Los reyes de los Países Bajos estuvieron tres días de visita oficial por Irlanda y Máxima deslumbró como nunca con la elección de sus looks.
A primeras horas de la mañana, Máxima sorprendió en la visita a la empresa emergente Dogpatch con un vestido de Claes Iversen, cuyas mangas estaban repletas de brazaletes dorados inspirados en los aros de oro que llevan alrededor del cuello las mujeres de la tribu africana ndebele. El vestido, de seda dorado, es largo hasta las rodillas, y tiene un frunce que hace efecto de asimetría y cinturón de color dorado.
Los complementos que conforman el atuendo son unos stilettos dorados a juego con un bolso tipo clutch, sombrero Pillbox del mismo tono que el vestido y aros en forma de lágrima en color ámbar. Lo combinó con zapatos transparentes y dorados de Gianvito Rossi y clutch dorado de Begum Khan. Allí los reyes hablaron con algunos jóvenes sobre innovación y plantaron un árbol.
Por la noche el presidente Michael D. Higgins y su esposa, Sabina Higgins, ofrecieron una cena de gala en honor a los reyes de Holanda en el Palacio Presidencial de Dublín. Irlanda es conocida como Isla Esmeralda, y qué mejor homenaje que usar un vestido verde acompañado de joyas con esmeraldas.
Llevó uno de los vestidos de noche más espectaculares que tiene en su placard: un diseño de Jan Taminiau, de encaje verde y con efecto tatuaje en el escote barco. Con aplicaciones de pétalos y hojas efecto 3 D a lo largo de todo el vestido, este diseño ya lo había usado en el casamiento de Filippos Lemos y Marianna Goulandris, en febrero de 2017 en Londres y también para la cena de gala en Portugal.
Combinó el vestido llevando en su cabeza la tiara de esmeraldas de la bisabuela de Guillermo, Guillermina. Son cintas de diamantes enrolladas con esmeraldas que se pueden desmontar y combinar de varias maneras.
El inmenso broche de esmeraldas y brillantes con forma de cruz lo llevó a modo de colgante, sobre un collar de diamantes. Por si el broche no fuera suficiente, le añadió la esmeralda más grande que tiene la familia real holandesa. Es del tamaño de un huevo de codorniz y fue la favorita de la reina Juliana, aunque lleva en la familia desde los tiempos de la reina Guillermina.
Junto a los aros largos, dos pulseras y anillo haciendo juego. Los aros que llevó son una de sus piezas favoritas y, aunque parecen formar parte de esta increíble colección real, se piensa que pertenecen a su colección privada.
Para el segundo día de visita, Máxima eligió una llamativa falda midi de lentejuelas. Ya la usó el 3 de junio de 2013 en Alemania y dos años después en Canadá.
La combinó con un top con manga francesa y péplum. Todo es de Natan. En los pies, usó unos zapatos con vinilo y una mini cartera color chocolate, un solo guante de cuero (un detalle no menor ya que en la otra mano se destacaron la pulsera y el anillo con piedra color ámbar que llevó), una pashmina y la infaltable capelina al tono (este sombrero lo estrenó en México en 2011).
Los reyes de Holanda fueron a una recepción organizada por el alcalde de Dublín y a la firma del libro de visitas de la ciudad. Posteriormente, visitaron el Trinity College y la Biblioteca de la Universidad. Una vez más Máxima supo cómo brillar.
Texto: Redacción de Para Ti
Fotos: Fotonoticias.
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