¿Los salarios le ganaron a la inflación? Sí y no. Depende. Depende de desde dónde se mire. La inflación del último diciembre erosionó una parte importante de los salarios en cualquiera de sus mediciones. El salario real promedio cayó 13% en el mes: 12% el formal, 14% el informal y 16% en el sector público. El Ripte, que en realidad no mide salarios de forma pura, sino el ingreso medio de las remuneraciones de los trabajadores registrados cayó 14% en ese mes.
Sin embargo, esto fue solo el comienzo de la caída. En los meses siguientes, el poder adquisitivo de los salarios continuó perdiendo terreno -hasta febrero en el caso del Ripte, marzo para el salario formal, y abril para los salarios informales y del sector público- con pérdidas acumuladas de entre 17% (Ripte) y 28% (salario informal).
A partir de ahí, los salarios comenzaron a ganarle a la inflación y, para agosto habían recuperado, desde el piso, entre 5% (sector público) y 29% (sector informal), con 11% de recuperación para el salario formal y 17% para el Ripte.
Entonces, ¿cómo quedan los ingresos laborales? ¿Se han recuperado? La respuesta es no. La “ganancia” sobre la inflación en el último tramo no alcanzó para compensar la pérdida acumulada en meses anteriores, y esto solo si se compara desde el nivel de noviembre, que fue el salario más bajo desde mediados de 2003.
Mientras que los ingresos laborales parecen haber descendido por un barranco, la situación de las jubilaciones se asemeja a una caída a un hoyo aún más profundo, del cual no hay salida aparente.
Aun así, es indudable que los últimos meses le ganaron a la inflación. La reducción real de las jubilaciones en diciembre fue menor que la de los salarios -solo 4%- porque en ese mes los haberes recibieron el ajuste trimestral de ley. Sin embargo, en enero la contracción fue significativa: 17%, seguida de otra en febrero de 11%, acumulando así una baja del 29,5% entre febrero y noviembre.
Las jubilaciones comenzaron a ganarle a la inflación gracias a la modificación de la fórmula de ajuste, que estableció una corrección mensual equivalente a la inflación de dos meses antes
Desde ese punto, las jubilaciones comenzaron a ganarle a la inflación gracias a la modificación de la fórmula de ajuste, que estableció una corrección mensual equivalente a la inflación de dos meses antes. Como la suba del IPC del Indec ha venido disminuyendo, el ajuste mensual fue mayor que la inflación del período de cobro, lo cual resultó en una recuperación de 49% desde el piso de febrero hasta septiembre.
Aquí cabe la misma pregunta que en el caso de los salarios: ¿cómo quedan las jubilaciones? ¿Se recuperaron? En el marco de la actual gestión, la “ganancia” frente a la inflación alcanzó para compensar las pérdidas de los meses anteriores, y en septiembre las jubilaciones se encontraban 5,3% por encima del nivel de noviembre. No obstante, la “Precuela” de esta historia es sombría.
El haber mínimo de septiembre sigue siendo el más bajo en términos reales desde mediados de 2004, y permite comprar 36% menos que cuando se implementó la primera regla de movilidad jubilatoria en 2008. Además, entre 2001 y 2009, las jubilaciones superiores al mínimo sufrieron una caída de hasta el 40%, lo cual sumado a la pérdida actual arroja una reducción total del 60% en el poder adquisitivo de las jubilaciones.
El haber mínimo de septiembre sigue siendo el más bajo en términos reales desde mediados de 2004, y permite comprar 36% menos que cuando se implementó la primera regla de movilidad jubilatoria en 2008
Para los salarios, las perspectivas de mejora dependerán de una eventual reactivación económica. Sin embargo, esto no aplica de igual forma para las jubilaciones ya concedidas. Si el ajuste se basa en la inflación pasada, los haberes solo le ganarán a la inflación cuando esta sea menor a la de dos meses anteriores.
Con optimismo, si la inflación alcanza un piso y se estabiliza, los ajustes mantendrán el poder adquisitivo de las jubilaciones. En el mejor de los casos, habría un incremento de alrededor del 20% respecto a fin del año pasado, pero la pérdida acumulada desde años anteriores será irrecuperable.
La autora es Economista de FIEL. Esta nota se publicó en de Indicadores de Coyuntura 669 de FIEL