No se pasa de los bordes, tiene una terminación única y dura hasta tres semanas: el nail dipping es el método de manicura furor en Nueva York para las fanáticas del esmaltado permanente. ¿En qué se diferencia de los que conocemos hasta ahora? Para empezar, en su forma de aplicación: se acabaron los frascos, los pinceles, el secado al aire o con lámpara led.
¿Cómo se realiza? Primero, la uña se prepara como de costumbre, con limpieza de cutículas y diseño (se lima redondeada, cuadrada, etc.). Luego se le aplica una base y, al secarse, se sumergen los dedos (de ahí dipping) en un recipiente con el esmalte en polvo, que queda perfectamente adherido y cubre toda la superficie de la uña. El dato es que no se pega a la piel, con lo cual es imposible "salirse de los bordes". Se fija con un top coat y ¡listo! El resultado: uñas perfectas, uniformes y muy parecidas a las que se logran con el acrílico.
¿Qué ventajas tiene este método frente a otros? "La durabilidad y la cobertura hasta en los puntos menos visibles, además, esta última es uniforme gracias a sus colores en granos que permiten un color más intenso. El polvo se adhiere a la uña con una consistencia y resistencia mayor que un esmalte semipermanente", nos responde Lorena Arias, founder de COCO BUENOS AIRES junto a su socia Jimena Neiro.
Puede durar hasta tres semanas sin deteriorarse ya que su adherencia es diferente a la del esmaltado normal. "El tema es el crecimiento, ya que en dos semanas suele ser importante y en tres semanas estaría fuera de lo que cualquier mujer en Argentina está dispuesta a aguantar, antes de renovar su esmaltado", enfatiza Arias.
¿Puede tener efectos no deseados? "Uno de los componentes que adhiere el polvo a la uña es el cyanocrilato, que puede deshidratar y debilitarla un poco, al igual (en menor medida) que lo hace una uña esculpida. Sin embargo, no son daños permanentes: una vez que se remueve el esmaltado, la uña sigue su curso de crecimiento normal. Hay que evaluar el costo/beneficio que representa para cada quien, tener un esmaltado con una máxima fijación".
Por su parte, Alicia Frassia, titular de Queenies Nail and Beauty Salon, explica: "No tengo referencias de que le haga mal a la uña, es rarísimo que eso suceda con los productos que se comercializan hoy en día. Ni siquiera los acrílicos o los geles, en general, hacen mal".
CLIENTAS PARTICULARES. Pese sus ventajas, el dipping –por ahora– no ha seducido masivamente a las argentinas. Quizás por no ser tan conocido o porque sus pros no son suficientes para justificar lo que sale. ¿Qué dicen al respecto las expertas de los salones de belleza que consultamos? Según Lorena Arias, si bien es más caro que el esmaltado semipermanente, es menor que el de las esculpidas. "La mayoría de las mujeres que lo probaron no llegaban a aguantar hasta la tercera semana porque el crecimiento era muy notorio, entonces preferían volver al esmaltado semi, cuyo proceso es mucho más corto –tanto en colocación como en remoción–, lastima menos la uña y es menos costoso".
CUESTIÓN DE PROBAR. Si te animás al nail dipping, los esmaltes en polvo se pueden conseguir en locales de cosmética y hasta en portales de venta online: las marcas Kiarasky (desde US$ 12.95) o Revel (ronda los US$ 15) fueron pioneras en lanzar esta peculiar manicura en polvo y cuentan con más de 100 tonos disponibles, incluyendo acabados mate y brillo glitter de varios grosores.
Texto: M. Florencia Bocalandro. Foto: Latinstock
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