Imaginar el escenario electoral 2025 argentino sería pan comido para Ray Bradbury. Para los analistas políticos es directamente un deporte de riesgo. Resguardarse en los sondeos de opinión pública tampoco resuelve la ecuación, dada la performance heterogénea que vienen demostrando con los procesos electorales y principalmente por el momentum esquizofrénico que atraviesa la sociedad, más fácil de comprender para psicólogos y psiquiatras.
El rol preponderante de Javier Milei y Cristina Kirchner dentro de nuestro convulsionado sistema político, hace pensar que las elecciones de medio término del próximo año tienen más chances de ser polarizadas que de tercios. Ambos referentes antagónicos se necesitan aún más allá de lo que se animen a confesar. Esta probable polarización tiene dos víctimas concretas: el PRO de Mauricio Macri y la UCR, partidos a los que cuesta hoy imaginar compitiendo en alianza, dañando con esta ruptura también las posibilidades de la Coalición Cívica.
Bajo el supuesto entonces de una elección que se polariza, ¿es posible aventurar resultados? O, dicho en otras palabras, dado que el año que viene se definen 127 bancas nacionales en Diputados y 24 en el Senado, ¿es posible imaginar el próximo Congreso? La respuesta es sí, pero asumiendo los riesgos que conlleva pronosticar con un año de anticipación y siendo la primera elección con Boleta Única Papel (que agrega dramatismo e incertidumbre).
En este reporte se realiza una simulación electoral a 2025 usando como base a los resultados electorales de 2023, último dato conocido sobre el cual aventurar hipótesis. Fruto de dicha simulación, hay tres escenarios posibles: 1) uno de punto de partida, que lo otorgan las PASO; 2) otro de tercios, que lo reflejan las Generales; y 3) un tercero de polarización y techo electoral, definido por el Ballotage.
Diputados: problemas para la oposición, oxígeno para el oficialismo
Lo primero que se observa es que, bajo cualquier escenario de voto, La Libertad Avanza es el único bloque que crecerá abultadamente en cantidad de miembros. Es una conclusión un tanto obvia, dado que solo pone en juego 8 bancas. Con esto se acerca a un nivel de independencia que hoy carece.
Por el contrario, para el resto de los bloques políticos las noticias no son buenas, porque todos perderían miembros, lo cual permite imaginar una Cámara de Diputados más gobernable para el oficialismo.
En los tres escenarios se mantienen relativamente estables los bloques “Encuentro Federal” (aunque con pérdida de escaños), “Innovación Federal” y el resto de los bloques pequeños. Sufren una pérdida proporcional significativa la “Coalición Cívica” y el “FIT”.
Lo más relevante de estos escenarios se advierte cuando se mira a “LLA” aisladamente, ya que los incentivos para rehuir alianzas quedan manifiestos: su peor cosecha es de 71 bancas y la mejor de 89. De nada le sirve negociar lugares en las listas cuando por sí mismo tendría la posibilidad de fidelizar su potencia legislativa.
Esto cobra más peso cuando se suman las bancas de “LLA” y “PRO”: en ningún caso se llega al quórum propio, una meta que bien valdría un análisis de coalición para los estrategas oficialistas. En el escenario de partida tendrían 109 bancas; en el de tercios 100 y en el polarizado 117.
Las mermas principales ocurren cuando se proyecta el escenario polarizado entre “LLA” y el peronismo: la “UCR” y el “PRO”pierden 38 bancas. Esto abre la hipótesis de que quizás los meses por delante obliguen a estos viejos socios a reconsiderar su distanciamiento actual para morigerar las pérdidas: si fueran juntos incluso también con la “Coalición Cívica”, perderían en el agregado menos bancas. Cuando de sistema D’Hondt se trata, la unión hace la fuerza.
Para “LLA”el escenario polarizado entregaría un botín muy valioso: sería capaz por sus propios medios de obtener el tercio de bloqueo que hoy consigue negociando con el “PRO”, una fracción de la “UCR”, el “MID” y los bloques de los gobernadores (“Innovación Federal”, “Independencia” y “Por Santa Cruz”). Tercio de bloqueo que le ha permitido sostener los vetos sobre jubilaciones y financiamiento universitario; pero que también obtura un posible juicio político.
Se adelanta una conclusión apetecible para la mirada economicista del gobierno: con cualquiera de estos escenarios los “costos” para la sanción o bloqueo de leyes serán menores a los que tiene que afrontar hoy. Este “ahorro”, producto de incrementar sus miembros puros, sería un aporte fundamental en el esquema de gobernabilidad.
En el Senado la polarización tiene premio para La Libertad Avanza
Al igual que en Diputados, el único bloque que crecerá es “LLA”. En el próximo turno electoral no arriesga ninguna banca. Este incremento en cantidad de legisladores le dará otra holgura y otro peso al oficialismo, así como también un escenario muy distinto para las ambiciones políticas de la vicepresidenta Villarruel: el incremento de senadores leales a Milei es inversamente proporcional a su peso específico.
Los bloques “Innovación Federal”, “Por Santa Cruz” y “Libertad, Trabajo y Progreso” no ponen en juego ningún escaño.
A las fuerzas provinciales los escenarios de tercios les convienen más que el polarizado, pero así y todo no lograrían sumar bancas. Son los casos de Neuquén y Río Negro. Producto de ello no sería descabellado pensar que elijan formar coalición con otros partidos para intentar lograrlo. En el caso de polarización esta situación se vuelve aún más dramática.
Otra provincia para observar de cerca es Santiago del Estero, dado que el oficialismo puede perder el tercer senador: Zamora fue capaz en 2023 de quitar de la competencia a “LLA”, pero ahora los libertarios están formalizando el partido distrital (algo que no tuvo la elección pasada). De esta manera, el oficialismo provincial perdería una banca, dado que en un escenario de elecciones holgadas lograban quedarse con las dos de mayoría y con la correspondiente a la oposición.
En los escenarios cercanos a elecciones de tercios, los bloques que proporcionalmente más miembros pierden son la “UCR” y “Provincias Unidas”. Las mermas del “PRO” y “Frente de Todos” son escasas.
Cuando se observa el escenario polarizado es donde se ve un incremento muy importante de bancas para el oficialismo, pero en número aún insuficiente para lograr el tercio de bloqueo (24) y muy lejano al quórum (37). Pero, aun así, negociando con los bloques de los gobernadores sería suficiente para impedir que la oposición reúna los dos tercios. En esta Cámara también podría prescindir del “PRO”.
Una vez explorados los posibles escenarios se evidencia que muchos gobernadores intentarán formar alianzas con La Libertad Avanza para intentar tener más legisladores que les respondan y de esta manera incrementar su capacidad de negociación con el poder central.
Visto desde la perspectiva de los estrategas libertarios y de los profetas de la “batalla cultural anti casta”, los incentivos a establecer esas alianzas son cercanos a cero, dado que si Milei sostiene el nivel de apoyo electoral que lo hizo presidente (por el momento también reflejado en las encuestas), puede hacer una muy buena elección y robustecer su tropa legislativa sin necesitar de nadie por fuera de su fuerza política.
Capítulo aparte merecen las proyecciones para la UCR y el PRO, que acompañado de la pérdida de bancas y por lo tanto de poder específico, verán reducido o esfumado el grado de dependencia que hoy tiene el gobierno con ellos.
Quizás esto también permita entender el comportamiento errante del PRO en el Congreso por estos días, que es socio en las pérdidas del gobierno y convidado de piedra en las ganancias. Cualquiera de los tres escenarios de este reporte permite advertir el estado de necesidad del partido que supo gobernar la Nación, Buenos Aires y CABA en 2015 y que desde entonces pierde posiciones de poder.