¿El 2025 será el año bisagra para la Argentina?

Tras muchos años de estancamiento e incertidumbre es posible que se asista a un cambio de ciclo para la economía en su conjunto

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El PBI se espera rebotará
El PBI se espera rebotará el próximo año entre 3% y 5% (EFE)

Luego de dos años consecutivos de contracción, el PBI se espera rebotará el próximo año entre 3% y 5%. Aunque no es una gran recuperación, resulta especialmente relevante. A diferencia de otras instancias ahora viene acompañada de cambios estructurales sustantivos que podrían sentar las bases para generar un crecimiento sostenido y no espasmódico.

Las políticas que le dan sustento a esta expansión cambiarán dramáticamente la realidad: por primera vez en mucho tiempo el crecimiento será sano y replicable, extensible en el tiempo. La Argentina transitó un larguísimo período de estanflación y terminará 2024 con un PBI similar al de 2010, aunque medido en términos por habitante será 15% inferior.

Para evaluar las condiciones macro generales previstas para 2025, y analizar sus diferencias conceptuales respecto a períodos previos se presenta un ejercicio binario, sencillo al extremo pero efectivo. Se eligieron cinco variables, y se observó su evolución en el tiempo desde 1999 hasta el 2025 (los dos últimos proyectados).

La Argentina transitó un larguísimo período de estanflación y terminará 2024 con un PBI similar al de 2010, aunque medido en términos por habitante será 15% inferior

Cuando la variable muestra un resultado positivo, alcanzando la meta, se le asigna el número uno y cuando ofrece un indicador negativo un cero. Por ejemplo, si durante un año hubo superávit comercial a ese período se le asigna una unidad, si hubo déficit se le fija cero unidades. Por lo tanto, el número máximo que un año puede alcanzar es cinco (las mejores condiciones macro), y el menor es cero (las peores).

Las variables / metas elegidas son: superávit comercial, inflación interanual menor a 25% al fin del período, crecimiento del PBI, índice de riesgo país por debajo de 1.000 puntos básicos y superávit fiscal.

Considerando este elemental indicador, la economía argentina disfrutó de buenos años luego de la crisis del 2002. Entre 2003 y 2005 crecía, contaba con superávits gemelos (comercial y fiscal), y tenía una inflación relativamente controlada.

La economía argentina disfrutó de
La economía argentina disfrutó de buenos años luego de la crisis del 2002. Entre 2003 y 2005 crecía, contaba con superávits gemelos (comercial y fiscal), y tenía una inflación relativamente controlada

Esta situación mejoró aún más entre 2006 y 2010 (con un intervalo en 2009) alcanzando la calificación máxima (5), cuando a ese marco se le agrega cierto reacomodamiento en las condiciones financieras y la Argentina logra reducir su riesgo país.

El 2010 fue el último año con nota máxima. A partir de ese momento, la macroeconomía argentina comenzó a deteriorarse de manera ostensible, con pausas muy específicas y limitadas. El primer pilar que se perdió fue el equilibrio fiscal. A partir de 2011 se encadenó una racha de trece años consecutivos de déficit fiscal (de mayor o de menor magnitud) que se terminaría rompiendo en 2024 si persiste la tendencia actual.

En cualquier caso, aunque no se cumpla con el resultado positivo en 2025 no caben dudas que la palabra equilibrio fiscal se ajusta con creces a la situación actual.

La palabra equilibrio fiscal se ajusta con creces a la situación actual

Claro que desde 2010 no se perdió solamente el equilibrio fiscal. Alternativamente se fueron extraviando la estabilidad de precios, el riesgo país, el superávit comercial y hasta la capacidad de crecer. El punto culminante de esta decadencia fue el año 2023, sin ningún activo macro, obteniendo una calificación de cero.

La novedad absoluta que vino con el 2024 es la recuperación del superávit fiscal, escoltado por su gemelo el resultado positivo del intercambio comercial con el resto del mundo.

Están dadas las condiciones para
Están dadas las condiciones para que en el año próximo la economía argentina alcance condiciones óptimas para un crecimiento robusto, sustentado en los superávits gemelos (EFE)

Están dadas las condiciones para que en el año próximo la economía argentina alcance condiciones óptimas para un crecimiento robusto. Desde el punto de vista de las variables analizadas, que el contexto macro se acerque a la mayor calificación posible.

Hay algunas variables que no ameritan mucha discusión. Efectivamente habrá crecimiento económico con superávit comercial y equilibrio fiscal (no habrá déficit al menos considerable).

Momento de oportunidades

Ya entrando en el terreno de las proyecciones más finas y de ciertas especulaciones, de persistir el éxito en las medidas antiinflacionarias se terminará el 2025 con una inflación interanual que se arrime al 25%, aunque no será una tarea sencilla.

La tendencia reciente a la reconsideración favorable de los activos argentinos en el contexto internacional y la consolidación de los fundamentals macro, prevén el afianzamiento a la baja del riesgo soberano.

Efectivamente el 2025 será un año de oportunidades. Relativamente domados los precios, con cuentas públicas sanas, el efecto de la irrupción plena de la energía como la nueva fuente de divisas en alguna medida comparable al agro podrá ser aprovechado con fuerza. Más aún en un contexto de normalización de las condiciones financieras, coexistencia natural de la Argentina en el ecosistema financiero global y expansión del crédito local.

No se puede soslayar que
No se puede soslayar que hay buenas expectativas respecto a una evolución bajista en el mundo de la tasa de interés y de aumento de los precios de las materias primas potencialmente atractivos (Bloomberg)

Por su parte, no se puede soslayar que hay buenas expectativas respecto a una evolución bajista en el mundo de la tasa de interés y de aumento de los precios de las materias primas potencialmente atractivos. Ambos son activos reales para la Argentina.

Las noticias desde el costado social, en definitiva, el más importante de todos, aún no son buenas. No sólo habrá que esperar a que la economía de sus frutos, sino que el Gobierno deberá extremar sus esfuerzos para mejorar la situación de la población en términos de pobreza y desempleo.

Las noticias desde el costado social, en definitiva, el más importante de todos, aún no son buenas

Por otro lado, la mera existencia de una prima de riesgo país aun rondando los 1.000 puntos básicos es prueba de que las dudas persisten.

El Gobierno y sus políticas necesitarán un espaldarazo electoral en 2025 y también en 2027. Sin embargo, pase lo que pase en términos de resultados políticos, ya hay un camino recorrido y un legado valorable. Siendo optimistas (y quizás un tanto ingenuos), difícilmente la sociedad esté dispuesta a tolerar otra vez en el corto o mediano plazo administradores dispendiosos y demagogos.

Un panorama como el presente invita a dejar atrás debates inconducentes y arcaicos que durante años mantuvieron a la Argentina encerrada en la intrascendencia. Dejar atrás tópicos cotidianos como la inflación, el default, la fecha de la próxima devaluación, los desbalances extremos, la estanflación y el cepo, por ejemplo, será una vuelta de hoja trascendental.

¿Logrará Argentina romper definitivamente el hechizo que la ha mantenido anclada en el pasado, desvinculada de principios occidentales que impulsan el progreso como la competitividad, la productividad y la innovación?

El autor es director de VDC Consultora

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