Llora, transpira, sigue llorando. Le damos un beso en la frente para tranquilizarlo y descubrimos que la tiene calentita… ¿Y ahí qué hacemos? Lejos de asustarnos, y tratando de ayudar a nuestro bebé a que se sienta mejor, debemos saber cómo actuar. La pediatra María Elena Cuencio Rodríguez, nos lo cuenta.
Motivos
"Se considera fiebre cuando la temperatura es mayor o igual a 38ºC, y febrícula cuando la temperatura está entre 37.2-37.9ºC -La temperatura normal es 36-37.2ºC-", aclara antes que todo la médica.
Dice que se produce cuando la temperatura corporal aumenta por encima de lo normal, y que aparece principalmente como reacción del cuerpo para combatir los organismos que causan enfermedades, los cuales generalmente son virus o bacterias que pueden ser propias de nuestro cuerpo o ingresar en forma externa a través de la boca, nariz, lesiones en la piel. "Por eso es muy importante el lavado de manos y evitar el contacto con personas enfermas", señala.
Se considera fiebre cuando la temperatura es mayor o igual a 38ºC, y febrícula cuando la temperatura está entre 37.2-37.9ºC
Los sí y los no
Como dijimos, el llanto y la alta temperatura –al tacto- en su frente, indican que el bebé podría tener fiebre. Se les pueden sumar otros síntomas como irritabilidad, decaimiento, o que no quiera comer. Para confirmarlo, debemos tomar su temperatura corporal colocándole un termómetro digital bajo su axila.
"Los termómetros de mercurio ya no deben usarse por la toxicidad que pueden producir ante la exposición inhalatoria crónica. Cuando se rompe el termómetro las moléculas de mercurio que se liberan quedan suspendidas en el ambiente y es muy difícil de erradicarlas, por este motivo es preferible el uso del termómetro digital", sostiene la pediatra.
Si el termómetro indica que efectivamente nuestro hijo tiene fiebre, lo primero que tenemos que hacer es consultar con el médico, quien seguramente le indique algún antitérmico. Además de esto, la asesora nos da una serie de recomendaciones:
No es bueno…
-Darle un baño con agua fría. Esto lo que hace es enfriar la piel y puede causar escalofríos y le aumenta aún más su temperatura corporal.
-Envolver al bebé si tiene escalofríos. Por el contrario, quitarle el exceso de ropa y ventilar el lugar donde se encuentre. Su cuarto debe ser cómodo, y no demasiado caluroso, ni frío.
Es conveniente…
-Hidratarlo mucho. La fiebre produce pérdida de calor. Si aún es lactante, dale la teta lo más que puedas. Si es más grande, el agua es lo ideal.
-Abrazarlo y mimarlo. Saber que estamos con él lo hará sentir más tranquilo y protegido. En definitiva, no hay nada como el amor de mamá.
Por Paula Germino / Asesoró: Dra. María Elena Cuencio Rodríguez, pediatra del Hospital Universitario Austral, M.N: 118.573, M.P. 57.401.
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