Gregory Bateson, precursor del constructivismo dijo: “No vemos el mundo como es, lo vemos como somos nosotros”. Nuestro ser impregnado de nuestras creencias, ideologías, conocimientos, experiencias y cultura, crea una opinión de lo que identificamos como realidad.
Nuestra mirada no es siempre completa y mucho menos perfecta, tiene puntos ciegos que requiere que otros y desde otro ángulo de la información, nos brinden datos que son vitales para potenciar nuestra vida.
En ese sentido los fenómenos de la naturaleza que, ante la mirada de un observador con mente abierta, humilde y paciente, puede descubrir tremendos valores a proyectar a su realidad. La naturaleza se convierte por un momento en una sala de capacitación y la biblia nos orienta como captar dicho aprendizaje: Job 12:7-8
“Observa a los animales, y aprende de ellos; Mira a las aves en los cielos, y oye lo que te dicen. Habla con la tierra, para que te enseñe; hasta los peces te lo han de contar”.
Comparto a los lectores algunas de mis observaciones durante mi tiempo de descanso en medio de las sierras.
La actitud de las avispas. Vi a una de ellas arrastrando su presa: “un gusano que no tuvo escapatoria ante la rapidez y destreza de su atacante”. Mientras esta cavaba un profundo túnel, alternaba su labor midiendo la dimensión de su trofeo, hasta lograr la medida exacta de un depósito subterráneo para guardar su provisión. Esta muestra de esfuerzo y constancia evoca una de las célebres frases de Winston Churchill: “el esfuerzo continuo -no la fuerza o la inteligencia- es la clave para desbloquear tu potencial”. Ante un nuevo año, que la actitud, que es adaptarnos a nuestro entorno para lograr la meta, sea nuestra nave insignia. Simplemente no nos demos por vencidos.
La calidad de las libélulas: Son insectos que tienen presencia en arroyos y ríos, siendo un indicador del buen estado de las aguas, además de su gran agilidad para recorrer largas distancias a gran velocidad, compensando su fragilidad ante el ecosistema. Su rasgo distintivo es dejar una estela en la superficie de las aguas, después de sobrevolar sobre ellas. Por lo tanto vivamos cada día dejando una estela a través de la cual no pasemos desapercibidos. Ya lo dijo William Morris: “Pasaré por este mundo una sola vez. Si hay alguna palabra bondadosa que yo pueda pronunciar, alguna noble acción que yo pueda efectuar, diga yo esa palabra, haga yo esa acción AHORA, pues no pasaré más por aquí”. Dejemos una estela en este 2025.
La previsión y responsabilidad de las hormigas: Dice un antiguo proverbio: “… fíjate en la hormiga! ¡Fíjate en lo que hace y adquiere sabiduría! No tiene quien la mande ni quien la vigile ni gobierne; con todo, en el verano almacena provisiones y durante la cosecha recoge alimentos. Son el insecto más común y trabajador que existe en la Tierra, sociales por naturaleza. Nos enseñan que la fortaleza de nuestras acciones se potencia en comunidad, cuando perseguimos un bien común capaz de buscar el bienestar general, pero, además, de no adoptar un estatus quo en tiempos de bonanza, sino ser previsores y responsables en la administración de nuestros bienes, la salud mental, nuestras relaciones, etc., incluyendo la dimensión de la fe. Esto nos otorgará un plus en tiempos de escasez o dificultad, que indudablemente nos hará crecer al atravesar las crisis que puedan sobrevenir este año.
En síntesis, el éxito de los grandes líderes está centrado en buscar momentos de quietud, para meditar, reflexionar y analizar.
Esto les ha permitido encontrar respuestas, creatividad, conocimiento, no solo en sus logros obtenidos sino también para adquirir templanza ante los fracasos, para ponerse de pie y volver a intentarlo.
Que este año que recién comienza, nos sorprenda con pequeños ejemplos, en los cuales encontremos la instrucción para enfrentar los grandes desafíos de una realidad proyectada 2025.