"La decisión de adoptar una mascota debe estar guiada por el deseo, es necesario que sea planificada y consensuada entre toda la familia. A la hora de elegir el nuevo habitante que se integra a tu núcleo familiar es fundamental que te preguntes cuales son los motivos que te llevan a tomar esa decisión: ¿búsqueda de compañía?, ¿necesidad de dar o recibir cuidado?, ¿entretenimiento para los niños? En fin, las motivaciones pueden ser muy variadas pero es importante que te las plantees", es lo primero que sugiere el Dr. Eduardo Silvestre, médico pediatra (M.N. 57.969) y divulgador científico de Grupo Medihome.
Y señala la importancia de construir un buen vínculo: "La relación entre perros y humanos es resultado de un proceso interactivo milenario, durante el cual los perros adquirieron habilidades comunicativas que favorecieron su relación con los humanos".
Se trata de una expresión de apego tal como la que existe entre los niños y sus cuidadores inmediatos (madre, padre o cualquier figura relevante), que está sostenida en un sistema biológico que es bidireccional y que se retroalimenta entre las partes.
Dicho más fácilmente: los humanos, y muchos animales están genéticamente preparados para comunicarse entre sí no solo con la palabra sino también a partir de ciertas conductas corporales, gestos, la mirada y todos los sentidos. "Que se establezca una adecuada relación de apego entre dos personas, o una persona y un animal, significa que uno ha producido modificaciones biológicas (químicas) en el cuerpo del otro y viceversa.
A partir de ese momento ambas personas están comunicadas por un sistema corporal que está mediado, fundamentalmente, por una conexión química, de apego, que conduce a buscar y mantener contacto físico y conexión emocional con figuras selectas a quienes se les confía protección", explica Silvestre.
ME HACES BIEN. Tener un perro puede ser beneficioso para la salud de tu familia. Esta influencia positiva en la salud de las personas se denomina "efecto mascota" y se observa tanto en distintos planos como el fisiológico y el psicosocial. "
Es terapéutico tener mascotas: contribuye a la sociabilización, aumenta el índice de supervivencia luego de ataques cardíacos, disminuye los niveles de presión arterial, reduce los niveles de cortisol (hormona del estrés) y triglicéridos, aumenta la percepción de capacidad y autoeficacia, entre otras virtudes. Por otro lado, los chicos que crecen en casas con perros maduran más rápido y mejor. Los perros son expertos en la lectura de los comportamientos sociales y comunicativos de los humanos (aún más que especies más emparentadas genéticamente, como los primates).
Una "evolución convergente" habilitó líneas de comunicación entre ambos. Esta influencia positiva en la salud de las personas se denomina "efecto mascota" y se observa tanto en distintos planos como el fisiológico y el psicosocial. Además, las crías de animales y humanos comparten un esquema infantil que naturalmente hace que afloren impulsos o instintos maternales. El ser humano adora de manera innata todo lo que tenga apariencia de cría", explica el médico pediatra.
MI AMIGO FIEL. Por otra parte, los perros son beneficiosos también para las personas con discapacidad y también para acompañar a los ancianos. "El perro es el animal más frecuentemente utilizado para la zooterapia (abordaje de distintas problemáticas con la asistencia de animales).
En las personas con discapacidad intelectual y/o emocional, así como en los ancianos que pasan gran parte del día encerrados en sus hogares la presencia de un perro mejora sus habilidades sociales y su estado de bienestar", asegura Silvestre.
Es cierto que el carácter del perro se parece al de su amo. Gran parte del comportamiento de una mascota es generado por su entorno. Los animales aprenden por asociación y los hábitos de sus dueños se transforman en propios.
"En la conexión entre el perro y su amo desempeña un importante rol la hormona oxitocina. El principal estímulo para la liberación de oxitocina en una relación perro-amo es la mirada recíproca. Está demostrado que, de todas las interacciones, el sostenimiento de la mirada del perro es el principal factor que contribuye a los lazos sociales ya que tiene un efecto particularmente intenso en el sistema neuroendócrino del dueño. Los perros aprenden a diferenciar a los humanos y a responder de distinta manera a las diferentes personas, lo cual es fundamental en la formación del vínculo social entre humanos y perros", asegura Silvestre.
PARA TENER EN CUENTA. La convivencia con perros merece una serie de reglas que habrá que respetar para prevenir enfermedades y problemas:
-Asignale un espacio exclusivo para que haga sus necesidades fisiológicas y no permitás que sus excretas entren en contacto directo con tu familia.
-Su cucha no debe ser tu cama. El espacio donde descansa debe ser higienizado todos los días.
-Después de jugar con él debes lavarte siempre las manos.
-Mantené su vacunación y desparasitación al día.
-Hacé un control veterinario por lo menos 2 veces al año.
-Sacalo a pasear frecuentemente (de ser posible todos los días).
-No lo tengas atado dentro de tu casa (la limitación de su movilidad aumenta su agresividad).
-Si en tu familia hay alguna persona alérgica y tenés opción, elegí un perro de pelaje corto y cepillalo todos los días.
-Higienizá todos los días tu casa, aspirando (preferentemente sin barrer) el pelaje que se le cae. –Tratá de hacer la limpieza profunda cuando la persona alérgica no se encuentra en la casa. Que el encargado de limpiar las mantas o los colchones del perro no sea la persona alérgica.
-Evitá que el perro entre a la habitación de la persona alérgica
-Si podés, instalá un purificador de aire
-Enseñale al perro que no suba a la cama ni al sofá.
"Integrar un perro a la familia o tener chicos cuando ya tenemos un perro puede ser una gran experiencia. Es importante para que eso ocurra conocer qué nos motiva a tener perros y los cuidados que debemos tener para poder construir un buen vínculo entre todos", concluye Silvestre.
Texto: Redacción de Para Ti.
Fotos: 123 RF
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