Exprés, en casa y progresivo. Si estabas buscando una manera de practicar yoga, pero no lo ponías en práctica por cuestiones de tiempo, tu problema tiene solución gracias al método que pensó Xuan-Lan (43), maestra de yoga y autora de Mi diario de yoga (Grijalbo), una guía con 28 días de ejercicios físicos, de respiración y meditaciones.
"No he inventado nada nuevo", afirma Xuan, pero lo cierto es que, luego de 18 años de practicarlo como alumna, se formó como profesora para conocer "el background teórico" de esta práctica en la que siempre encontró un cable a tierra, y poder contrarrestar la estresante actividad que ocupaba gran parte de su vida: su trabajo corporativo.
"Hacia el final del profesorado nos pidieron que diéramos clases ad honorem, así que alquilé un espacio en mi lugar de trabajo para darles clases a mis compañeros, y el feedback era tan bueno que el grupo iba creciendo. Empecé a pensar: '¡Algo estoy haciendo bien!' "
"Tiempo después hice una experiencia de coaching para evolucionar a nivel profesional, y mi coach me preguntó si no me interesaba meterme más de lleno en el yoga, a lo que le dije rotundamente que no, que quería un trabajo 'normal', estable y cómodo, a pesar del estrés. Él me dijo que lo pensara. En un momento empecé a sentir una gran falta de motivación en mi trabajo, mientras que esa idea que me había plantado mi tutor florecía rápidamente", explica Xuan, que es hija de padres vietnamitas y nació y creció en Francia.
Vivió durante unos años en Nueva York hasta establecerse en Barcelona, donde reside junto a su esposo hace 18 años. Con el apoyo de su marido y toda la adrenalina que significa cambiar rotundamente de trabajo, comenzó a ser maestra de yoga y a darle forma a lo que hoy expresa en su libro y en las redes sociales: una manera diferente de practicar esta disciplina.
"Gracias a mi experiencia en la vida corporativa sé exactamente lo que necesitan las personas que trabajan en ese ámbito: conectar con uno mismo y con el Universo y no siempre con el móvil", sentencia Xuan y es, sin dudas, uno de los principales desafíos.
"Organicé una metodología para quienes no cuentan con tanto tiempo o que no tienen un centro de yoga cerca, para que puedan practicarlo en sus casas sin hacerse daño, entendiendo la esencia del yoga. Sentirse bien después de hacerlo es lo que tiene que llevar a una persona a poner en práctica todo esto. Todos buscamos comer bien, respirar bien, dormir bien, tener una buena pareja, una vida equilibrada y siempre cuesta encontrar esta armonía: el yoga aporta una parte importante de estos ingredientes".
¿De qué manera podemos encontrarnos con esta práctica si estamos en otra sintonía? Para Xuan-Lan, si bien el yoga no se puede imponer "se puede proponer. Hay gente que no está en el momento de abrir esta caja de Pandora que es el yoga… un mundo de emociones, de miedos, hay que estar dispuesto. Es abrir el armario y limpiarlo para poder llenarlo luego de cosas más bonitas. Hay quienes se sienten hundidos en su rutina de trabajo, están cansados de tener que ocuparse de sus hijos, lo que sea, y aunque les interesa el yoga, lo dejan pendiente. Otros están dispuestos, pero no saben cómo hacer para empezar".
EL MÉTODO. Mi diario de yoga es una bitácora para la práctica diaria de esta disciplina: recopila consejos, técnicas, información y secuencias. "Es muy fácil de seguir y de entender y además hay pinceladas de información filosófica para que entiendas de dónde viene el yoga, que es posible profundizar con otras lecturas y prácticas. Cada uno lo tiene que hacer suyo a su modo: hay a quienes le sirve para meditar contra el estrés, cada uno tiene que escoger su cóctel personal", afirma Lan.
La propuesta está pensada para todas las edades, con consejos y aclaraciones para quienes tienen algún tipo de dificultad física, dentro de lo que se conoce como "yoga tradicional": "Mantener la tradición me parece importante, si bien hay muchos inventos últimamente que son divertidos, creo que no se debe perder la esencia del yoga, que es un camino espiritual, como parte de una disciplina holística".
Cada día tiene una propuesta diferente, con ejercicios de respiración, de meditación y también físicos, con sus respectivas fotos y explicaciones. A su vez, cada jornada cuenta con una propuesta de cambio, se brinda un espacio para la reflexión y para la introspección a través de preguntas diarias, y al terminar cada semana se invita a escribir las sensaciones vividas.
"Me gusta la idea de que la persona haga su propio diario, como una herramienta personal con la que va dando cuenta de su recorrido. Poner en palabras los estados de ánimo no es tan fácil, tener la sutileza de describir lo que nos pasa hace que tomemos conciencia más rápido, que conozcamos mejor nuestro estado. Cuando uno lo pone en práctica hay una progresión y volver a leer cómo uno estaba antes puede ser sorprendente".
Textos: Florencia Bocalandro. Fotos: Maxi Didari/ Gentileza Grijalbo
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