Dar con la colonia de vacaciones ideal es uno de los desafíos por los riesgos y temores que puede implicar para los chicos. Lo más importante es verificar que esté habilitada y funcione en un espacio de igual condición. Y más allá de las recomendaciones de amigos o conocidos, siempre conviene volver a evaluarla. Es bueno asegurarse de que el personal tenga formación en función de las actividades que van a realizar con los chicos (maestros, maestras jardineras, profesoras de educación física) y preguntar por la cantidad de chicos por grupo y a cargo de cada adulto.
DETALLES CLAVE. La colonia debería tener una propuesta recreativa: las actividades tienen que estar planificadas y organizadas en relación a algún objetivo que no sea sólo el de guardería. Fundamental, además, es inspeccionar con minuciosidad el espacio: que los juegos de plaza (si los hay) no estén desvencijados o rotos, que no haya vidrios, material cortante o peligroso al alcance de los chicos y la limpieza de los baños.
El cuidado en la pileta es un mundo aparte. El control de los chicos adentro del agua es clave (debe haber un guardavida en todo momento), las medidas de seguridad en torno a la pileta, pero también saber si se controla el uso de protector solar o si se realizan revisaciones médicas para prevenir el contagio de hongos y pediculosis. Por último, no es un detalle menor prestar atención a la claridad y apertura en la comunicación con los padres.
textos MARA DERNI (mderni@atlantida.com.ar)
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