La fisura del discurso “anticasta”, un lujo que Milei no se puede dar

La caída del proyecto de Ficha Limpia mostró contradicciones en el mensaje oficial. Hubo escaso avance legislativo de los proyectos anunciados por el Presidente contra la corporación política y sindical. El paquete judicial, sin épica posible, acerca al Gobierno más a CFK que a Macri. El factor Maqueda

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El presidente Javier Milei
El presidente Javier Milei

El secreto del éxito de Javier Milei es muy simple: no apartarse de las principales promesas de campaña, dicho por sus propios estrategas. La motosierra, la baja de la inflación y la pelea contra la “casta” son ideas de enorme penetración popular y centrales en el contrato con el electorado.

El Presidente se concibió a sí mismo como “un hombre solo contra el sistema”, y cada vez que aparece asociado al toma y daca, a las prácticas de la vieja política, interviene él mismo, con su poder de comunicación personal, para frenar medidas de su Gobierno. Dio marcha atrás con la suba de su sueldo y la de los miembros del Gabinete en marzo; ordenó congelar las dietas de diputados y senadores; se muestra lejos de cualquier negociación con el “nido de ratas”, como llamó más de una vez al Congreso.

El chat que le envió a Silvia Lospennato, principal impulsora del proyecto de Ficha Limpia luego de la sesión fallida, operó en un sentido simbólico: el Presidente buscó rescatar su coherencia narrativa.

Milei había declarado su posición a favor de una ley para impedir que los condenados en segunda instancia puedan ser candidatos. Lo hizo en el marco del discurso de apertura de sesiones ante la Asamblea Legislativa, el 1 de marzo pasado, junto al anuncio de un paquete “anticasta”. De las cinco iniciativas mencionadas, ninguna se cumplió, por falta de apoyo parlamentario o por falta de voluntad. Este fue el derrotero:

  • Eliminación de las jubilaciones de privilegio para Presidentes y Vice: se lo bocharon inicialmente en el Congreso, pero Milei decidió renunciar a la suya ante la Anses.
  • Quita del financiamiento público de los partidos políticos: mandó un proyecto hace apenas dos semanas.
  • Prohibición de la reelección indefinida en los sindicatos y otras reformas gremiales: las puso en stand by luego de una tregua con la CGT.
  • Reducción de la cantidad de asesores de diputados y senadores: no era su órbita, no depende de él, pero tampoco pasó.
  • Ficha Limpia: no se trató por falta de quórum, incluidas las ausencias de 8 diputados libertarios.

El Gobierno quedó a la defensiva y debió dar explicaciones sobre un eventual acuerdo con Cristina Kirchner. Es verdad que la Casa Rosada no selló un pacto integral con la ex presidenta, básicamente porque ella es poco flexible para negociar. Quienes la conocen hace décadas marcan una gran diferencia con su marido: “A Cristina no la poroteás”.

Cristina Kirchner y Javier Milei
Cristina Kirchner y Javier Milei

Aunque lo nieguen, en la Casa Rosada le sacaron el cuerpo al proyecto que podría bloquear la candidatura a diputada de CFK. No pudieron explicar la ausencia de 8 diputados libertarios. Sólo dos habían avisado que no estarían por motivos médicos/personales: Marcela Pagano y José Peluc. El resto no ofreció aclaraciones creíbles, y llamó la atención el faltazo de Santiago Santurio, que responde a las Fuerzas del Cielo, o sea, a Santiago Caputo.

Para aportar a la confusión, el ya célebre Gordo Dan se despachó en contra de Ficha Limpia casi con los argumentos calcados a los del “lawfare” y el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, salió a chapotear con justificaciones irrisorias como la “sensación de proscripción” y las trapisondas que podrían hacer los “señores feudales” en las provincias. Esto último, a contramano de la conducta de gobernadores que retiraron a sus diputados de una iniciativa que teóricamente les convenía. Ninguna de estas objeciones habían sido planteadas antes durante el tratamiento en comisiones por LLA.

La intención del oficialismo de obtener el aval K en distintos temas, como los pliegos de los jueces de la Corte, la designación de vacantes en la Justicia federal, y la eliminación de las elecciones primarias, tiñó de suspicacias el entramado de conversaciones de la última semana.

El martes, a las 19.30, Martín Menem encabezó un encuentro con de jefes de bloque para buscar una solución política al reemplazo del diputado fallecido de Tierra del Fuego, Héctor Stefani, un asunto que terminó judicializado.

“Es la primera vez que me invitan a una reunión política después de 11 meses”, rompió el hielo Germán Martínez, titular de la bancada de Unión por la Patria. Con aires de fatalidad, antes de que termine la charla, el diputado K interpeló a sus colegas: “¿Ustedes son conscientes de lo que se va a generar el jueves?” Y prosiguió con un análisis político sobre Ficha Limpia en base a dos ejes:

  1. Aprobar esa ley iba a dinamitar la frágil relación de convivencia que habían construido en el Congreso, sin poder garantizar contención de ningún tipo.
  2. El impacto social que podría generar sacar a Cristina de la cancha, en términos de representación política.

Algunos, según quien cuente la historia, tomaron esto como una amenaza y agregaron, además, un condicionamiento para apoyar a Menem en la reelección como autoridad de la Cámara. Tanto en LLA como en el kirchnerismo, niegan esta última parte.

Otro foco de sospecha fue la presencia de Karina Milei el miércoles, alrededor de las 20, monitoreando el debate por la ley de ludopatía desde uno de los palcos, acompañada por Sharif Menem. Si bien ella se retiró antes, sí es cierto que se cruzaron en un pasillo a la salida del recinto, rumbo a los ascensores para ir hacia el despacho de Presidencia, Martín y Lule Menem, con Martínez, Cecilia Moreau, y otros dos diputados kirchneristas. Según testigos del hecho, la charla no duró más de 5 minutos y sólo hubo chicanas sobre la sesión preparatoria, pero está lleno de mal pensados que ven fantasmas por todos lados.

Karina Milei y Sharif Menem siguieron la votación desde el palco del recinto
Karina Milei y Sharif Menem siguieron la votación desde el palco del recinto

Estas postales lo sitúan a Milei más cerca de la interacción con las huestes de Cristina, que con Macri. “Mauricio hartó”, se quejó un funcionario. “Ahora se cree que es Lilita”, completó la descripción, enojado por el comunicado del PRO sobre los “cómplices de la corrupción”. Todo indica que la relación entre ambos partidos pasa por su momento más crítico, en el que no hay disimulo en el pase de facturas.

En el entorno del Presidente siempre fue visto Macri como un material de descarte. Les sirvió durante todo el año en el Congreso, y cuando ya no lo necesitan, no dudan en apedrearlo.

El PRO fue vital como aliado para salir a buscar votos, y redondear una performance legislativa extraordinaria, teniendo en cuenta la debilidad parlamentaria del Gobierno.

En el primer año de Milei, se aprobaron unas 40 leyes durante el período ordinario. De esas, 29 son acuerdos, convenios bilaterales, protocolos, que venían de hacía tiempo; y cuatro son declaraciones de días de conmemoración o duelo. Si bien en cantidad son pocas las iniciativas, comparados con otras administraciones, no son menores por el peso estructural de los cambios.

Entre los principales logros están la Ley Bases, las medidas fiscales y la boleta única de papel. En el modo defensivo, Milei consiguió blindar dos vetos (por aumento de jubilaciones y mayor financiamiento educativo), y, a pesar del rechazo del Senado, sostuvo en pie el mega DNU de diciembre, donde sentó los pilares de su gestión.

Solo perdió la vigencia de un DNU, el que otorgaba recursos extra a la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE).

Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados (Jaime Olivos)
Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados (Jaime Olivos)

El Gobierno requiere ahora de los servicios del peronismo/kirchnerismo para concretar las metas pendientes. El oficialismo trastabilla porque no tiene épica ni bandera para justificar la negociación por el reparto de poder en la Justicia. Tampoco tiene voceros del tema. Y cuando alguien cede el espacio, lo llena de contenido otro.

La estrategia la lleva Santiago Caputo, con la asistencia de su amigo, el secretario de Justicia, Sebastián Amerio. Uno pivotea sobre los operadores judiciales de Cristina (Wado de Pedro, Juan Martín Mena y Juan Manuel Olmos) y el otro sobre los senadores. Nunca se sabe si lo que llevan y traen refleja exactamente lo que quiere “la Doctora”.

Antes que reconocer una falla en la elección de los pliegos (de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla), el Gobierno está dispuesto a doblar la apuesta: amenaza con avanzar por decreto para luego ampliar la Corte a nueve miembros y, en el medio negociar el resto de los cargos y también el Procurador, con los dos nuevos cortesanos adentro.

Hace meses que hacen “terrorismo” con el “inminente” envío de las designaciones de cerca de 200 jueces, fiscales y defensores al Senado. En una táctica que a priori parece para tontos, “filtraron” una lista fake de nombramientos, con procesados incluidos. Lo sorprendente es que gobernadores, legisladores e integrantes del mundo judicial se la tomaron en serio y estallaron los teléfonos de funcionarios para pedir cambios, carpetear a los elegidos y hacer lobby por otros postulantes.

A fines de diciembre, la Corte Suprema se quedaría con tres integrantes, a partir de la salida de Juan Carlos Maqueda, y ese es el riesgo que plantea el Gobierno para apurar las definiciones.

El cordobés asumió en el Máximo Tribunal en plena crisis de 2002 y se retira con un sabor amargo, tras haber sido cuestionado por el manejo de la obra social, enfrentado con Ricardo Lorenzetti y con el estrés que generó el proceso de juicio político que inició el kirchnerismo en la gestión anterior.

De manera oficiosa, el Gobierno consultó, dicen, en varias oportunidades si quería hacer uso de la opción de quedarse con acuerdo del Senado luego de cumplir los 75 años. Lo hizo el 23 de diciembre del año pasado, y lo reiteró el 28, un día antes de su cumpleaños. ¿Por qué? La norma indicaba que debía hacer una petición para continuar un año antes de llegar al límite de edad. También aseguran que le avisaron antes de emitir un comunicado en el que anunciaban el envío de los dos pliegos con los candidatos, en el mismo texto en el que destacaban y agradecían su desempeño.

En una entrevista con el diario La Voz, el 19 de noviembre, por el contrario Maqueda dijo que se enteró por los medios de que lo jubilaban.

Un poco antes, a fines de julio, el Ministerio de Justicia firmó la resolución 226/2024 por la que modifica el reglamento para el trámite del nombramiento de jueces que alcancen los 75 años. Les amplía el plazo para solicitar quedarse, al establecer que lo pueden hacer “durante el año anterior a la fecha” de la edad límite.

Es decir: con esta nueva norma, Maqueda podría aún hoy notificar su deseo de permanecer en su puesto y que se libren las actuaciones correspondientes. Tiene tiempo hasta el 28 de diciembre, Día de los Inocentes. Sería un giro espectacular en la trama.

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