viajes. Ahorraba, me iba de viaje y volvía a cero… Así lo hice un montón de tiempo (se ríe). Hay que disfrutar de la vida sin preocuparse tanto por lo que puede llegar a pasar en un futuro. Ojo, soy recontra ahorrativa, pero también me doy mis gustos.
-¿En qué te das tus gustos?
-Siempre me fascinaron las Louis Vuitton. ¡Soñaba con comprarme una! Pero me parecía demasiado inaccesible… Hasta que en septiembre del año pasado me metí en uno de sus locales en Nueva York y me la compré. La pagué US$ 1.200 y ni la uso (risas). ¡Lo sentí como mi consagración como modelo! Un premio.
-Qué loco, una se imagina que tenés millones de carteras carísimas…
-Nooo, ¡ni ahí! A mí me gusta ir cambiando la ropa y las carteras. Soy partidaria de darme gustitos, pero no de ir despilfarrando y ostentando. Además, ahora las marcas que me gustan me regalan de todo. No me acuerdo cuándo fue la última vez que fui a un shopping.
Siempre tuve temas con el peso, hice mil dietas distintas y las abandonaba y me comía todo
-¿Sentís presión por verte siempre impecable?
-Tengo momentos. Toda mi vida me cuidé con las comidas porque tengo tendencia a engordar. Siempre tuve temas con el peso, hice mil dietas distintas y ninguna me terminaba de funcionar porque las abandonaba y me comía todo. Capaz bajaba dos kilos y después subía cuatro. Recién hace dos años empecé a ir a una nutricionista que me inculcó hábitos saludables. Por suerte también está cambiando la tendencia de modelos, ya no se usan chicas raquíticas desfilando. Eso está bueno.
-De hecho, el año pasado llegaste a desfilar en la Fashion Week de NYC para Custo Barcelona…
-Sí, y hasta el día de hoy no lo creo. ¡Fue una locura! En realidad, ellos me contrataron como influencer para ir a cubrir el desfile desde mis redes, pero cuando fui a probarme ropa para llevarme algunos looks, fue el mismo Custo el que me preguntó si me animaba a desfilar. Te juro que se me paró el corazón. Imaginate que las chicas miden 1.80 y se preparan durante meses… Yo mido 1.70 y hacía años que no me subía a una pasarela. Pero era una oportunidad única que no podía dejar pasar.
-¿Cómo la pasaste?
-Y… toda la previa estuve muy mal, nerviosa. Las trece horas de vuelo hasta NYC fueron una pesadilla. Tenía mucho miedo de que no me entrara la ropa o de tropezarme. Al final hice dos pasadas: en la primera estuve tensa, y en la mitad de la segunda, empecé a relajarme y lo pude disfrutar. Obviamente, me sentía re bajita, pero por suerte la ropa me quedaba bien y estuve cómoda.
REALITY LIFE. Si bien es la primera vez que entramos a su casa, sentíamos como si hubiéramos estado allí en mil ocasiones. Es que Stephanie no sólo muestra su look y tips de belleza, sino que abre las puertas de su vida en una especie de reality que comparte por Internet.
"No todo es color de rosas, ser conocida tiene sus pros y sus contras. Porque cuanto más masiva sea tu cuenta, más son las personas que van a criticarte. Si tenés poquitos seguidores, la mayoría van a ser personas que te quieren. Pero si tenés muchos, existe un porcentaje que lo hace para criticarte –se lamenta con resignación, y sigue–. Ojo, entiendo que es parte del juego. Si decidís exponerte en las redes sociales, después te tenés que aguantar las buenas y las malas. Si hacés de tu vida un reality, te la tenés que bancar".
-¿Qué es lo que más te critican?
-(piensa) No hay algo puntual con lo que me ataquen, pero de repente, subo una foto y algunos me ponen "ay, sos espantosa", "esos kilitos de más te quedan tan bien" o "¡qué mal te vestís!". Siempre van a encontrar algo. De hecho, cuando me separé (N. de la R.: estuvo un año de novia con Grego Rosello, un standapero que tiene más de un millón de seguidores), tuve que salir a dar explicaciones porque todos nos preguntaban qué había pasado. Hasta el día de hoy me dicen: "volvé con Grego" o si subo una foto en bikini lo arroban a él. No es fácil.
Con Grego estábamos todo el día con el celular… No podíamos disfrutar una cena en paz
-¿Se separaron por el reality?
-No sé si nos jugó en contra la exposición. Lo más complicado era que ambos trabajábamos en las redes sociales e inevitablemente caíamos en la competencia de comparar los trabajos. Además, está bueno llegar a tu casa y poder compartir un rato distendido con tu novio y no estar todo el tiempo con compromisos, generando contenido o contestándole a seguidores. Estábamos todo el día con el celular… No podíamos disfrutar una cena en paz. Cuando se empieza a mezclar la relación con el trabajo se cruzan muchos límites. En ese sentido, no fue lo mejor del mundo.
-¿Ahora estás soltera?
-Sí, ¡re! Siempre fui de salir en una relación y meterme en otra. Si bien me encanta la vida en pareja, ahora estoy re amiguera, me sumo a cualquier plan y viajes. Estoy abierta a aceptar propuestas divertidas y quiero emprender muchos proyectos. Pero por primera vez en la vida me estoy permitiendo disfrutar la soledad.
Texto: AGUSTINA D'ANDRAIA (adandraia@atlantida.com.ar) Producción: PAOLA REYES
Maquilló: Mauricio Camilo. Peinó: Edu Rodríguez para Cerini. Agradecemos a: AY Not Dead, Kosiuko y Lomm Shoes.
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