La fragilidad de los encajes fraccionarios vs. la banca Simon

Propuestas para reformar el modelo bancario tradicional mediante esquemas como la banca Simon y sus implicancias regulatorias

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Los depósitos que reciben los
Los depósitos que reciben los bancos de sus clientes no van a parar al 100% a la caja de seguridad de las entidades, sino que prestan una parte y el resto lo guardan para hacer los pagos en ventanilla que todos los días deben afrontar (Foto Reuters)

Cuando se habla de expansión monetaria, normalmente se mira en primer lugar la base monetaria, que está compuesta por el circulante más los encajes bancarios. Es decir, el dinero que los bancos tienen que depositar en el Banco Central para ser utilizado en caso de corridas financieras.

Hasta donde sé, los sistemas financieros en el mundo funcionan con encajes fraccionarios. ¿Qué significa esto? Que los depósitos que reciben de sus clientes no van a parar al 100% a la caja de seguridad de los bancos, sino que prestan una parte y el resto lo guardan para hacer los pagos en ventanilla que todos los días deben afrontar.

Los bancos trabajan sobre la base de que quién les hizo un depósito en su cuenta no va a ir al otro día a retirar todo el dinero, sino que solo algunos retiran una parte. En consecuencia, constituye una reserva estimada sobre qué porcentaje se retira por ventanilla todos los días, y el resto lo prestan. Esto se llama encaje técnico.

También está el encaje obligatorio, que es el que establece el BCRA y los bancos deben cumplir. En Argentina, los bancos tienen que cumplir con un encaje obligatorio, que implica transferirle al BCRA un porcentaje de los depósitos que recibe para casos de corrida financiera.

Esto del encaje fraccionario genera creación monetaria en el sistema financiero. ¿Cómo se produce esta creación? De la siguiente forma:

Supongamos que el encaje obligatorio es del 10% de los depósitos que recibe un banco. Y supongamos que todo el dinero emitido suma $1.000 que los tiene Juan y que los deposita en el banco A. Sobre ese monto constituye un encaje de $100 y $900 los presta a José.

José deposita los $900 del crédito que tomó en el banco B, y éste debe constituir un encaje de $90, y presta los $810 restantes a Pedro, quién a su vez los deposita en el banco C, éste constituye una reserva en el BCRA de $81, y presta los $729 de saldo disponible a Ignacio.

Supongamos que Ignacio deposita los $729 en el banco D, quien constituye $72,9 de encaje, pero todavía no presta nada.

En este ejercicio, los depositantes
En este ejercicio, los depositantes pueden retirar de las entidades: Juan puede retirar $1.000; José $900; Pedro $810 e Ignacio $729. En total se pueden extraer de las entidades 3.439 pesos (Foto: Franco Fafasuli)

¿Cuánto pueden retirar de sus bancos cada uno de los depositantes?: Juan puede retirar $1.000; José $900; Pedro $810 e Ignacio $729. En total se pueden extraer de las entidades 3.439 pesos.

Pero, si por cualquier motivo, hay una corrida financiera de las que tanto han ocurrido en la Argentina en diferentes momentos, ¿cuántos encajes tienen los bancos para hacer frente a los pagos en ventanilla? El banco A tiene $100; el banco B 90; el C $81; y el D $72,9. En total 343,9 pesos.

Es decir, potencialmente los clientes de los bancos pueden ir a la ventanilla a retirar $3.439, pero los bancos disponen líquidos $343,9 para hacer frente a los pagos en ventanilla.

Cuando se producen las corridas cambiarias, es porque, ante un temor de devaluación, confiscación de los depósitos (caso crisis de 2001 con los dólares) o cualquier otra causa, la gente va masivamente a los bancos a retirar sus depósitos.

El problema es que los bancos solo tienen una parte menor en su tesoro para hacer frente a los pagos en ventanilla y el resto tiene que esperar a cobrar los créditos a plazo que otorgaron a sus clientes.

Es el famoso descalce de plazos. Los bancos reciben depósitos a corto plazo y a la vista y prestan a largo plazo. Si tienen que pagar un porcentaje mayor a lo que tienen de encajes, no tienen con qué pagar.

Descalce de plazos

Ahí aparecen los bancos centrales que emiten moneda bajo el concepto de redescuentos y le dan esos pesos emitidos a los bancos para que hagan los pagos en ventanilla.

Claro que si la gente desconfía del peso y con sus depósitos compra dólares o cualquier bien que sea refugio de valor, la emisión adicional que hace la autoridad monetaria bajo el concepto de redescuentos potencia la suba del dólar y acelera el proceso inflacionario.

Si la gente desconfía del
Si la gente desconfía del peso y con sus depósitos compra dólares o cualquier bien que sea refugio de valor, la emisión adicional que hace la autoridad monetaria bajo el concepto de redescuentos potencia la suba del dólar y acelera el proceso inflacionario (Foto: Shutterstock)

Esto ocurrió en varias oportunidades en Argentina. Pasó en el Plan Primavera bajo el fin del gobierno de Raúl Alfonsín, o en la crisis de 2002. Quiénes apostaron a invertir en colocaciones a tasa de interés, realizaron la ganancia, se deshicieron de los pesos y compraron dólares al vencimiento.

El punto es con qué paga el banco en ventanilla si los encajes no le alcanzan para enfrentar los pagos. Y la respuesta es que, normalmente, es el BCRA que sale como “prestamista de última instancia”, porque salen a rescatar a los bancos a costa de cobrarle al conjunto de la sociedad el impuesto inflacionario y tener una corrida cambiaria que agrava aún más la situación.

¿Es el equilibrio fiscal un cerrojo a una corrida financiera? No, eso ya se vio en 2001 cuando, estando vigente la Ley de Déficit Cero y la Ley de Intangibilidad de los Depósitos, se produjo una corrida financiera.

En ese caso, la situación fue más complicada porque la gente tenía dólares depositados y el BCRA no tenía el franchising para emitir dólares y darles redescuentos en dólares a los bancos para que afrontaran los pagos en ventanilla a sus clientes.

Por eso hay que ser muy cuidadoso con los artificios financieros y cambiarios que se utilizan para crear una falsa sensación de estabilidad cambiaria e inflacionaria.

Hay que ser muy cuidadoso
Hay que ser muy cuidadoso con los artificios financieros y cambiarios que se utilizan para crear una falsa sensación de estabilidad cambiaria e inflacionaria (Foto: Shutterstock)

Esos esquemas, normalmente montados sobre carry trade, son mecanismos muy difíciles de desarmar sin que se desbanden en cualquier momento.

Ya de por sí los sistemas de encajes fraccionarios son frágiles ante cualquier evento que genere pánico en los depositantes. Agregarle condimentos especulativos los hace mucho más endebles y peligrosos en casos de desconfianza o cualquier evento externo que se produzca.

Están los que proponen la banca Simon, que consiste en dividirla en dos grandes tipos de bancos. Por un lado, los bancos de depósitos a la vista con encajes del 100%. Esto quiere decir que los bancos actúan como simples cajas de seguridad y cobran una comisión por actuar en forma similar a una caja de seguridad.

Por otro lado, está la banca de inversión, en la cual se constituyen fondos de diferentes características y los ahorristas pueden comprar cuotapartes de esos fondos de inversión.

En caso de haber una corrida financiera, los bancos de depósitos tienen el 100% de los depósitos disponibles y pueden hacer frente a los pagos en ventanilla.

En el caso de los de inversión, la gente puede vender su cuotaparte y, si hay mucha oferta, asumir la pérdida, pero tiene la liquidez, y el banco central no tiene necesidad de emitir redescuentos para que ni la banca de depósitos ni la banca de inversión hagan pagos en ventanilla.

Banca de inversión

Obviamente, una banca Simon solo es compatible con la existencia del Estado. No funcionaría en un anarcocapitalismo por la sencilla razón de que se requiere del Estado para que imponga el 100% de encaje. Medida que, por cierto, es dirigista.

En síntesis, hoy en día los sistemas financieros generan lo que se llama el multiplicador de la base monetaria. En este ejemplo, había originalmente $1.000 emitidos, pero los bancos, por el sistema de encaje fraccionario, transformaron esos $1000 en 3.439 pesos.

Esa creación secundaria de moneda es volátil ante la incertidumbre económica o política y suele potenciarse con los arbitrajes tasa versus dólar o ahora llamados carry trade, lo cual hace más peligroso el sistema de encajes fraccionarios.

Ir a una banca Simon para evitar la fragilidad del sistema de encajes fraccionarios es intervencionismo puro. Lo más recomendable parecería ser tener un sistema de encaje fraccionario sin que el Estado utilice el sistema financiero para generar una tranquilidad cambiaria e inflacionaria que no es tal.

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