Desde que comenzó la gestión del actual Gobierno, el tipo de cambio nominal se ha comportado con una trayectoria temporal en forma de “M” no simétrica. La segunda pata de la “M” asimétrica es el downshooting del tipo de cambio nominal que acontece en agosto/diciembre, que es más fuerte y extendido en el tiempo que el downshooting que tuvo lugar entre enero y abril pasados, y que posteriormente fue seguido por la suba del libre, CCL y MEP que treparon redondeando de $1.000 a $1.500. Ante este escenario en el cual la baja del tipo de cambio se prolonga en el tiempo, muchos agentes económicos tienden a pensar que el actual downshooting del tipo de cambio tiene cimientos muchos más sólidos que al anterior downshooting y, en consecuencia, muchos de ellos tienden a pensar que la actual situación cambiaria podría prolongarse en forma permanente a lo largo de todo este mandato.
A continuación, brindaremos un análisis que pretende brindar claridad sobre este punto y sobre la probable trayectoria del tipo de cambio a futuro.
La trayectoria del tipo de cambio con forma de “M” asimétrica es fruto de una política monetaria que tuvo tres etapas bien diferentes a lo largo de los primeros trece meses de gobierno. Adicionalmente, también hubo decisiones de política tarifaria y de política fiscal que complementaron a la política monetaria y colaboraron para que el tipo de cambio nominal tuviera trayectoria temporal con forma de “M” asimétrica y el dólar se mega abaratara en términos reales. Sin embargo, el crawling peg del tipo de cambio oficial se mantuvo en 2% mensual a lo largo de todo el periodo, con lo cual esta variable no es la relevante a la hora de explicar el fenómeno en cuestión.
Las 3 etapas diferentes de política monetaria del gobierno de la LLA
En la etapa 1 (enero/abril), el descenso del dólar se debió a una política monetaria muy contractiva que dio lugar a que todos los agregados monetarios se desplomaran en forma similar frente a la inflación (en términos rales). Con una inflación acumulada de +106,9%, la base monetaria, los billetes y monedas en poder del público, los depósitos a la vista, el crédito y los plazos fijos aumentaron tan sólo +62,5%; +43,5%; +45,0%; +39,0% y +60,1% en enero/abril; respectivamente. Es decir, no había ni cash, ni depósitos a la vista, ni plazos fijos a desarmar para comprar dólares BLUE, CCL y/o MEP. Tampoco había pesos para la economía real y el nivel de actividad económica se hundió. Paralelamente, en esta etapa 1 (enero/abril), el descenso del dólar también se debió a que hubo un aumento transitorio de la oferta de dólares, ya que la mayoría de los agentes económicos, tanto individuos como empresas, se vieron obligados a des ahorrar para poder hacer frente al incremento de los gastos corrientes, costos fijos y costos variables por abrupto aumento de tarifas (luz, agua, gas, medicina prepaga, expensas, seguros, etc.). En pocas palabras, en esta etapa 1 (enero/abril), el dólar se desplomó primero y principal porque no había “en serio” un peso con que comprar dólares y, además, porque a la gente no le quedaba otra que vender dólares.
En la etapa 2 (mayo, junio y julio), el BCRA hizo política monetaria mega expansiva aumentando la base monetaria en términos reales en forma sostenida mes tras mes. La base monetaria creció +69,8% y la inflación acumuló +13,4% entre mayo’24 y julio’24. Al mismo tiempo, los billetes y monedas en poder del público (+59,7%), los depósitos a la vista (+39,1%), M2 (+37,3%) y el crédito privado (50,6%) también le ganaron a la inflación (+13,4%). Del otro lado, los depósitos a la plazo fijo (+12,8%) fueron los únicos que cayeron en términos reales. La política monetaria expansiva acompañada de descenso de tasa condujo a que los agentes económicos desarmaran plazos fijos, los pasaran a cuentas a la vista y a billete físico y de ahí, a CCL, MEP y libre; respectivamente. La política mega expansiva del BCRA condujo a que hubiera pesos para que los agentes económicos compraran dólares y consecuentemente, el tipo de cambio paralelo subiera y la brecha se ampliara nuevamente pasando de 12% a 52%.
Posteriormente vino la etapa 3 (agosto/septiembre/octubre/noviembre y diciembre). Esta etapa se caracteriza por una política monetaria del BCRA neutral con la base monetaria constante en términos reales. El crecimiento de la base monetaria (+14,8%) es similar a la inflación acumulada (+14,1%). Paralelamente, M2 (+13,3%) también crece un poco menos que la base monetaria y la inflación, ya que los depósitos a la vista (+3,4%) siguen cayendo en términos reales, porque su expansión nominal es inferior a la inflación (14,1%). En esta etapa 3, la gente desarma depósitos a la vista para pasarse a depósitos a plazo (+38,7%) que crecen mucho más que la inflación (+14,1%), lo cual no es gratis para la economía real. La gente deja de hacer transacciones en la economía real (bajan los depósitos a la vista) para hacer carry trade. Paralelamente, el crédito al sector privado (+56,1%) es lo que más crece. El sistema bancario volvió a emitir dinero a todo vapor.