El frente de la casa tiene como único punto focal la puerta doble de lapacho macizo rescatada de una demolición. Escoltada por dos faroles de hierro y resguardada tras un muro bajo de piedra, promete líneas simples desde el minuto uno.
Al traspasarla, el planteo arquitectónico del estudio Gernaert Willmar comienza a tomar dimensión. Propone cuatro módulos ensamblados, cuyos muros se resolvieron con paneles SIP (Sipanell) e incluyen grandes aberturas de hierro combinadas con madera. Predominan el cemento alisado, los muros con revestimiento cementicio gris y la madera de demolición como la que se usó en la pérgola que da reparo a este patio interior.
En el contrafrente, la galería se proyecta en dos tiempos hacia el jardín con pileta: primero junto al living, con un estar exterior armado con bancos de lapacho; y luego, al otro lado de la cocina, con un quincho que incluye una parrilla con puerta guillotina de hierro. Los módulos de la planta alta, donde se ubican los dormitorios, adquieren dimensión en esta toma.
Ubicado junto a la parrilla, el comedor de exterior se armó con una mesa de lapacho (Constanza Serantes) y sillas Tolix de chapa negra (Landmark). Sobre él se descuelga una lámpara con pantalla metálica, que refuerza la iluminación propuesta por dos apliques a cada lado de la ventana que comunica con la cocina. En primer plano, el muro bajo de piedra y el border de hemerocallis que acompaña su trazado.
Tanto el comedor como el living se desarrollaron como dos espacios conectados entre sí y unidos a la galería posterior y al frente de la casa a través de los enormes ventanales. El living se armó en torno al hogar que oficia de eje de equilibrio en la disposición del mobiliario. Dos sofás con fundas de lino tusor y almohadones de terciopelo, pana y piel (Constanza Serantes) encierran a las dos mesas bajas de madera de incienso y tapa de mármol de Carrara. Un par de sillones de estilo tapizados en terciopelo gris (Constanza Serantes) completan la disposición bajo una araña de hierro y caireles (Pottery Barn).
Sobre uno de los laterales del ambiente con paredes de un límpido
blanco, a tono con el el porcellanato italiano de los pisos (SBG),
se dispuso el comedor. Lleva una mesa de madera de lenga y sillas
con fundas de lino y tusor gris (Constanza Serantes). Una lámpara colgante con cascada de caireles (Pottery Barn) acentúa la composición, mientras
las cortinas de lino se pliegan a cada lado del ventanal telescópico.
La cocina y el comedor diario se plantearon como espacios de tránsito libre y conectados por medio de un cerramiento corredizo de vidrio repartido para los momentos en los que se desea mayor intimidad en uno de los dos sectores.
En la cocina se optó por mesadas de Silestone blanco y muebles de guardado de madera con tratamiento de laca poliuretánica blanca y perfilería de acero. La bacha doble de acero (FV) se acompañó con una grifería monocomando (Grohe). El sector de cocción con anafe y campana (Glem) es, a la vez, desayunador con banquetas Tolix (Landmark).
El comedor diario reúne a una mesa de petiribí con un banco de la misma madera que se ubicó bajo la ventana y se vistió con almohadones teñidos en colores limón y visón (NAP handmade). Acompañan sillas Eames blancas con patas de madera. La iluminación general quedó a cargo de dos lámparas colgantes de cerámica blanca de A3 (Iluminación Agüero).
El dormitorio principal, dueño de una estética despojada, tiene como punto focal la cama con dosel y cortinas de lino blanco (Constanza Serantes), que se vistió con un acolchado de plumas (Pottery Barn) y almohadones de lino. A los lados, un par de mesas de incienso dan apoyo a dos lámparas de mesa de cobre de líneas modernas (El Quincha).
Para la niña de la casa se pensó un cuarto despojado, pero con elementos contundentes, como el respaldo de cama, realizado en una pieza maciza de lapacho rústico. Su fuerte presencia se suavizó con un cover de duvet y tusor y un mix de almohadones de lino, piel y géneros con diseño chevron (Anthropologie). Junto a la cama, una mesa de noche pequeña con tapa de PVC y patas de madera natural (Landmark) da lugar a una lámpara de chapa oxidada con caireles (Cuatro elementos), el mismo diseño elegido para la luz general que cae desde cielorraso. Sobre la pared lateral se dispuso una biblioteca realizada en madera laqueada color blanco (Constanza Serantes) que se planta junto a la ventana con cortinas de lino.
En el cuarto de uno de los hijos varones juega el contraste entre el gris predominante en los muros y la madera de roble de la cama y el escritorio antiguo –acompañado por una silla de líneas ultramodernas (Landmark)–. La ropa de cama está realizada en lino y se combinó con almohadones de lino y yute rústico.
En la planta alta, este pequeño hall de distribución se anima con un estilo más jugado en comparación con el resto de la casa. Se armó con kílim de colores vivos y un mueble chino (ambos de Mihran), que acompañan a un butacón circular condimentado con un mix de almohadones de terciopelo verde (Linos del Pacífico) y de encaje (Constanza Serantes).
Para las paredes del baño principal se optó por un estucado en tono marfil para acompañar el mueble de guardado de madera de guindo (Constanza Serantes) y una mesada con doble bocha de Silestone natural. La grifería de líneas netas (Grohe) aparece coronada con espejos verticales, mientras en el sector de la bañera destacan dos nichos que aportan espacio de apoyo y una lámpara colgante con caireles (Pottery Barn) que corta con el ambiente despojado.
El toilete de entrada refleja el gusto de la dueña de casa por la estética con toques de rusticidad y aires de antaño. Una mesada realizada íntegramente en lapacho rústico con bacha rectangular (FV) y grifería de acero inoxidable (Grohe) se acompaña con un espejo que fue realizado con una antigua estructura de ventana de hierro. La iluminación queda a cargo de un aplique con caireles (Pato Mejía).
Por: Silvia Cárcano.
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