El tiempo de los conversos

Milei termina el año mejor de lo soñado y despliega todos sus recursos en orden a concentrar voluntades detrás de su proyecto de poder

Javier Milei recibió a 13 diputados radicales. También estuvieron Patricia Bullrich, Karina Milei y Martín Menem

Javier Milei termina el año jugando fuerte a la política. El presidente economista que se jactaba de su desinterés por las bajas cuestiones de los políticos, hoy apuesta al todo o nada apelando a las herramientas ya conocidas. Dividir para reinar, entre otras.

El año cierra con fuertes logros en el plano económico, promesas de campaña cumplidas y un presidente empoderado. El libertario despliega todos sus recursos en orden a concentrar voluntades detrás de su proyecto de poder.

Ha dado sobradas pruebas de no hacerle ascos a nada con tal de sumar conversos que adhieran sin remilgos ni cuestionamientos a su catecismo.

Recurriendo abiertamente y sin pruritos a la deep casta, una versión recargada en la que revistan emprendedores y cuentapropistas de la política que se deconstruyen y reinventan conformen soplen los vientos del poder, ahora la puerta está también abierta para aquellos a los que Milei supo llamar “colonia de leprosos”.

La amorosa postal de fin de año en la que se ve al Jefe de Estado con los denominados “radicales con peluca”, citados a una reunión en la Rosada en la que solo recibieron mieles y lisonjas va en el mismo sentido. Gracias por acatar sin chistar y renunciando a sesgos identitarios con el partido que los cobija.

Los suspendidos por la conducción partidaria, ahora a la espera de una expulsión, por haber bloqueado la resistencia a los vetos, no estuvieron solos en el encuentro con Milei.

Se presentaron acompañados por otros nueve diputados radicales y por el jefe del bloque Rodrigo de Loredo.

Luego de ser sometidos a lo largo del año a humillaciones, descalificaciones y golpizas digitales vinieron los mimos. Del “nido de ratas” a tomar el té en La Rosada. Ablande, sumisión y recompensa. Un circuito propio de la “violencia de género”.

El radicalismo que sobrellevó la brutal descalificación a la figura de Raúl Alfonsín sin acusar recibo, se avino esta semana a recibir con goce el acogimiento que les prodigó el oficialismo. Después de tanto maltrato acumulado se dejaron reconfortar con la edulcorada cita de la que salieron casi como entraron: sin ninguna certeza acerca de cómo sigue la relación que los involucra, cargados de imprecisiones e incertidumbre. El camino de la conversión quedó habilitado.

Jorge Macri anunció este viernes el desdoblamiento de las elecciones legislativas en CABA. También convocará a sesiones extraordinarios a la legislatura de la Ciudad para suspender las PASO en el medio término.

La medida, anunciada con toda la pompa, parece un recurso desesperado frente al implacable avance de LLA sobre el territorio fundacional de los amarillos. El PRO citadino aparece cercado por la embestida del mileísmo.

La respuesta de las huestes del karinismo no se hizo esperar. “Ventajeo electoral”, titularon. Rápida para los mandados, Pilar Ramírez, que preside la LLA capitalina, enfrentó a Macri con sus mismos argumentos.

Mauricio Macri

“Desdoblar las elecciones implica un gasto de 38 millones de dólares que salen de nuestros impuestos”, denunció la libertaria que dice oler un “tufillo extraño”. Estaban esperando el anuncio para marcar las contradicciones internas que afectan al macrismo. Fue Mauricio Macri quien opuso reparos a una derogación de las PASO a nivel nacional. Una posición que este viernes se manifestó dispuesto a revisar.

La cooptación de Diego Kravetz, abducido por las fuerzas del cielo para pasar de la Secretaría de Seguridad porteña a la nada celestial Secretaría de Inteligencia del Estado, fue solo una señal de lo que se viene.

La tensión interna con el ministro de Seguridad, Waldo Wolff, un entuerto que no pudo o no quiso resolver Jorge Macri, abrió una ventana de oportunidad al asesor estrella Santiago Caputo, quien como bien dijo Milei, juega a la mancha con los aviones.

La encendida defensa que Javier Milei hizo de Cristian Ritondo, jefe del bloque macrista en la Cámara baja, va en el mismo sentido y preanuncia nuevas defecciones.

Aprovechando el silencio de radio del macrismo, que nada dijo de la situación de Ritondo, Milei, encuadró la caída en desgracia del jefe del bloque del PRO en “operaciones e injustas persecuciones”. Un precio a pagar por el hasta ahora hombre fuerte del macrismo por alinearse con las ideas de la libertad.

La denuncia ampliada contra Ritondo incluye ahora a 14 desarrollos inmobiliarios con 373 unidades funcionales. Propiedades valuadas en varios millones de dólares de las que el legislador macrista deberá dar explicaciones en la Justicia. La política no se las piensa pedir.

Si nos atenemos a los manuales del libertarianismo, a la mesa de arena de la batalla cultural, todos los que no están al cien por ciento con Milei revistan en ese no lugar de la política, ese purgatorio al que el oficialismo mileista arroja a los tibios del centro, a los “idiotas útiles” que demandan diálogo y consenso y terminan siendo, de acuerdo a la caracterización de los libertarios, funcionales al zurdaje maloliente.

Uno podría incluso ubicar a esta élite del funcionariato, ahora complicada por denuncias y carpetazos, en el estamento superior de lo que el mismísimo Milei ha dado en llamar Partido del Estado, pero no, ellos han logrado escapar de ese infierno tan temido a fuerza de eficiencia para colaborar con el poder.

No son precisamente conversos. No se trata de ideología o de convicciones religiosas, los emergentes de la casta blue corren en paralelo detrás de sus personalísimas conveniencias y ejecutan sus rutinas sin miramientos éticos. Van para adelante.

La casta blue es mano de obra disponible que se reinstala una y otra vez, hábiles en la práctica del transfuguismo. Una suerte de casta transversal que opera en los insondables intersticios del Estado.

El ex senador Edgardo Kueider

Sin ataduras ideológicas, aptos todo servicio, con eficiencia prostibularia. Sin pruritos ni remilgo alguno, los incombustibles miembros de la eterna nomenklatura de profundidad brindan su experiencia para apuntalar las debilidades del poder de turno.

Refractario a toda forma de diálogo, debate o consenso, reacio a articular acuerdos con los que se pretenden aliados de centro, el oficialismo echa mano a los connotados exponentes de la fauna deep pero también acoge a las “almas bellas” que se predisponen a adherir a los beneficios de la conversión.

Los libertarios tienen todo facilitado para salir a la caza en los cotos de lo que supo ser Cambiemos. Conscientes de que el electorado que los acompañó reza ahora en el altar del mileísmo no son pocos los que hacen fila tras el confesionario que habilitó la mismísima Karina Milei. Dos avemarías, tres padres nuestros y a trabajar.

La unción con los santos óleos del oficialismo ofrece una posibilidad de supervivencia. La puerta del baptisterio está abierta para todos.

Mauricio Macri, entretanto, vive su propio infierno en el exclusivo paraíso de Cumelén, su lugar en el mundo.

Es poco probable que la belleza acuarelada de Villa La Angostura le brinde sosiego en el tembladeral de la política. Quiso la vida que le toque compartir terruño veraniego con los Caputo. Una familia, que como él, sabe disfrutar del descanso en uno de los lugares más exquisitos de las profundidades patagónicas.

Rodeado de la descomunal belleza del Nahuel revisa sus opciones frente a la embestida del libertarianismo.

Este viernes Mauricio Macri hizo saber que no tiene previsto volver a reunirse con el menor de los Caputos en el oficialismo. Santiago es parte inescindible del triángulo de hierro que le obtura su acceso al poder mileísta. Si se cruzan en el lago Mauricio ya ha hecho saber que mantendrá distancia.

Milei fue bien claro cuando en la entrevista Forbes: “Con el PRO vamos juntos en todos lados o si no iremos separados”. Puede ocurrir que la interpretación que hizo Mauricio Macri de estas declaraciones no se corresponda con el mensaje que el león libertario quiso transmitir.

Javier y Karina Milei

El “juntos en todos lados” parece incluir la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, bastión y último refugio del macrismo. Una plaza ya sitiada por los combatientes de la libertad.

Entre el Partido del Estado y el Partido Único por la Libertad. El presidente trabaja en todos los frentes para reforzar su centralidad. Se solaza con gestos políticos de interpretaciones abiertas que suman desconcierto en la oposición. A fuerza de golpes de efectos siembra incertidumbres y concentra recursos, alentando a connotados exponentes de la casta que supo denostar a sumarse a sus filas.

La seducción desplegada para con los radicales pega mal en las filas del macrismo. Macri busca anclar sus diferencias en el tema de la defensa de la institucionalidad, una cuestión que no parece preocupar especialmente hoy a un electorado mucho más urgido por las cuestiones de la economía que los argumentos del republicanismo.

Milei no quiere entrar en discusiones ni planteos. Lleva todas las de ganar. Juntos en todo y en todos lados es su propuesta. Mauricio Macri todavía prefiere entender otra cosa. Quiere ser parte de una conversación que probablemente no llegue nunca.

El escenario político 2025 es para Mileí mucho más de lo soñado. Polariza con un peronismo desvencijado, atrapado por una Cristina Kirchner que arrastra a todos en su terquedad por no soltar el poder y no permite emerger a ningún liderazgo, acorralada por la Justicia y complicada por las internas del kirchnerismo residual.

No solo los planetas se le alinean a Milei, también una legión de pretendidos conversos que no quieren quedarse afuera de la fiesta libertaria. El concepto de casta, tal cual lo conocimos hasta aquí llegó a su fin.