Luz Cipriota: “Para mí todo en la vida es blanco o negro”

Lejos de la imagen etérea y cándida que transmite desde la pantalla, es una chica resuelta y dueña de una energía que parece inagotable. Feliz con la repercusión de su personaje en El maestro, nos cuenta cómo se preparó para interpretarlo y confiesa que tiene ganas de enamorarse.

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Luz (32) realiza el fouetté en tournant con potencia y elegancia. Mantiene la cabeza firme y mira a un punto fijo, el pecho elevado, los hombros alineados y la cadera inmóvil. El giro es veloz como un latigazo y nos deja a todos perplejos. El fotógrafo le pide que se detenga unos segundos en un arabesque porque le gusta la posición de sus brazos en diagonal al cuerpo.

Ver bailar a Luz es un placer y resulta imposible imaginar que hasta hace sólo unos meses, nunca había tomado una clase de ballet.

No entiendo cómo podés estar parada en esas zapatillas de punta realizando giros sin ser bailarina profesional. (Se ríe) Increíble, ¿no? Te aclaro que a mí también me cuesta creerlo, ¡y lo feliz que me hace! Porque yo siempre soñé con tomar clases de danza, desde chiquita. Pero éramos muchos hermanos y mi mamá se dividía como podía con nuestras actividades, así que a mí me tocó jugar al softball. ¿Entendés que odiaba jugar al softball? Pero, claro, había un club cerca de casa y listo: allí marché sin chistar.

Perdón que insista, pero ¿cómo llegaste a las zapatillas de ballet, entonces? La historia es muy buena: un día me llamó mi representante y me dijo que necesitaban una actriz que bailara bien clásico para una miniserie que se llamaría El maestro. Me contó que llevaban meses de cásting, sólo faltaban unas semanas para comenzar el rodaje y seguían sin encontrar a la persona adecuada para interpretar a Bianca, la novia de Paulina (Inés Estévez). Me preguntó: "¿Vos bailás en puntas?", le contesté: "Deciles que sí y pasame la dirección que mañana me presento a la audición". Ahí arrancó mi locura total porque, como te dije antes, jamás en mi vida había hecho ballet ni, mucho menos, me había subido a las puntas.

¿Y entonces? ¿Cómo hiciste? ¡Era un audición para una actriz bailarina! ¡Sabía que estaba en problemas! Pero se me ocurrió llamar a un amigo que es primer bailarín del Colón y le pregunté: "¿Qué posibilidades reales hay de que yo mañana esté haciendo una coreografía de 30 segundos en puntas?". "Todas", me contestó. "¿Cuánto calzás? Acá tengo una amiga que te va a prestar sus zapatillas y yo te voy a entrenar para que mañana te luzcas". Y bueno, así fue: me junté con él y me dio las indicaciones precisas sobre cómo pararme, de qué forma mover los brazos, en qué lugar poner el peso del cuerpo para no lastimarme… Creo que me ayudó haber sido toda la vida muy disciplinada con el trabajo corporal, y también tenía un terreno ganado por haber hecho gimnasia rítmica.

¿Y cómo fue trabajar con Inés Estévez (52)? Fue, básicamente, un placer y también un gran aprendizaje. No sólo por lo excelente actriz que es sino también porque es una mujer muy sensible, generosa y súper simple. Una docente de alma a la que pedís que te corrija y lo hace con dedicación y compromiso. Con Inés teníamos un gran desafío: transmitir que éramos una pareja sólida y estable de mucho tiempo y creo que lo logramos, entre otros motivos, porque tuvimos buena química desde el primer día.

Hoy llevás el pelo corto y castaño, pero lo has usado largo, rubio y hasta llegaste a raparte… ¿Te gusta cambiar de look con cada nuevo personaje? Sí, sí, me gusta hacerlo porque siento que me comprometo más con el rol que voy a interpetar. Y ojo, la he pasado mal por estos cambios de look: el año pasado me platiné tanto para 2091, una serie que hice con Benjamín Vicuña para Fox, que quedé pelada. ¡Se me cayó el pelo por la decoloración! Real. Pero bueno, ya está, pasó y creció (Se ríe).

¿Qué hacés durante tu tiempo libre? Amo estudiar –canto, baile, actuación o aprender a tocar un instrumento. Siempre estoy tomando clases de algo– y también viajar. Es una de las cosas en las que más dinero gasto. Tengo una amiga que vive en Ecuador y una vez por año viajo a visitarla, eso ya es como una rutina que está establecida. También viajé mucho por trabajo, así que pude conocer Colombia, México, Italia. Ahora, la semana que viene para ser más específica, me instalo un mes en Londres y, ¿quién sabe?, si surge alguna posibilidad laboral me quedo allá.

Das clases de comedia musical y también cantás, ¿te animarías a dejar la actuación por un tiempo, como hacen algunas actrices, para dedicarte sólo a la música? No creo que sea necesario dejar la actuación para cantar. Yo siempre tomo clases de canto y he participado de musicales en los que tuve que cantar muchísimo. Sí es cierto que siempre lo hice desde un personaje y no como Luz Cipriota y eso es diferente. Pero ya llegará el momento, no tengo duda.

¿Estás en pareja? No, ahora estoy sola.

Tu pareja más conocida fue Dante Spinetta (40), con quien te casaste en Las Vegas. Sí, es verdad. Nos casamos en Las Vegas en el 2013, pero fue algo simbólico, un juego para celebrar el amor. No lo hicimos con papeles, así que nunca tuvimos que firmar el divorcio ni nada por el estilo.

¿Tenés ganas de volver a enamorarte? Sí, claro, ¡obvio!

¿Y cómo tiene que ser el hombre que te conquiste? (Piensa unos segundos) Mirá, creo que lo más importante es que sea una persona transparente, como soy yo. Me cuesta mucho conectar con alguien muy cerrado a quien no le saco la ficha. Necesito que todo sea muy libre y relajado porque yo soy de esas personas que, si quieren decir algo, lo dicen y ya, sin vueltas. Un hombre poco demostrativo no es para mí, me gusta que todo sea espontáneo y sin especulaciones.

Es decir que un hombre que te invita a salir y espera tres días para volver a escribirte es mejor que se abstenga de intentar seducirte. ¿Vos decís esos que evalúan si queda bien o mal mandarte un mensaje? Olvidate. De esos huyo. No son para mí. Porque, ¿sabés qué pasa? Yo no sé lo que es ir de a poco, ¿qué es eso? No conozco los grises: para mí todo es blanco o negro. A mí si alguien me gusta tengo ganas de verlo y no voy a esperar días o semanas para escribirle o llamarlo. Yo me tiro a la pileta y veo cómo va la cosa.

¿Te gustaría tener hijos algún día? ¡Sí! Creo que voy a ser mamá en algún momento porque me encantan los chicos y tengo el instinto maternal muy desarrollado. Tengo sobrinos a los que amo y alumnos de comedia musical que adoro. Estoy rodeada de chicos y me siento cómoda con ellos.

Junto a Inés Estevez en El maestro
Junto a Inés Estevez en El maestro

Pero hasta el día de hoy nunca sentiste el deseo de maternidad… Yo creo que la maternidad es un proyecto de a dos, tiene que existir el deseo de formar una familia. Hasta hoy eso no me pasó. Nunca sentí que fuera el momento indicado ni que estaba con la persona con quien quería tener un hijo.

¿No tendrías un hijo sola? Hoy no. No está en mis planes. Pero en el futuro, ¿quién sabe? ¿por qué no? No te voy a mentir, para mí lo ideal sería tener un hijo estando en pareja. Me encantaría que crezca dentro de una familia con padre y madre y hoy todo eso lo veo súper lejano, pero también es real que en mi vida los procesos son muy rápidos, así que en dos meses te puedo decir: ¡me súper enamoré y me caso mañana!

FAVORITOS
Signo: Virgo. Color preferido: blanco y amarillo. Medio de transporte: auto. Comida favorita: milanesa con puré. Series: soy fanática de The Walking Dead y Vikings. Vacaciones ideales: me gusta mucho la playa. Si tengo que elegir, creo que me quedo con San Andrés o Tulum. Un miedo: a la soledad. ¿A quién le pedirías una selfie? Al Papa.

textos JULIANA FERRINI producción PAOLA REYES ANDAUR fotos JUAN JAUREGUI
Maquilló: Luli De la Vega para De la Vega Make Up. Peinó: Edu Rodríguez para Cerini Agradecemos a: L'Abito Vestuario, Trosman, Prüne y Brava.

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