De ser vanguardia a retroceder: la posición de Argentina en el marco del Día Internacional para Eliminar la Violencia contra la Mujer

Cada 25 de noviembre se conmemora el asesinato de las hermanas Mirabal en República Dominicana por parte del dictador Rafel Leónidas Trujillo: es la fecha que la ONU determinó para poner fin a la violencia contra las mujeres. En Argentina, el escenario duele: hace apenas diez días fue el único país del mundo que votó negativamente a una resolución para condenar las agresiones contra mujeres y niñas

Argentina fue el único país que votó en contra en la Asamblea de la ONU de una resolución contra la violencia hacia mujeres y niñas (EFE/Paolo Aguilar)

No hay que hacer nada con los adultos que se hacen pasar por niños para abusar, engañar, secuestrar o asesinar chicas. No hay que hacer nada con las personas que amenazan con violar, vengarse con la familia o pegarle un tiro a periodistas. No hay que hacer nada con los novios que presionan a sus parejas para que no los dejen porque ellos tienen en su teléfono videos sexuales que pueden provocarles problemas personales y laborales y son capaces de generarles vergüenza, bromas y ataques por la calle. No hay que hacer nada con los estudiantes de primaria que obligan a compañeras a mostrarle su cuerpo desnudo y lo difunden en el grado para que ellas sean sometidas a un pudor insoportable, señalamientos y expulsión de lugares de estudio y diversión. ¿Importa lo que le pasa a las chicas, las novias, las nenas, las profesionales? Negativo.

No hay que hacer nada con los que una chica les dice que no, no piensan como ella o quieren jorobarla porque sí y construyen con Inteligencia Artificial un video porno falso pero que es tan perjudicial como si fuera verdadero. No hay que hacer nada con los señores que van con un teléfono por el colectivo, el tren y el supermercado para grabar las partes íntimas de las jóvenes que caminan sin saberse grabadas. No hay que hacer nada con los amantes que ponen un teléfono escondido detrás de un portarretrato y captan el cuerpo, los sonidos y las acciones de una amante que estaba siendo grabada y que sus actos sexuales terminan en páginas porno sin que ella sepa, ni quiera. No hay que hacer nada. ¿No hay que hacer nada para garantizar un sexo libre de violencia? Negativo.

Argentina no se opone a la violencia contra mujeres y niñas por las redes sociales. Es tan grave que, tal vez, hay que decirlo de nuevo: Argentina no se opone a la violencia contra mujeres y niñas por las redes sociales. ¿Argentina no se opone a la violencia contra mujeres y niñas por las redes sociales? En realidad, no es Argentina, sino el gobierno. El gobierno argentino no se opone a la violencia contra mujeres y niñas por las redes sociales. Las leyes nacionales y los tratados internacionales suscriptos por el país sí se oponen, pero el gobierno votó en contra de luchar contra la violencia hacía mujeres y niñas en entornos digitales. ¿Generó un escándalo? Negativo.

El voto de Argentina está en rojo en contra de condenar la violencia hacía mujeres y niñas. El único país del mundo con voto negativo. El resto a favor y apenas 13 países se abstuvieron

El 15 de noviembre Argentina votó negativamente a una resolución que busca condenar la violencia de género, solo diez días antes de las marchas mundiales por el 25N, en una provocación similar a la del 8 de marzo, el día de las mujeres, fecha elegida para desarmar el Salón de las Mujeres y bajar cuadros de heroínas, artistas e intelectuales mujeres y trans y volver a enmarcar solo imágenes de varones. No es solamente que se desarman las políticas públicas de protección, se ataca directamente la conciencia para que las mujeres no tengan que soportar humillaciones, abusos y golpes. Argentina votó aislada del mundo por un país exclusivamente masculino y un país en el que no importa que las mujeres sean golpeadas, violadas, mutiladas o asesinadas.

El 25 de noviembre, día de lucha contra la violencia hacía las mujeres y niñas, es un día de luto en Argentina. De duelo por las hermanas Mirabal (Minerva, Patria y María Tersa), asesinadas por la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, en República Dominicana, en 1960. Dos décadas después, en el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe en Bogotá, Colombia, en 1981, se decidió que cada 25 de noviembre se celebre el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. La fecha tiene su origen en República Dominicana. El 17 de diciembre de 1999 la ONU decretó al 25N una fecha emblemática para defender la vida de las mujeres contra la violencia machista. Este año para Argentina no es una hoja de calendario más, es una hoja menos.

En Argentina hay un femicidio cada 37 horas, según el Observatorio Mumalá. Por eso, el 25N es un día de duelo por los femicidios. Y de luto porque no solo no alcanza con lo que se hace, sino que se dejó de hacer todo lo posible para evitar y prevenir asesinatos a mujeres por ser mujeres y porque se actúa directamente en contra de intentar frenar la violencia en todas sus escalas y en todos los ámbitos que afecta a las mujeres y niñas. No hay ningún organismo público que se ocupe de la violencia de género, se desmanteló el programa Acompañar, se redujo la atención en la Línea 144, se niega que exista una violencia específica por razones de género y se sostiene que las mujeres realizan denuncias falsas y se promueve la descalificación de las denuncia de abuso sexual y la credibilidad a la palabra de niñas y niños.

Las hermanas Mirabal y la lucha por la libertad: por el crimen de ellas se conmemora cada 25 de noviembre el Día Internacional para Eliminar la Violencia contra la Mujer (Centro Cultural Inca Garcilaso)

Los gestos simbólicos no son inocuos. Si el gobierno desalienta la protección a las mujeres, niega la violencia de género y rechaza combatirla, las mujeres denuncian menos y no piden ayuda. Pero no se salvan. Son asesinadas sin intentar sobrevivir. El Observatorio de Femicidios Mumalá expresó “alarma por la disminución de denuncias en víctimas de femicidios”. Durante el primer año de gobierno de La Libertad Avanza (LLA) las mujeres se desempoderaron y no buscaron protección judicial frente a golpes o amenazas de muerte. En 2024 se dio el porcentaje más bajo de los últimos cinco años de mujeres que habían denunciado previamente. El dato siempre implicó un alerta de la inacción estatal, pero ahora es una muestra de las señales de desprotección a las ciudadanas.

En 2024 solo el 12% de las víctimas de femicidio habían realizado la denuncia. La diferencia con el año anterior es significativa: en el 2023 un 23% habían recurrido a la justicia y en el 2019 un 18%. Antes de la gestión de La Libertad Avanza dos de cada diez mujeres asesinadas habían pedido ayuda al Estado para sobrevivir. Ahora solo una de cada diez mujeres asesinadas llega a los tribunales luchando por su vida. Eso implica que las mujeres escuchan que no van a ser ayudadas, que bajan los brazos y que no están pidiendo una solución para no ser condenadas a muerte, sino que se sienten encerradas y desprotegidas y que no hay protección ni esperanza para su vida.

En lo que va del año se ejecutaron 212 crímenes contra mujeres, se intentaron 526 intentos de femicidios y 194 niñas, niños y adolescentes quedaron huérfanos por culpa de la violencia machista. El Observatorio de Femicidios Mumalá analizó: “Este dato expresa la profunda desprotección de las víctimas por parte del Estado: no se gestaron herramientas que favorezcan las denuncias, se eliminaron políticas de prevención, se precarizó la línea 144 de asesoramiento, entre otros”. Una resolución puede no salvar vidas. Pero votar negativamente a jerarquizar la violencia desalienta las denuncias y contribuye al abismo en el que la soledad y la muerte empujan al vacío.

El Observatorio Mumalá enciende la alarma por la disminución de denuncias en víctimas de femicidios con el porcentaje más bajo de los últimos 5 años

Argentina fue el único país de la ONU que votó en contra de una resolución para eliminar y prevenir la violencia contra las mujeres. El documento fue aprobado por 170 países y solo 13 naciones se abstuvieron. Pero la Cancillería se cortó sola con el único voto negativo de todo el mundo. El único voto en contra en un hecho inédito que muestra a un país que fue símbolo de la revolución de las hijas en una revancha retrógrada y peligrosa en el que el mapamundi enciende la sirena de un tablero en el que los votos nos muestran como el país más misógino del mundo.

El texto que fue rechazado por el gobierno nacional se titulaba “Intensificación de los esfuerzos para prevenir y eliminar todas las formas de violencia contra mujeres y niñas en el entorno digital” y había sido presentado en la Asamblea de la ONU por Francia y Países Bajos. La resolución insta, obligatoriamente, a todos los estados a tomar medidas que eviten la violencia digital contra mujeres y niñas. Argentina forma parte de la ONU y, aunque haya votado en contra, en realidad, debería cumplir con la resolución. Aunque no lo haga está en falta.

La delegación argentina argumentó que “la agenda feminista no debe confundirse con otros objetivos” y que “asociarla con la práctica de la violencia en países en desarrollo no se ajusta a las pruebas que muestran múltiples factores o causas de la violencia”. Con este oscurantismo Argentina se posicionó de una manera más extremadamente misógina que Siria e Irán. El negacionismo de la violencia de género impacta en la vida de las mujeres que no mueren, son asesinadas y no dejan de denunciar porque quieren, sino porque son desalentadas a pedir ayuda y volverse sobrevivientes.

La Ley Olimpia está aprobada en Argentina y se pide la aprobación de la Ley Belén a pesar del voto negativo del gobierno en la ONU

La resolución destaca la gravedad de la violencia en línea, en la web, y su impacto “desproporcionado” en mujeres y niñas. Se llama a los Estados a fortalecer sus leyes y políticas para combatirlo. El voto negativo es inédito porque Argentina reconoce a la violencia digital dentro de la violencia de género, sancionó la Ley Olimpia contra la violencia digital el año pasado y tiene en funcionamiento la ley contra el grooming. En realidad, un país que puede mostrar normativa bajó el pulgar de una resolución que ya cumple (aunque puede mejorar) y peor que otros países que no tienen normas como las locales. En definitiva, Argentina se pronunció en contra de las mujeres y de sus propias leyes.

La resolución también reconoce el papel de la educación y la participación de la sociedad civil para enfrentar el problema. Sin embargo, la violencia digital hoy es ejercida, en muchos casos, desde personas que son funcionarios gubernamentales y que no votan para condenar lo que ellos mismos hacen. Esa lógica podría ser parte del problema. Pero no es parte de un estado de derecho. Porque los gobiernos pueden tomar decisiones pero no ir en contra de las decisiones que ya forman parte de su normativa y su Constitución, salvo que tengan los votos para derogar leyes y reformar la Constitución. Y ese no es, al menos todavía, el escenario actual.

En la nota de Robertino Sánchez Flecha en Infobae se destaca que es “la segunda votación en ese organismo desde que inició la gestión de Gerardo Werthein como ministro de Relaciones Exteriores. Con esta decisión, Argentina ratifica la posición que Javier Milei le imprime a su política exterior, que se diferencia de la Agenda 2030, el Pacto del Futuro y es renuente a algunos derechos de tercera generación y de incidencia colectiva”. Por supuesto, no es una decisión con impacto solo local. Es probable que la incidencia del presidente lleve a otros países a dejar de lado las políticas contra la violencia de género o a oponerse abiertamente. Un voto negacionista puede sumar más adhesiones negacionistas. Una invitación a entrar al closet del machismo que puede atraer más comensales a una mesa exclusivamente masculina.

La resolución de la ONU, advierte preocupación por la “persistente prevalencia de la violencia perpetrada contra las mujeres y las niñas" (EFE/ Enrique García Medina)

La resolución de la ONU, que logró ser aprobada por abrumadora mayoría, a pesar del monobloque argentino, realza que implica un “avance en la lucha por la igualdad y la protección de los derechos de las mujeres” y “condena enérgicamente todas las formas de violencia contra todas las mujeres y las niñas, que a menudo se producen de manera continuada y durante toda la vida, y su persistencia y su carácter generalizado”.

Además, la disposición del organismo advierte preocupación por la “persistente prevalencia de la violencia perpetrada contra las mujeres y las niñas en todas sus distintas formas y manifestaciones en todo el mundo, tanto en línea como en otros entornos, que no se reconoce ni denuncia tanto como se debiera”. La ONU también exige que haya recursos de apoyo a las víctimas para denunciar, para acceder a la justicia y para su rehabilitación personal.

Argentina fue un país de vanguardia en derechos para las mujeres y la diversidad sexual. Hoy pasó los límites de la vergüenza: el único país que votó en contra de luchar contra la violencia hacia las mujeres y las niñas (¡las niñas!) en entornos digitales. Incluso Corea del Norte, Irán, Rusia, Nicaragua, Burundi y Malí se abstuvieron pero no votaron en contra. Los países que Milei considera aliados (Estados Unidos e Israel) votaron a favor pero la política exterior argentina se alejó de su norte para dejar liberada la violencia digital hacía las mujeres.