La “guerra relámpago” es una táctica militar que consiste en un ataque rápido y contundente vía aérea y terrestre. Eso, sumado al factor sorpresa, desorganiza las líneas defensivas y permite una campaña corta evitando perder recursos en una batalla extendida en el tiempo.
Se la conoce como Blitzkrieg, en alemán, porque fue usada por el ejército nazi durante la Segunda Guerra Mundial, cuando fue muy efectiva durante la primera fase, y desde entonces es un término de la estrategia bélica.
Ese accionar podría aplicarse al modo de gestión de Javier Milei, que va con todo el peso de la artillería al objetivo marcado, y eso le habilita a pasar de un frente a otro a máxima velocidad. “Diría que se cierra una semana redonda pero nunca se sabe con qué bomba nuclear puede salir este gobierno en cualquier momento. No hay descanso — blitzkrieg 24/7”, escribió hace unos días Mystagogos (@reaxionario), un tuitero muy replicado por funcionarios libertarios.
Un día bajo la administración de Milei parece un mes comparado con el de cualquier gobierno anterior. Por ejemplo, el lunes pasado mantuvo la centralidad con su participación en la cumbre del G20 en Brasil, amagando con la posibilidad de ser el único país en no firmar el documento final. El martes se reunió con líderes de primer nivel mundial, con quienes no comulga ideológicamente: Xi Jinping (China) y Narendra Modi (India). Mientras, endureció la negociación con los gobernadores por el Presupuesto 2025 y suspendió la firma del dictamen. El miércoles recibió a la mañana Georgia Meloni en Casa Rosada, y a la tarde, al periodista Esteban Trebuqc, frente a quien oficializó la ruptura con Victoria Villarruel. Y el jueves mandó al Congreso dos proyectos de reforma política que modifican radicalmente las reglas electorales. Va de un hecho a otro, como si no hubiera un mañana.
“Ella está más cerca del círculo rojo, de lo que llama la ‘alta política’, y lo que nosotros llamamos la casta”, sostuvo sobre la vicepresidenta. Nadie puede dar certeza acerca de si fue un arrebato o un acto planificado, lo cierto es que tuvo un efecto fumigador: nada crecerá alrededor de Villarruel. ¿Quién va a acercarse sin enemistarse con el Presidente? Mientras Milei registre alta aprobación en la opinión pública, probablemente nadie.
A pesar de todo, la vice no va a modificar su perfil ni tampoco dio la orden de cancelar la hoja de ruta prevista hacia fin de año, incluidos los viajes. Villarruel niega casi todos los dichos que se filtran desde los despachos de la Casa Rosada: en su círculo, aseguran que no participa de ningún armado político paralelo, que no se negó a asistir a reuniones de gabinete, que no va en contra del proyecto del Presidente. Es cierto, dicen, que peleó por lugares en las listas y cargos para su propia gente, pero eso es “lógico en cualquier dirigente”.
Ahora, quedó en una especie de no lugar. De hecho, como presidenta del Partido Demócrata (un sello que usaron para las elecciones presidenciales) debió justificar ante el juzgado de Alejo Ramos Padilla, en La Plata, una serie inconsistencias y faltantes de documentación en las presentaciones de rendición de cuentas. Eso está a punto de ser saldado y, aunque su determinación era desafiliarse para enrolarse en La Libertad Avanza, quizá no lo haga.
Nunca la llamaron desde el partido que lidera Karina Milei y es probable que no ocurra a futuro. Mejor, entonces, seguir bajo el paraguas de los demócratas.
El enorme poder del Presidente para marcar el ritmo de la discusión pública, hizo que se corriera del primer plano la repercusión del ritual de iniciación de Fuerzas del Cielo, en San Miguel. La agrupación política está liderada por los referentes digitales mileístas, fuertes en el marketing de la provocación, autopercibidos como la “guardia pretoriana” de Milei.
Es difícil tomarse en serio el acto de una organización de estética imperial con toques infantiles que parecían también inspirados en la Casa Gryffindor de Harry Potter, y con el logo de la Cruz Orlada de Benjamín Solari Parravicini, artista profético, pintor mediocre. Ese universo disparatado se completó con discursos de barricada y cantitos contra los “kukas”.
La cruzada no cayó bien en un sector del Gobierno y de La Libertad Avanza. Sobre todo, la actuación de los que ostentan cargos en el gabinete (secretarios y subsecretarios de Estado), con una responsabilidad distinta a la del Gordo Dan, el streamer del momento.
El presidente del partido avalado por Karina Milei en la provincia de Buenos Aires es Sebastián Pareja, subsecretario de Integración Socio-Urbana. Hay cortocircuitos entre esa línea de la política más territorial con los chicos que responden a Santiago Caputo, brazo ejecutor del Presidente y su hermana.
No se entiende exactamente cuál es la disputa, más allá de las listas legislativas. Nahuel Sotelo, secretario de Culto y Civilización, había pedido la coordinación de LLA en Quilmes, se la dieron, pero luego la devolvió aduciendo que no tenía tiempo para ocuparse.
A su regreso de Brasil, en el Gobierno se armó de apuro una foto en Aeroparque con un mensaje al interior del oficialismo para contrarrestar suspicacias. “A un año de la gesta histórica que cambiará la Argentina para siempre”, decía el texto que acompañaba la selfie en la que se veía a los hermanos Milei, Santiago y Luis Caputo, Guillermo Francos, Martín y Lule Menem, y Pareja. El pedido de inclusión de Pareja y los Menem fue de Karina, y la interpretación es en el marco de las rencillas en provincia. De hecho, iba a asistir también para estar en la imagen Pilar Ramírez, presidenta de LLA en la Ciudad, pero se decidió que no, para que la señal fuera inequívoca.
Hay al menos dos premisas que parecen quedar claras:
- Karina Milei será quien defina los candidatos.
- Las cabezas de lista en todos los distritos serán de LLA. “No vamos a entregar eso”, dicen.
El Día de la Soberanía, 20 de noviembre, la jueza María Servini firmó la resolución que oficializa LLA como partido nacional, lo que marca el nacimiento formal del espacio, que en adelante ya no depende de otra fuerza para la arquitectura electoral. En chiste, en Tribunales, algunos querían que concretara el trámite un poco antes, el 17 de octubre, como chicana a los peronistas, pero a ella -dicen- le pareció mucho.
Se viene la última semana de sesiones ordinarias en el Congreso y el Gobierno se pone nuevamente a prueba. En la Cámara de Diputados, hay pedidos para ir al recinto con distintos proyectos martes, miércoles y jueves.
La iniciativa más sensible es la que pide la anulación del decreto 846 que permite al Ministerio de Economía hacer canjes de deuda en moneda extranjera sin autorización parlamentaria. “No te calentés”, le habría dicho “Toto” Caputo a Martín Menem, relativizando el daño de un resultado desfavorable. La posibilidad de voltear el DNU es una carta que usan los gobernadores para presionar al Gobierno con el presupuesto.
Para la Casa Rosada, aunque no lo reconozcan, el plan ideal es que se apruebe el Presupuesto 2025, con equilibrio fiscal, como muestra a los mercados de sostenibilidad política al plan económico oficial. El plan B es prorrogar y reconducir el que viene de 2023, que es el peor escenario para las provincias por el margen de discrecionalidad que le permite al Presidente. Esa es la razón por la que en el Gobierno tiran de la cuerda, ya que tienen las de perder los gobernadores.
Corriendo esta cuestión, el único tema que interesa, urge y debería ser incluido en un temario de sesiones extraordinarias (las fija el Poder Ejecutivo, a agenda cerrada) es la eliminación de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) y los cambios en el financiamiento de los partidos, ambos proyectos ingresados en la mesa de entradas, pero aún sin giro a comisiones.
Hay una vía abierta de conversación con Unión por la Patria, con Sergio Massa como uno de los más activos. En una reunión, intendentes del PJ le hicieron saber a Axel Kicillof que ellos quieren suspender las primarias y desacoplar la elección provincial de la nacional. “¿Y de donde sale la plata?”, preguntó el gobernador. Él preferiría poner esos fondos en obras o planes que den su rédito electoral, y no en el operativo para ir a votar.
Es muy difícil la misión de conseguir mayoría especial para esas reformas (son 129 votos en Diputados, y 37 en el Senado), sobre todo teniendo en cuenta que el PRO en principio se opone, y el radicalismo también. Aunque en el bloque del partido liderado por Mauricio Macri hay posturas distintas. ¿Podrían votar divididos?
Milei necesita de aliado al peronismo/kirchnerismo para las últimas dos apuestas de este año. La reforma electoral, que les conviene a ambos aunque el sistema fue una creación de Cristina en 2009, y la designación de los jueces de la Corte Suprema, con un camino mucho más complicado. En especial porque este jueves es la chance final para que Diputados apruebe el proyecto de Ficha Limpia, que impide a los condenados en segunda instancia por delitos de corrupción ser candidatos. Eso bloquearía que la ex presidenta compita en las legislativas.
De obtener media sanción, quedaría pendiente su tratamiento en el Senado, donde no está claro qué suerte tendría y, además, inexorablemente depende de que Milei introduzca este tema en la agenda de sesiones extraordinarias. En definitiva, todo es un gran sarcasmo: la candidatura de Cristina depende de quien es del otro lado del mostrador su interlocutor por las reformas electorales y la composición del Poder Judicial.