¿Qué hace Milei?

¿Escuela austriaca, ortodoxia o heterodoxia?

Javier Milei

Hans-Hermann Hoppe es un intelectual influyente en círculos libertarios y conservadores. Autor de numerosos libros y artículos, es admirado por su defensa del anarcocapitalismo, de los límites a la inmigración, y (aunque algunos aquí trazan la línea) también por su intolerancia hacia algunas orientaciones sexuales.

Fue curioso que hace pocos días un reconocido think tank liberal le otorgara el “Premio Una Vida por la Libertad”, siendo que algunas de sus ideas son más conculcadoras de la libertad que emancipadoras.

No obstante, no es por esto que Hoppe es noticia en Argentina, sino que su nombre ha cobrado relevancia por las duras críticas que le hizo a la gestión de Javier Milei. La crítica cobró más importancia en la medida que el propio presidente se ha definido en numerosas ocasiones como anarcocapitalista (al menos “en el largo plazo”), y ha mostrado admiración por este pensador alemán.

Críticas anarcocapitalistas

¿Qué dijo Hoppe de Milei? En una reciente conferencia, el sociólogo y también economista, referente moderno de la llamada “Escuela Austriaca de Economía”, criticó la gestión de Milei por no estar siguiendo como debería, las ideas de esta tradición de pensamiento económico.

Es que, según Hoppe, para que un anarcocapitalista formado en la Escuela Austriaca pueda darle su aprobación al gobierno de Milei, éste debería haber:

  1. Eliminado absolutamente todos los controles de precios (y, por lo tanto, también el control de cambios),
  2. Liberado completamente el mercado de trabajo, eliminando cualquier tipo de regulación existente,
  3. Despedido mucho más personal de la Administración Pública,
  4. Bajado los impuestos (en lugar de subirlos, como se hizo al inicio con el impuesto PAÍS)

Finalmente, Milei debería haber eliminado el Banco Central. Si este hubiera sido el caso, Hoppe afirma temerariamente, la inflación ya habría desaparecido.

Hoppe, sociólogo y también economista, referente moderno de la llamada “Escuela Austriaca de Economía”, criticó la gestión de Milei por no estar siguiendo como debería, las ideas de esta tradición de pensamiento económico

En efecto, si es por comparar lo hecho hasta el momento con algunas propuestas de la Escuela Austriaca de Economía, el curso forzoso no debería existir (Hayek, 1976), el Banco Central tampoco (Rothbard, 1983), los bancos comerciales deberían poder emitir sus propios billetes (Selgin, 1988), los caminos y autopistas deberían ser todos privatizados (Block, 2006), la educación, en su totalidad, también (Richman, 1995), al igual que el sistema jubilatorio (Huerta de Soto, 2006). Todo esto, claro redundaría en un tamaño del estado significativamente más chico, casi del 5% del PBI (Rallo, 2017).

No obstante, ocurre que, en primer lugar, vivimos en una democracia republicana con división de poderes… Es decir, no se puede hacer todo lo que el presidente quiere, de la forma que el presidente lo desea. Esto, que podría parecerle un problema a los que ahora siguen a Milei, es una salvaguarda. Es que nadie sabe lo que pueda pasar en el futuro, y los límites al poder, si bien a veces pueden frenar (o demorar) reformas necesarias, también estarán ahí para detener las reformas innecesarias e incluso perjudiciales.

En cualquier caso, lo que ha hecho hasta el momento el presidente libertario no impresiona al teórico anarcocapitalista alemán. En un pasaje de su discurso, sostiene: “El veredicto para la política interna de Milei es que estoy muy a favor de lo que hizo, pero sus reformas están muy lejos de ser deslumbrantes… Están más en la línea de, digamos, Reagan o Tatcher. Pero en términos del programa de un anarcocapitalista, no es la gran cosa”.

¿Por qué la referencia a Ronald Reagan y Margaret Tatcher, presidentes de Estados Unidos e Inglaterra durante la década de los ‘80?

Si tenés déficit, alta inflación y no tenés fuentes genuinas de financiamiento, hay que hacer un ajuste. Dos más dos es cuatro

Porque se considera que estos líderes fueron los que impulsaron, en su momento, reformas “pro mercado”. En efecto, fue durante la presidencia de Reagan que, gracias a la política monetaria más dura del presidente de la Reserva Federal (Paul Volcker), la inflación bajó desde los niveles más altos que habían alcanzado en la historia moderna. Además, Reagan bajó impuestos y buscó desregular la economía, en línea con la tarea que hoy en día lleva adelante Federico Sturzenegger.

Manual ortodoxo, con notas heterodoxas

¿Qué hace entonces Milei? ¿Es un presidente que gobierna con el “Manual de la Escuela Austriaca y el Anarcocapitalismo”? ¿Será que simplemente usa el libro de las políticas ortodoxas tradicionales? ¿O es que, incluso en algunas instancias, hace uso de cierta heterodoxia también?

En realidad, si lo evaluamos por su foco central en que debe corregirse el agujero fiscal a como dé lugar, veremos que existe un amplísimo consenso entre economistas de todos colores de que ese foco es correcto y que ese rumbo debe mantenerse. Acá coinciden los austriacos, los de la escuela de Chicago, y los de la Universidad de Buenos Aires… al menos en términos conceptuales.

Si tenés déficit, alta inflación y no tenés fuentes genuinas de financiamiento, hay que hacer un ajuste. Dos más dos es cuatro.

Si lo evaluamos por el fin de los controles de precios en los supermercados, la liberación del precio de los combustibles, y el ajuste (gradual) de tarifas de servicios públicos, la gestión Milei tampoco se diferencia mucho del saber económico convencional o la ortodoxia. Es que cualquier libro de introducción a la economía establece claramente que los controles de precios generan faltantes y reducen el bienestar de los participantes de un mercado.

¿Qué queda entonces de la escuela austriaca y el anarcocapitalismo? Queda, sin duda, el discurso y la promesa de que Argentina va a ir convirtiéndose en un país mucho más libre

Ahora bien, ¿qué pasa con el cepo? Según el gobierno, el cepo cambiario se mantiene porque se quieren evitar episodios disruptivos en materia cambiaria que puedan generar un salto de la tasa de inflación y, por tanto, una nueva caída de los salarios reales. Esta afirmación se hace conjuntamente con la afirmación de que el gobierno no emite más pesos y que “se cerraron las canillas de la emisión monetaria”.

Pero: ¿Cómo es posible que, si se cerraron las canillas de la emisión monetaria, pueda igualmente estar en riesgo la baja de la inflación? Curiosamente, fue un economista estrella de la heterodoxia económica, el Dr. Julio Hipólito Guillermo Olivera, quien en 1960 planteó que, en ocasiones, la inflación podía tener causas no monetarias. El planteo de Olivera podría aplicar bastante bien a la idea de que si salimos del cepo y el dólar pega un salto de, digamos, 20%, 30% o 40%, entonces durante el mes del evento o en el siguiente, soportaremos una tasa más alta de inflación.

El gobierno, al sostener el cepo, también les concede el punto a los economistas heterodoxos.

¿Qué queda entonces de la escuela austriaca y el anarcocapitalismo? Queda, sin duda, el discurso y la promesa de que Argentina va a ir convirtiéndose en un país mucho más libre, donde el estado tenga un rol cada vez más reducido en la economía y la vida de las personas.

Pero las transiciones son otra cosa. Y en el caso de la nueva política económica argentina, hay de todo. Escuela austriaca, ortodoxia y hasta heterodoxia se dan la mano en el camino que va desde el descontrol total hacia una normalidad mayor.

Para Hoppe esto puede ser una mala noticia… Pero para los mercados internacionales y los emprendedores y trabajadores argentinos que solo desean un país un poco más ordenado y normal para vivir y proyectarse, tal vez no tanto.

El autor Investigador Asociado del centro FARO de la Universidad del Desarrollo, en Chile, profesor universitario y consultor de empresas