¿Un factor decisivo en la carrera por la Casa Blanca?

El poder silencioso del voto de los latinos

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Kamala Harris y Donald Trump
Kamala Harris y Donald Trump disputarán la presidencia de Estados Unidos. - (Imagen Ilustrativa Infobae)

Estamos ante una de las elecciones presidenciales más reñidas de las últimas décadas. Las encuestas más recientes dan un empate técnico entre los candidatos Donald Trump y Kamala Harris y todo parece indicar que tendremos que esperar los resultados voto a voto para saber quién será el próximo presidente de Estados Unidos.En ese sentido, y con un sistema indirecto con colegio electoral, las encuestas de intención de voto a nivel nacional (comúnmente llamado “el voto popular”) no nos dicen mucho sobre el posible resultado, sino que tendremos que enfocarnos en ciertos estados que serán claves para definir al ganador. En esta oportunidad los generalmente denominados “swing states” o “estados bisagra”, son 7: Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, North Carolina, Pennsylvania y Wisconsin y entre ellos reúnen 93 delegados o electores de los 270 que necesita el candidato ganador para llegar a la Casa Blanca.

Así, durante los últimos meses, tanto Trump como Harris organizaron un inmenso despliegue de campaña para asegurar el apoyo de su núcleo duro de votantes pero, sobre todo, para intentar movilizar distintos grupos de electores indecisos que podrían tener un rol fundamental en el resultado final de la elección. En este punto, los hispanos cobran una relevancia muy particular.

De acuerdo con American Community Survey, la comunidad latina en Estados Unidos llega a los 65 millones de habitantes, con un aumento de 20 millones en tan solo 12 años. Además, los latinos habilitados para votar ascienden a 36 millones de personas, lo que representa un 14% del padrón electoral. Hoy los hispanos son la segunda minoría electoral detrás de los afroamericanos, pero con un crecimiento poblacional mucho más grande y con una participación en los comicios más alta que el promedio a nivel nacional ya que se espera que en esta elección 6 de cada 10 hispanos efectivamente concurra a sufragar.

Y como si eso no fuera poco, los hispanos hoy pueden ser fundamentales en 4 de los 7 estados clave que definen la elección. En Arizona, los latinos llegan al 24% de los votantes. En 2020 fue la comunidad latina la que le dio a Biden la victoria en este estado por un margen estrecho. Hoy no hay nada dicho ya que los republicanos podrían recuperar terreno con una campaña especialmente enfocada en la situación económica actual. Algo similar ocurrirá en Nevada, en donde los latinos representan cerca del 30% del electorado. La última encuesta del diario New York Times pronostica una posible victoria republicana por 1 punto. Si eso sucede, el secreto de su éxito radicará en haber captado al electorado mexicano y centroamericano. En el caso de Pennsylvania, si bien los latinos representan solo el 8% del electorado, su influencia ha crecido especialmente en ciudades como Philadelphia. Y es en este estado donde puede definirse todo. En las últimas semanas, Trump tenía un pequeño margen de victoria. Sin embargo, hace unos días, en un acto de campaña republicano, una desafortunada frase de un humorista invitado que dijo que Puerto Rico era “una isla flotante de basura” puso un interrogante en el resultado final de la elección, ya que en Pennsylvania existe una enorme comunidad puertorriqueña que podría dejar de apoyar a Trump o bien, no concurrir a votar. Por último, el otro estado que tendremos que observar de cerca es Georgia, que terminó dándole la victoria a Joe Biden en 2020. Si bien aquí los latinos representan un 5% del padrón electoral, su participación es mucho más alta que cualquier otro grupo poblacional y por lo tanto, el candidato que logre conquistarlos obtendrá el apoyo de un público fidelizado.

Sin embargo, ¿a quiénes votarán los latinos? Esto es muy difícil saberlo. Si bien encuestas como la última publicada por NBC y Telemundo dan una diferencia de 14 puntos a favor de Kamala Harris por parte del apoyo latino, es importante destacar que los votantes de origen hispano no son un grupo homogéneo ni monolítico a la hora de votar. Por eso, además de mirar con atención los estados en donde el resultado no está definido, tendremos que tener en cuenta otras variables que sin dudas pueden orientar el voto de los hispanos hacia uno u otro candidato. Así, características como la nacionalidad de origen del votante (o de su familia), su edad, la generación de migrantes a la que pertenece y su historia personal son todos elementos que definirán su posición ideológica y, por lo tanto, su preferencia partidaria. Por lo tanto, hablar del llamado “voto latino” como una categoría única a nivel nacional no solo no tiene sentido sino que tampoco nos ayudará a comprender los posibles resultados de la elección.

Pero además, el posible apoyo latino a Kamala Harris que muestran las encuestas también hay que matizarlo entendiendo cuáles son los temas que hoy más les preocupan a los hispanos. Para el 72% de este grupo poblacional, la economía y más específicamente el alza sostenido de precios y el desempleo son los temas más importantes y, a su vez, los resultados marcan que Trump aventaja en casi 10 puntos a Harris al preguntar quién puede controlar mejor la inflación. Por eso tendremos que preguntarnos, ¿hasta qué punto ese apoyo latino se mantendrá para Kamala Harris siendo que los latinos son uno de los grupos más perjudicados por el estado actual de la economía? ¿Hasta qué punto otros temas sociales como el acceso a la salud o el estado de la inmigración serán más determinantes que, por ejemplo, la situación económica a la hora de ir a votar?

Con una carrera tan ajustada, cada voto cuenta, y el electorado latino, con su diversidad de posturas, se perfila como un factor crucial en los resultados. ¿Lograrán los candidatos entenderlos y atender sus demandas? La respuesta, finalmente, quedará en manos de los votantes el 5 de noviembre.

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