El jueves 17 de octubre el BCRA anunció medidas para influir en la disminución de las tasas de interés. Específicamente, elevó los encajes de 15% a 20% para los depósitos a la vista colocados por las billeteras virtuales y fondos comunes de inversión Money Market.
Con este requisito adicional de liquidez, la disponibilidad de fondos para ser invertidos se redujo en 5%, afectando el rendimiento que estos fondos pueden ofrecer. Así, la disminución directa de las tasas de interés fue estimada en 2% Tasa Nominal Anual. A una semana del cambio de normativa, las billeteras virtuales ajustaron los rendimientos que pagaban, en torno a 40% de TNA, y hoy pagan por debajo de 38 por ciento.
Al mismo tiempo, el BCRA habilitó a los bancos a colocar liquidez en caución bursátil a partir del 1 de noviembre. El propósito de esto es limitar la tasa de la caución en relación con la tasa de LEFI. Los bancos privados ahora pueden elegir dar caución cuando el rendimiento exceda al de la LEFI (40% TNA).
El BCRA habilitó a los bancos a colocar liquidez en caución bursátil a partir del 1 de noviembre
El efecto sobre las tasas de corto plazo no tardó en expandirse sobre toda la curva de tasa fija en pesos y los rendimientos de las Lecaps y Boncaps reaccionaron rápidamente.
Visto en términos mensuales, cuando la semana anterior, en la previa a los anuncios, los rendimientos de la curva estaban en torno a 3,7% mensual, una semana más tarde ya se vieron rendimientos de 3,4% a 3,5 por ciento.
Sin embargo, la caída en las tasas de interés no provino únicamente por el efecto que causaron los cambios del BCRA. Aunque vimos declaraciones difusas respecto de los tiempos que se tomarán para salir del cepo, desde la semana pasada las señales del Gobierno habían reforzado que no se apresurarían a levantarlo.
Esto fue evidente durante las “Jornadas Monetarias y Bancarias 2024″, un foro sobre política económica organizado anualmente por el BCRA, donde varios académicos y funcionarios sugirieron que los controles cambiarios se mantendrían hasta entrado el 2025. Esto afecta las tasas ya que, en la medida que se dilate la expectativa de flexibilizar el cepo, el riesgo de que el Gobierno tenga que subir la tasa de interés nuevamente para controlar un posible salto del dólar que acelere transitoriamente la inflación disminuye.
Por lo tanto, los incentivos a colocarse en tasa en pesos hoy aumentan, favoreciendo la demanda de estos instrumentos, presionando al alza el precio y comprimiendo la tasa de interés.
Los incentivos a colocarse en tasa en pesos hoy aumentan, favoreciendo la demanda de estos instrumentos, presionando al alza el precio y comprimiendo la tasa de interés
Una de las variables clave de esta ecuación es la tasa de inflación. Después del 3,5% de IPC de septiembre, los datos de alta frecuencia de octubre están viniendo mejor de lo esperado, con más consultores midiendo una cifra cercana o por debajo del 3%. A su vez, el dato de Inflación mayorista de 2% para septiembre también fue una sorpresa positiva.
De mantenerse en estos niveles, podríamos ver una reducción en el crawling peg que, hoy viaja al 2% mensual, más pronto que tarde. Una forma interesante para determinar si las expectativas de inflación efectivamente bajaron, más allá de lo que pueden indicar diferentes consultoras del mercado, es ver que sucede con la inflación implícita en los activos.
En otras palabras, cuál es el escenario que el mercado está pagando. La manera en que se mide esto es evaluando la inflación que dejaría a un inversor indiferente entre posicionarse en un instrumento que ajusta por CER (inflación) o un instrumento que paga una tasa fija en pesos (como una Lecap o un Boncap).
Concretamente, en las últimas ruedas, la inflación implícita se redujo considerablemente. A mediados de octubre, la inflación implícita rondaba el 2,9% promedio mensual para lo que resta del año, mientras que al cierre de esta semana llegó a posicionarse en 2,3%. Esto evidencia un descenso sustancial en las expectativas en tan solo una semana.
Para el año que viene, el nivel también bajó. La inflación esperada ahora se sitúa en torno al 2,2%, mostrando un descenso de 0,6% respecto de la semana pasada. Si bien la trayectoria inflacionaria está lejos de estar asegurada, la perspectiva se tornó más positiva.
Por ahora el optimismo respecto de la evolución de esta variable continúa y el mercado está pagando en consecuencia.
El autor es Team Leader de Estrategia de PPI