El presidente Xi Jinping ha intensificado su campaña de adoctrinamiento. En el último año ha dedicado una parte importante de su tiempo a promover la cultura y educación haciendo hincapié en su slogan favorito del “socialismo con características chinas”. Esta frase fue incorporada a la Constitución durante la reforma de 2018 en la cual se eliminó también la restricción de dos períodos para facilitar la reelección indefinida del presidente. El slogan considerado como una contribución a la construcción de la nación fue sumado a continuación de los aportes de Mao Zedong y Deng Xiaoping. Los cambios consolidaron el dominio de Xi Jinping que también ejerce como Secretario General del PCC y Presidente de la Comisión Militar Central desde el 2013.
La revista Qiushi publicó el 31 de agosto un artículo firmado por Xi Jinping dedicado a la educación de los jóvenes instando a lograr una generación con convicciones morales, capacidad intelectual y vigor físico, sensibilidad estética y habilidades profesionales para el desarrollo y avance del socialismo. La retórica incluye llamamientos al patriotismo y la importancia del uso del marxismo como guía para el desarrollo. En todo momento, Xi Jinping insiste en el liderazgo del PCC para construir el socialismo.
El 28 de octubre el Comité Político del PCC convocó a una sesión especial sobre la construcción de China como una potencia cultural para 2035. Xi Jinping emplazó a fortalecer el Comité Central y unificar la potestad sobre la ideología, cultura y propaganda. Esta tarea estará a cargo de los comités del partido y del gobierno a todos los niveles para evitar las disonancias en la interpretación de las directivas.
Las reiteradas intervenciones del presidente Xi Jinping sobre la cultura y la educación muestran la importancia que le asigna a la enseñanza como instrumento político. Las declaraciones o instrucciones reflejan el esfuerzo para lograr la adhesión a sus objetivos los cuales no admiten cuestionamientos porque representan “su” visión de la historia. Xi Jinping se graduó en teoría marxista y educación ideológica y política en la Escuela de Humanidades de la Universidad Tsinghua de Beijing donde abrevó sobre la evolución de las formaciones sociales prevista por Carlos Marx y que culminaría en una sociedad igualitaria para lo cual se necesita del partido que represente la conciencia y los intereses de aquéllos que no saben reconocer cuáles son los suyos.
Las intenciones de Xi Jinping representan quizás el esfuerzo más grande de masificación encarado en los últimos tiempos. Los regímenes totalitarios han tratado siempre mediante el dominio de la cultura, educación y medios de comunicación de moldear la conciencia de los individuos para eliminar los disensos y facilitar la implementación política. La libertad es un concepto ajeno a estos planteos porque atenta contra la idea del “bien común” planteado por el líder.
En los últimos días trascendieron las palabras de Xi Jinping pronunciadas en enero de este año dónde reconoció la existencia de discrepancias internas en el partido adjudicadas a cambios en las condiciones externas y composición de los miembros. Según la revista Qiushi Xi Jinping expresó la necesidad de eliminar “toda clase de influencias negativas con el coraje de volver la espada hacia adentro para asegurarse que el partido conserve siempre su vigor y vitalidad”.
Es posible que la fragilidad de la situación económica, sumado a reclamos sociales, explique los últimos movimientos de Xi Jinping para limpiar de indeseables el estado y asegurarse la adhesión de la población.