El 2024 será un año bisagra en la historia de la Argentina

Se trata de un período que marcó el inicio de una transformación profunda que combina resultados económicos concretos con un cambio cultural duradero

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El presidente Javier Milei
El presidente Javier Milei

Este período será recordado como el momento en que Argentina inició su renacimiento tras ocho décadas de decadencia. En apenas un año, el gobierno de Javier Milei no solo marcó un cambio económico profundo, sino que también desató una transformación cultural que promete redefinir las bases mismas de la sociedad argentina.

Resultados del primer año

  • Un programa fiscal anti-keynesiano exitoso: El Gobierno implementó un recorte histórico del gasto público, logrando un superávit fiscal. Este ajuste, que muchos consideraban imposible, mostró resultados contundentes: tras una contracción económica en el primer semestre, el PBI repuntó un 3,9% en el tercer trimestre (17% anualizado).
  • Reducción de la pobreza: La pobreza, que había alcanzado el 57,4% en enero de 2024, disminuyó al 39% en el tercer trimestre, según informes de la UCA y la UTDT. Cabe destacar que los datos de la UTDT se basan en las mediciones de pobreza e inflación publicadas por el Indec, lo que respalda la confiabilidad de estas cifras. Políticas como la triplicación de la Asignación Universal por Hijo (AUH) y subsidios alimentarios y educativos protegieron a los sectores más vulnerables.
  • Caída de la inflación: La inflación mensual se redujo drásticamente: de 25,5% (IPC) y 54% (IPM, mayorista) en diciembre de 2023, a 2,4% y 1,4% respectivamente el mes pasado, evidenciando la eficacia del ajuste fiscal y monetario.
  • Confianza y credibilidad en alza: El riesgo país se desplomó de más de 2000 a 649 puntos, reflejando la mejora en la solvencia fiscal y la confianza de los mercados. Al mismo tiempo, los índices de confianza del consumidor o en el gobierno de la UTDT marcan niveles elevados.
  • Salarios y poder adquisitivo: Los salarios recuperaron la caída en términos reales y se triplicaron en dólares, devolviendo estabilidad y poder adquisitivo a los trabajadores.
  • Libertades económicas: Argentina escalará 61 posiciones en el Índice de Libertades Económicas, según la estimación de la Fundación Libertad y Progreso, iniciando un rumbo hacia un modelo basado en la competencia y el respeto por la propiedad privada.

Reconocer dificultades, riesgos y desafíos

El recorte de subsidios golpeó especialmente a los sectores medios, particularmente en el AMBA, donde comenzaron a pagar el costo real del agua, la electricidad, el gas y el transporte. Sin embargo, el gobierno protegió a los más vulnerables ampliando programas sociales clave.

Además, persisten desafíos externos significativos. La volatilidad de los mercados internacionales podría complicar el acceso a financiamiento y la estabilidad económica. A esto se suma la complejidad de tener vecinos con presidentes socialistas como Lula, Boric o Luis Arce, cuyas políticas están debilitando las economías de sus respectivos países, lo que podría generar tensiones comerciales y limitar el potencial de integración regional. Este contexto exige una política exterior activa que minimice riesgos y fomente alianzas estratégicas con socios confiables. Y no podemos olvidar que aún queda pendiente la mejora de la Justicia, un pilar crucial para consolidar este renacimiento argentino.

El camino hacia la competitividad sin devaluar

Para mantener estos altos salarios y ser competitivos, es imperativo:

  • Reducir el gasto público, eliminar privilegios y recortar regulaciones y burocracia en provincias y municipios.
  • Simplificar y reducir la carga tributaria para hacer de Argentina un lugar atractivo para los negocios.
  • Avanzar en tratados de libre comercio para abrir mercados, beneficiando exportadores e importadores, mejorando calidad de vida y competitividad.
  • Invertir en educación y capacitación para que los argentinos aprovechen nuevas oportunidades en una economía más abierta y dinámica.

El cambio cultural: una nueva mentalidad

El cambio más importante no fue solo económico, sino cultural. Los sectores medios, tradicionalmente críticos, aceptaron los sacrificios manteniendo la elevada imagen presidencial. Este fenómeno refleja una transformación en la manera de pensar de los argentinos, especialmente de los jóvenes, que han abrazado las ideas centrales del proyecto liberal de Milei:

  • “Nadie tiene derecho a vivir de otro”: reafirmación del esfuerzo individual como motor del progreso.
  • “La caridad se hace con tu propio dinero”: rechazo al asistencialismo financiado con impuestos confiscatorios.
  • “El Estado no es la solución, es el problema”: crítica al intervencionismo estatal.
  • “La casta es el problema”: denuncia del clientelismo político y la corrupción.
  • “No hay plata”: aceptación de la restricción presupuestaria como verdad ineludible.
  • “El que las hace, las paga”: seguridad como clave para la reconstrucción social y el respeto por el Estado de Derecho.

El contexto histórico

Estos cambios tienen raíces profundas en la historia de la nación. Desde la revolución de 1810, los pensadores de la generación del 37, hasta la Constitución de 1853, y los presidentes liberales y conservadores de la generación del 80, Argentina fue construida sobre valores de libertad, esfuerzo y respeto por la propiedad privada. Hoy, esos valores están siendo recuperados, marcando un regreso a la visión que hizo de Argentina una de las economías más prósperas del mundo entre 1853 y 1930.

El camino hacia el 2025

  • Expandir las reformas a nivel subnacional: provincias y municipios deben adoptar austeridad, reducir burocracia y eliminar impuestos distorsivos, como ingresos brutos.
  • Apertura comercial: avanzar en tratados de libre comercio con Estados Unidos y otras economías claves, y concretar el acuerdo Mercosur-Unión Europea para impulsar sectores estratégicos, como energía, alimentos y manufactura.
  • Fomentar la competitividad: las empresas argentinas deben alinearse con estándares globales en precio y calidad, integrándose plenamente al mercado mundial.
  • Desarrollar el capital humano: invertir en educación y capacitación para garantizar que los argentinos estén preparados para competir en una economía abierta.

Conclusión: el renacimiento argentino

Argentina está dejando atrás décadas de decadencia para recuperar su esencia. Este período marcó el inicio de una transformación profunda que combina resultados económicos concretos con un cambio cultural duradero.

En lo personal, veo una señal clara de este renacimiento: nuestros hijos están empezando a volver. Entre ellos, mi propio hijo, quien luego de seis años regresa al país para emprender y construir su futuro aquí, en una Argentina que vuelve a ser tierra de oportunidades. Esto, para mí, representa lo más valioso de este cambio: un país que vuelve a inspirar sueños, que recupera su capacidad para retener y atraer talento, y que promete ser una nación próspera donde las próximas generaciones puedan prosperar.

Este 2024 será recordado como el año en que Argentina comenzó a renacer, no solo como una economía, sino como una nación próspera.

El autor es Director General de la Fundación Libertad y Progreso

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