El día 5 de noviembre de 2024, se inició el primer Taller de Bienestar Laboral en la Cámara Federal de Casación Penal.
Quiero expresar mi agradecimiento a las secretarias de Cámara, María Carolina Bienatti y Nadia Samaha, por idear y llevar adelante la propuesta del Taller de Bienestar Laboral junto con el Departamento de Medicina Preventiva y Laboral de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
El taller, que constará de cuatro encuentros, trabajará en torno a las temáticas de “trabajo en equipo”, “enemigos del aprendizaje - mejora permanente”, “comunicación efectiva” y “herramientas de bienestar”.
Como presidente del Máximo Tribunal Penal de la Nación, he tomado la iniciativa de abrir las puertas a todas las propuestas que se me han presentado durante este año. Mi compromiso, así como el de Cámara, es fomentar espacios como el que hoy se inauguró.
Al respecto, cabe recordar que la Cámara Federal de Casación Penal dictó la Acordada 3/24 (21/5/2024) con la finalidad de proveer un ambiente laboral saludable y contribuir con la prevención, intervención y erradicación de todo tipo de violencia o acoso laboral de manera eficaz en esta cámara y en los tribunales que se encuentran bajo su Superintendencia. Así, se adhirió al protocolo aprobado por resolución 153/2023 del Consejo de la Magistratura del Poder Judicial de la Nación.
En ese contexto, el inicio del Taller de Bienestar Laboral me parece especialmente innovador por diversas razones.
Primero, es importante señalar que estas iniciativas están tradicionalmente más asociadas al ámbito privado. En efecto, en el ámbito de la Justicia su enfoque es menos común. Pero incorporar este tipo de talleres es un paso novedoso y necesario porque entendemos que quienes trabajan en la administración de justicia también necesitan herramientas de autocuidado y bienestar para enfrentar los desafíos únicos de su rol.
Es fundamental que, como profesionales del sistema judicial, nos mantengamos actualizados y seamos capaces de adaptarnos a las demandas actuales. Un claro ejemplo de esta capacidad de adaptación fue el desafío que representó implementar el trabajo remoto durante la pandemia de COVID-19.
Este cambio no solo implicó un desafío técnico y logístico, sino también un cambio cultural en nuestro modo de ejercer la justicia. Nos permitió continuar con nuestras funciones en circunstancias excepcionales y, además, nos enseñó que, con la tecnología adecuada, podemos flexibilizar las dinámicas de trabajo sin comprometer la calidad del servicio judicial.
La experiencia del trabajo remoto, y ahora en su modalidad mixta, es un claro ejemplo de cómo supimos adaptarnos a las necesidades del momento, demostrando que la justicia puede y debe evolucionar para responder a las exigencias actuales.
En cuanto al bienestar laboral, es crucial destacar que no se limita únicamente a la salud mental o física individual —aspectos que, por supuesto, son vitales—, sino que también es un factor esencial para asegurar un sistema de justicia justo y eficiente.
No podemos soslayar que, en nuestra tarea jurisdiccional, principalmente en el ámbito penal, se dictan resoluciones que generan una gran responsabilidad.
El entorno judicial presenta desafíos únicos, como la exigencia de tomar decisiones justas y la responsabilidad de tener un impacto profundo en la vida de las personas.
La sociedad espera mucho del sistema judicial. Se requiere que la justicia sea accesible, rápida e imparcial, y que pueda atender las demandas y urgencias del presente. Los ciudadanos quieren que los y las operadoras judiciales resuelvan los conflictos de manera expedita, justa y de forma clara y sencilla.
Esta tarea implica una carga emocional significativa.
Es imprescindible reconocer los beneficios de un sistema judicial que prioriza el bienestar de sus profesionales. Al cuidar de sus operadores y operadoras, el sistema no solo mejora en justicia y eficiencia, sino que también aumenta, de manera indirecta, la confianza de la ciudadanía en sus instituciones.
El objetivo es fortalecer tanto a cada participante del Taller de Bienestar Laboral en su desarrollo profesional como al sistema judicial en su totalidad, y también servir como un punto de partida para inspirar experiencias similares.
En este camino hacia la mejora continua, el cuidado de quienes administran justicia nos beneficia a todos como sociedad.
*Mariano Hernán Borinsky es presidente y juez de la Cámara Federal de Casación Penal (CFCP), doctor y pos doctor en Derecho Penal, vicepresidente de la Comisión de Reforma del Código Penal.
**Nicole Zoe Amquie es prosecretaria de Cámara de la CFCP, maestranda de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT).