Ley de mecenazgo en Santa Fe

El proyecto intenta que aportantes colaboren con espectáculos, artes escénicas, artes plásticas, producciones musicales y audiovisuales y edición de libros, entre otras áreas de la cultura

La Cámara de Diputados de Santa Fe aprobó la Ley de mecenazgo

La semana pasada, la Cámara de Diputados de la provincia de Santa Fe sancionó la Ley de mecenazgo, la cual establece fomentar e incentivar la actividad privada mediante la financiación de proyectos culturales a través de la figura del mecenazgo. Si nos remitimos a la palabra y buscamos su origen, Mecenas era un amigo del emperador Augusto y protegía a artistas de la época a principios de la era cristiana. Pero fue en el Renacimiento que la palabra tomó relevancia, cuando personas adineradas -nobles, Papas o comerciantes-, tales como los Medici en Florencia, Sforza en Milán o los Borgia en Roma, patrocinaban artistas y escritores. De hecho, el colosal Rafael Sanzio trabajó bajo el mecenazgo de dos Papas.

En este sentido, esta ley, promovida por la diputada Varinia Drisun, intenta que aportantes colaboren con espectáculos, artes escénicas, artes plásticas, producciones musicales y audiovisuales y edición de libros, entre otras áreas de la cultura.

Años atrás, en el año 2006, hubo un intento de sancionar una norma municipal que redujera impuestos a quienes aportaban en tal sentido. Es por ello que un grupo de personas de la sociedad civil, tales como Miguel Milano, Marcelo Trento, Marité Miglionico, Lidia Sanfilippo y Renaldo Donnet, entre otros, trabajamos para poner el tema en agenda.

La idea era conformar un procedimiento al que llamamos Hizo Cultura, referido a un juego de palabras con las normas ISO, ese conjunto de estándares reconocidos internacionalmente que pretenden garantizar que las empresas sigan unos criterios homogéneos en la gestión de su actividad. Entonces, de manera similar, aquel que contribuyera a la cultura local, quien “hiciera cultura”, tendría beneficios en la reducción de impuestos.

Jornada de trabajo mediante, invitamos referentes tales como Susana Rinaldi, senadores y diputados nacionales y provinciales que promovían la idea en sus provincias en aquel momento: Claudio Joison y Marcos Abiad, empresarios artísticos; R. Ielpi; Fernando Farina, presidente de la Asociación Argentina de Críticos de Arte; José Miguel Onaindía, Ex Director de INCAA; y Jack Benoliel, destacado filósofo, entre otras figuras, respaldadas por las autoridades de cultura para debatir el tema.

En aquel momento no se llegó a concretar, pero en los últimos tiempos la discusión volvió a plantear la necesidad de apoyar al colectivo de artistas y referentes del sector.

Es por ello que, a partir de esta legislación, los beneficiarios serán las personas físicas o jurídicas que vivan en la provincia de Santa Fe luego de que sus proyectos sean evaluados con su cronograma y presupuesto correspondiente.

Según esta Ley, el Ministerio de cultura será el organismo aplicador y verificador, y propone también la constitución de un “Consejo de promoción cultural” (ad honorem), conformado por una persona designada por el gobernador, dos representantes del Ministerio de Cultura, dos del Ministerio de Economía, dos legisladores y dos de la Facultad de Humanidades y Arte, quienes tendrán como funciones elaborar un reglamento, aprobar o rechazar los proyectos que se presenten y evaluar las rendiciones que se presenten una vez finalizado los mismos.

Los empresarios interesados en contribuir podrán aportar a cuenta del impuesto Ingresos brutos (hasta un 10%) y las personas adheridas al Régimen simplificado de la provincia podrán imputar hasta el total de su obligación. Se les permite, como contraprestación, vincular su imagen al proyecto solventado.

Si bien algunos sostienen que la cultura debe ser sostenida solo por el Estado, no está mal -a mi criterio- que las empresas acompañen proyectos de calidad que sumen a la cultura. Por dar solo un ejemplo, en el año 2021 el Museo de Arte Decorativo Firma y Odilo Estévez de Rosario, declarado Monumento Nacional, estaba cerrado por sus pobres condiciones edilicias sin posibilidad de restauración por la gestión municipal. Y, en diálogo con la empresa constructora MSR, se pudo no sólo abrirlo con los arreglos pertinentes concluidos, sino que, cuando iniciaron trabajos de reparación por roturas en caños de desagües, descubrieron restos históricos de la casa -un aljibe y dos albañales- de finales del 1800.

Las obras realizadas incluyeron la instalación de una lámina de vidrio en el piso de roble de Eslavonia del comedor para permitir la observación del yacimiento arqueológico, que parece que está relacionado con los primeros pobladores de la ciudad. El museo fue reabierto al público el 30 de mayo de 2023, con el apoyo indiscutido del arquitecto Gabriel Redolfi, quien no puso dudas cuando lo invité, en mi rol de secretaria de Cultura, a contribuir desinteresadamente en la restauración. La pregunta es, entonces, ¿por qué este empresario no puede desgravar sus impuestos en una obra de tal envergadura en la que no solo se comprometió él, sino a decenas de empleados?

No cabe dudas que el sostenimiento de la cultura es una función indelegable del Estado; sin embargo, es posible pensar otras figuras o formas de apoyar la creatividad y el talento de figuras destacadas en el área. El apoyo de los mecenas ha sido crucial en diferentes etapas de la historia para el desarrollo, la profesionalización y la difusión del arte.

La cultura, en sus múltiples manifestaciones, es identidad, es pertenencia, es patrimonio y contribuye a la cohesión y transformación social.