Salario, precios en dólares locales y courier: ¿quién gana?

A partir de diciembre, el Gobierno flexibilizará los límites en los envíos de importaciones eventuales (courier). Con esta medida, el tope pasará de USD 1.000 a USD 3.000 por envío, un monto alineado con los estándares de otros países de la región.

Además, no se abonarán aranceles por los primeros USD 400 de cada envío, siempre que se trate de bienes para uso personal, y sólo se aplicará el IVA. Por ejemplo, una campera que actualmente cuesta USD 100 en el exterior tiene que pagar USD 67 en impuestos. Con el nuevo esquema, ese monto se reducirá a 21 dólares.

Desde 2017, el salario pierde poder adquisitivo. Sin embargo, tras la devaluación del peso frente al dólar en el tipo de cambio oficial mayorista en diciembre el salario medio comienza a crecer, aunque aún está por debajo del nivel de noviembre 2023. Con una inflación acumulada en el año cercana al 120% y un tipo de cambio oficial mayorista que aumentó sólo 19% desde el 14 de diciembre, los precios en pesos avanzaron a un ritmo notablemente mayor en dólares, también las remuneraciones en términos de dólares.

En noviembre 2023, el salario mínimo era equivalente a USD 161. Hoy asciende a USD 239, por debajo que registran Brasil con USD 260, Perú USD 270 y Colombia USD 323. En el extremo superior, en Chile es de USD 532; y Uruguay lidera con 556 dólares.

Analizamos cuántos salarios mínimos son necesarios en cada país para adquirir distintos productos:

Computadora de alta gama:

• Argentina lidera con 10,51 salarios necesarios para comprar el modelo más reciente.
• Brasil requiere 9,01; Perú, 8,27; y Colombia, 6,16.
• Uruguay necesita 5,67 salarios, mientras que Chile requiere solo 3,71.

Zapatillas primera marca:

• En Argentina, se necesitan 0,41 salarios mínimos para adquirir un par.
• Perú requiere 0,29;
• Brasil, 0,28;
• Uruguay, 0,19.
• Chile registra el menor costo relativo, con 0,12 salarios necesarios.

Celular de altísima gama de última generación:

• Argentina vuelve a encabezar la lista, con 6,60 salarios necesarios.
• Chile, por el contrario, necesita solo 2,66.
• En el rango intermedio, Perú requiere 5,90; Brasil, 4,39; Colombia, 3,96; y Uruguay, 2,88 salarios.

Estos datos muestran que, a pesar de contar con un salario mínimo más bajo, los precios en dólares en Argentina resultan mucho más elevados en relación con el poder adquisitivo local.

Aunque el salario en dólares mejora, persisten obstáculos estructurales. Los altos impuestos y la superposición de tributos -como ingresos brutos provinciales y tasas municipales- encarecen los precios.

A esto se suma una tasa de IVA del 21%, la segundo más alta de la región, junto con impuestos internos, retenciones y percepciones que impactan directamente en el precio final.

Además, la inflación interanual, aunque en descenso, supera el 200%, lo que incrementa los costos de producción y distribución. La eliminación de subsidios a tarifas de servicios públicos como agua, energía eléctrica y gas también ha elevado los costos operativos de las empresas, impactando los precios domésticos.

Por otro lado, la competitividad del mercado argentino está limitada. Las marcas extranjeras que operan localmente deben cubrir costos fijos elevados, como logística y personal, lo que se traduce en precios más altos. La falta de competencia interna también dificulta una baja significativa de los precios.

Para recuperar el poder adquisitivo del salario y reducir los precios domésticos a niveles comparables con la región, es fundamental estabilizar la macroeconomía, reducir la burocracia e impuestos, y mejorar la infraestructura logística. A su vez, las empresas deben apuntar a la productividad.

La velocidad de implementación de estas medidas será clave. Reducir aranceles de importación sin ajustar impuestos y costos locales a la misma velocidad podría dejar en desventaja a las pymes frente a sus competidores externos.

Si el tipo de cambio real se aprecia más rápido que la productividad local, también se generarán distorsiones. La estrategia debe enfocarse en un tipo de cambio competitivo que permita salarios más elevados en dólares a través de mejoras estructurales, no mediante devaluaciones constantes.

Es crucial que las pymes cuenten con un entorno más favorable para competir con fortaleza en el mercado local y global. La eliminación de impuestos distorsivos, como el impuesto al cheque, y de retenciones sobre exportaciones, junto con una simplificación de trámites burocráticos, será esencial para construir una economía más dinámica y eficiente.

El autor es Analista Económico