El avance de la Inteligencia Artificial (IA) en el mundo laboral ya no es una promesa futurista, sino una realidad que está impactando mercados en todo el planeta. Empresas de distintos sectores están adoptando soluciones basadas en IA para automatizar procesos, mejorar la eficiencia y tomar decisiones más informadas. Sin embargo, el impacto de esta revolución tecnológica no es homogéneo: mientras que países como Estados Unidos y China lideran la adopción de IA, países en desarrollo como Argentina enfrentan retos específicos, pero también grandes oportunidades.
La IA en el mundo: el equilibrio entre destrucción y creación de empleo
A nivel global, la Inteligencia Artificial está cambiando la naturaleza del trabajo. Un informe reciente del World Economic Forum anticipa que para 2025 se perderán 85 millones de empleos debido a la automatización, pero al mismo tiempo, se crearán 97 millones de nuevos roles. Esto incluye trabajos relacionados con el desarrollo de tecnologías, análisis de datos y creatividad, áreas donde la IA aún no puede reemplazar a las personas.
En países como Estados Unidos, la IA ya está presente en más del 30% de las grandes empresas, según un estudio de McKinsey. Estas organizaciones utilizan IA para optimizar desde la logística hasta la atención al cliente, mientras que en China la IA se ha vuelto un motor clave para el crecimiento económico. Europa también avanza, con Alemania y el Reino Unido liderando la implementación en el continente.
En contraposición, América Latina avanza a un ritmo más lento, con Brasil y México a la cabeza, pero aun lejos de los niveles de inversión y adopción tecnológica de las economías más avanzadas. Argentina, en particular, tiene un desafío adicional debido a la inestabilidad económica, que frena la inversión en tecnología y limita el crecimiento de empresas tecnológicas.
El desafío de Argentina: una legislación que necesita modernización
Uno de los mayores desafíos que enfrenta Argentina es la necesidad de adaptar su legislación laboral al nuevo paradigma tecnológico. La Ley de Contrato de Trabajo, vigente desde hace décadas, fue concebida en un contexto donde la tecnología tenía un papel muy diferente en la vida laboral. Hoy, en cambio, nos enfrentamos a un escenario donde la IA y la automatización exigen nuevas formas de contratación y gestión del talento.
Países como Francia y Alemania ya están ajustando sus marcos regulatorios para incluir normativas que protejan tanto a los trabajadores como a las empresas en la era de la IA. En Argentina, aún hay mucho camino por recorrer. No existen regulaciones claras sobre el impacto de la IA en el empleo, lo que deja a empresas y trabajadores en una suerte de “zona gris”. Por eso, la clave está en abrir el diálogo entre el sector público, las empresas tecnológicas y los sindicatos para crear un marco que impulse la innovación sin dejar de lado los derechos laborales.
¿Dónde está la oportunidad para Argentina?
Argentina tiene una oportunidad única si sabe capitalizar el talento que ya existe en el país. A pesar de los desafíos, la Argentina cuenta con un alto nivel de educación en áreas tecnológicas. Según el Centro de Estudios para la Producción (CEP), el país tiene un potencial significativo para desarrollarse como un centro de innovación en IA en América Latina. Pero para que eso ocurra, se necesitan políticas públicas que incentiven la inversión en tecnología, reskilling y educación.
En países como Canadá y Singapur, el gobierno ha impulsado programas masivos de reskilling para preparar a su fuerza laboral para los desafíos del futuro. Esto no solo garantiza que los trabajadores se mantengan relevantes, sino que también les permite adaptarse a nuevos roles que demandan habilidades tecnológicas. Si Argentina sigue ese camino, puede convertirse en un centro clave para la creación de talento tecnológico en la región.
Emprender en tiempos de IA: creatividad y soluciones locales
La crisis también genera oportunidades para los emprendedores. Argentina, históricamente conocida por su capacidad de innovar frente a la adversidad, tiene el potencial de generar soluciones locales basadas en IA. Startups y pymes tecnológicas pueden aprovechar las oportunidades de los sectores menos explorados, adaptando la IA a las necesidades específicas del mercado local. La falta de grandes inversiones en IA puede ser una ventaja para aquellos emprendedores que logren ser ágiles y creativos en sus soluciones.
Además, el uso de IA no solo está limitado a los grandes conglomerados. Con las herramientas adecuadas, pequeñas y medianas empresas también pueden aprovechar esta tecnología para mejorar sus procesos, desde la atención al cliente hasta la optimización de sus recursos.
Un futuro con posibilidades
A pesar de la incertidumbre y los desafíos que enfrenta el país, hay una realidad innegable: Argentina tiene el talento y la creatividad necesarios para no quedarse atrás en la era de la Inteligencia Artificial. Pero para lograrlo, será necesario que todos los actores involucrados –gobierno, empresas y sociedad– trabajen en conjunto para fomentar un ecosistema que permita la innovación y el crecimiento.
El futuro del trabajo en Argentina depende, en gran medida, de las decisiones que se tomen hoy. Si logramos adaptarnos a los cambios tecnológicos con una mirada optimista y enfocada en el desarrollo del talento, el país podría encontrar en la IA no solo un reto, sino una oportunidad para reinsertarse en el mundo como un referente en la era digital.
Colossus Lab: un paso hacia el futuro
En este sentido, hay iniciativas locales que apuntan a posicionar a Argentina en la discusión global sobre tecnología. Un ejemplo es Colossus Lab, un think tank liderado por Martín Yeza, que reúne a un equipo multidisciplinario de profesionales –científicos, abogados, tecnólogos y otros– para repensar y rediseñar el país en función de cómo la tecnología, y principalmente la IA, transformará áreas como la economía, la salud, el trabajo y la ciberseguridad.
Proyectos como este son fundamentales para construir un futuro en el que Argentina no quede rezagada en la transformación digital global.
El autor es experto en RRHH y CEO de Nawaiam