Solidaridad 3.0: ¿Cómo funcionan las plataformas de peticiones?

Los reclamos, peticiones y demandas se hacen escuchar vía online a través de plataformas abiertas, solidarias, activas y participativas. Esta nueva manera de ejercer la ciudadanía, cuestionar, indagar y demandar está funcionando y bien.

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Las plataformas de peticiones son cada vez más frecuentes se establecen como la nueva manera de ejercer la ciudadanía Foto LATINSTOCK
Las plataformas de peticiones son cada vez más frecuentes se establecen como la nueva manera de ejercer la ciudadanía Foto LATINSTOCK

Las plataformas de peticiones online generan feedback positivo y se imponen junto a otros proyectos que promueven la discusión productiva y el compromiso social en temas que preocupan. Son abiertas y de participación gratuita, tienen líneas editoriales más o menos definidas, se financian con donaciones o contribuciones voluntarias (y mantienen una política de transparencia al respecto) y las une una premisa: como consumidores y ciudadanos podemos (y debemos) ser escuchados.

La página de Change.org
La página de Change.org

COMPROMISO SOCIAL. Nada peor para una empresa o un político que sufrir el escarnio mediático 3.0. Y si bien la mayoría de estos sitios online nacieron en otros países, en el nuestro se posicionaron enseguida como prometedoras usinas de compromiso social democrático. Bien pudo evidenciarlo Gastón Wright, quien exportó Change.org desde Estados Unidos en 2013. La ya popular página hoy suma 4 millones y medio de usuarios y sube entre 250 y 270 peticiones por semana.

¿Los temas más votados? Los reclamos a las prepagas relacionados con coberturas de tratamientos o medicamentos. ¿Una acción reciente con final feliz? El pedido de la mamá de Leandro Villalba a Osde: el bebé necesitaba que la prepaga le cubriera una leche especial por ser alérgico a la proteína de la leche de vaca. Y si hablamos de temas de actualidad, entre las solicitudes más exitosas están la que alcanzó casi 350 mil firmas para pedir la reincorporación del fiscal María José Campagnoli y la de 250 mil por la remoción y el juicio político al juez Carlos Rossi "por dejar en libertad de forma discrecional a Sebastián Wagner" (quien violó y mató a Micaela García).

CitizenGo busca promover la comunidad ciudadana
CitizenGo busca promover la comunidad ciudadana

CASOS REALES. Asuntos vinculados a la defensa de los animales, como el pedido de prohibición de las carreras de galgos no sólo consiguió firmas, sino que generó presión en el Congreso para que se aprobara una ley definitiva y condenatoria.

También tuvo un resultado efectivo y concreto el llamado de atención de una clienta al gerente de la sucursal de Burger King de Santa Fe y Ayacucho para que modificara el espacio en función a la comodidad de las personas mayores que suelen desayunar en el local y tenían que subir al primer piso porque el principal siempre estaba repleto. La empresa escuchó e hizo los cambios pertinentes. Los resultados están a la vista. El hecho de que sea alguien cercano (un vecino, un paciente, un cliente X, sin cargo político o renombre) genera más empatía y hasta algunos de los promotores se convierten en líderes espontáneos.

Como la mamá de Caterina, en Morón, que además de lograr que la compañía de energía comprara un generador para su hija electrodependiente, fue más allá y consiguió que se aprobara una ley a principios de 2017 para que, mediando certificado médico, todos los pacientes que no pudieran costear el propio lo tuvieran. "De un día para el otro –comparte Wright, quien además es politólogo– ella logra transformarse en una líder para este grupo de gente que sufría el maltrato del sistema desde hacía rato. La tecnología revolucionó la forma de ejercer el derecho democrático de peticionar a las autoridades. Antes había que pararse en una esquina a pedir firmas mientras que ahora Internet abre canales mucho más rápidos y explosivos para ejercer poder y presión".

OsOigo ARGENTINA
OsOigo ARGENTINA

DIOS ATIENDE EN LA NUBE WEB. Desde España a Córdoba y esperando el momento de lanzarse a nivel nacional OsOigo Argentina se convirtió en el portal "de los políticos que escuchan". El proyecto (de una licenciada en relaciones internacionales, una comunicadora social y un abogado) apunta a que diputados, senadores e intendentes (directamente o partir de alguno de sus asesores) respondan las inquietudes de la gente. ¿Por qué en los últimos años la tendencia es llevar a los chicos a colegios privados cuando el Estado debería garantizar educación de calidad para todos? ¿Qué propondría para la problemática de los inquilinos y el abuso inmobiliario? Cuando acceda a la banca, ¿propiciará la legalización del aborto?

Actualmente hay 50 políticos (de 16 partidos) dispuestos a entrar en diálogo directo y participar de los debates virtuales que se generan; el objetivo es que el número de nombres comprometidos crezca. Todos los días se sube alguna pregunta y cuando no hay respuesta (especialmente frente a las preguntas incómodas) desde la organización se llama por teléfono para que el susodicho en cuestión acuse recibo. Es que detrás de cada plataforma hay estrategias para avivar la repercusión y que la demanda llegue a buen puerto.

En las páginas de peticiones se les envía a todos los usuarios los pedidos de la semana para que nadie quede fuera de tema y se contempla que los comentarios y vínculos se compartan en redes. También hay que saber que, si bien la participación es abierta, gratuita y libre, cada proyecto tiene sus propias restricciones de uso. Change.org filtra sólo las publicaciones en las que se agrede, se difama a otras personas, se utiliza lenguaje de odio o se discrimina abiertamente a un grupo. En una vereda más estrecha, desde "la comunidad de ciudadanos activos" Citizen.go asumen que se enfocan en algunos principios como la vida, el matrimonio y la libertad de los padres a elegir la educación de sus hijos. Y si bien no limitan las publicaciones, sus seguidores conocen su punto de vista cristiano. Silvina Luján, encargada de campañas (se abren unas cuatro por mes, dependiendo de la coyuntura) intenta que el proyecto nacido en España sea un espacio para que puedan expresarse quienes están afuera del discurso oficial. 70.000 firmas ganó el repudio contra la parodia de aborto que actuó una joven vestida de Virgen María frente a la catedral durante una de las marchas de las mujeres el pasado 8 de marzo en Tucumán.

DEMANDAS EN LÍNEA. Greenpeace también se sumó a la ola de reclamos abiertos hace tres años, con la creación de HagamosEco.org, una plataforma enfocada en temas ambientales. Ya se crearon más de 4000 peticiones (se suben unas veinte por semana) y llegaron a un millón de miembros. Un caso memorable es el de Tomi, un adolescente de Córdoba que mantuvo en línea una campaña para limpiar el lago de su ciudad. Después de dos meses de iniciado el pedido, que no pasó desapercibido en los medios locales, el intendente Ramón Mestre fue a su casa y tomó medidas.

Como explica el director de comunicación, Hernán Nadal, este tipo de iniciativas permite que se aborden otros asuntos que, si bien están fuera de las preocupaciones globales que atañen a las grandes organizaciones, no son menos importantes. De hecho, a veces es la propia fundación la que se suma a una campaña individual, como la que logró antes de morir de cáncer de pulmón la periodista Ana Cecilia Niño. Consiguió que el Senado votara finalmente la comercialización y la importación de asbesto (después ser rechazado en el Senado) en Colombia, tras los casos registrados y asociados a la enfermedad que la mató. Posteos de una participación coral encendida y viral que se las trae.

Textos: MARA DERNI (mderni@atlantida.com)

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