El concierto en Salzburgo: Dudamel lidera la Sinfonía Alpina con Asmik Grigorian y la Filarmónica de Viena

En la majestuosa Grosses Festepielhaus, Gustavo Dudamel condujo la orquesta vienesa en un emocionante recital con piezas de Richard Strauss y la soprano Asmik Grigorian

Guardar
Gustavo Dudamel condujo la orquesta vienesa en un emocionante recital con piezas de Richard Strauss y la soprano Asmik Grigorian
Gustavo Dudamel condujo la orquesta vienesa en un emocionante recital con piezas de Richard Strauss y la soprano Asmik Grigorian

El 24 de agosto de 2024, con el marco de la imponente sala Grosses Festepielhaus de Salzburgo, la Orquesta Filarmónica de Viena interpretó dos obras del compositor Richard Strauss. Fueron la Sinfonía Alpina y las Cuatro últimas canciones, con la participación de la soprano Asmik Grigorian. La batuta estuvo a cargo de Gustavo Dudamel.

La Sinfonía Alpina es una obra descriptiva, en el caso, un paseo en la montaña desde antes del amanecer (que suena el Oro del Rihn) hasta la caída de la noche. Es muy probable que Strauss concibiera por primera vez la idea de una sinfonía alpina después de participar en una expedición que se propuso alcanzar la cumbre de Heimgarten (una montaña cerca de Ohlstadt en los Prealpes Bávaros del sur de Alemania). Los primeros esbozos que aparecen son en 1899 bajo el título: Künstlertragödie (Tragedia de un artista). La aventura incluye ríos, praderas e incluso una partida de caza. La obra cuenta con 22 partes en una de las cuales, se simboliza la aurora con el canto de los pájaros, en otra la tormenta, el glaciar en una, el atardecer y así, distintas alternativas que suceden en el derrotero. Hay un sonido triunfal cuando los excursionistas alcanzan la cima y turbulencia cuando son sorprendidos por aquella tormenta en el descenso. Su duración es de 47 minutos.

En lo que hace a la otra parte del concierto, aunque con la ópera Capriccio Strauss había decidido su “canto del cisne”, siguió reflexionando sobre música propia y de otros, de resultas de lo cual surgen Las Cuatro últimas canciones. Tres son acerca de poemas de Herman Hesse y una sobre un poema de Eichendorff, siendo estas canciones sí efectivamente su despedida. Fueron compuestas en 1948 y falleció en 1949. En ellas logra hacer de la voz un instrumento más de la orquesta cuando en rigor, no lo es. Son consideradas el último capítulo en la literatura lírica postromántica. Con ellas se cierra una larga tradición musical.

Con relación al poema de Joseph von Eichendorff, Strauss comenzó escribiendo lo que sería la cuarta canción del ciclo, Im Abendrot, el invierno de 1946, completándola en 1948. La partitura comienza con una explosión de sonido absolutamente brillante generada por una gran orquesta. Luego, canta la soprano sobre el resto que viene después de una larga vida juntos. Entonces, la energía parece agotarse poco a poco, y mientras los metales bajos cantan el motivo de la transfiguración del poema sinfónico Muerte y transfiguración, la soprano se pregunta si no será la muerte, entonces con la flauta, como dos alondras volando en el cielo, sugieren el vuelo de las almas.

Asmik Grigorian (12-5-1981) Lituana, soprano, descolló como Salomé y Madama Butterfly, entre otros roles. Estudió música en la Academia Lituana de Música y Teatro y se graduó en 2006. En su debut en el Festival de Salzburgo en agosto de 2017, cantó Marie en la ópera Wozzeck de Alban Berg. Las cuatro canciones proveen un despliegue ideal para sopranos, rodeada por una gran orquesta sinfónica con notables intervenciones de la trompa. Adrede hemos comentado en detalle en párrafo anterior parte de la última canción por ese cambio que va desde la gran energía hasta la vela que se está por apagar, dado que Grigorian lo hizo de modo muy convincente, vocalmente impecable y con notable musicalidad.

Para la anécdota, las interpretaciones más famosas de la obra se deben a Jessye Norman (aunque wagneriana, su timbre imperial se adaptó bien al rol), Kiri Te Kanawa, Montserrat Caballé y Renée Fleming, entre otras.

Gustavo Dudamel

Gustavo Dudamel, compositor y director de orquesta venezolano
Gustavo Dudamel, compositor y director de orquesta venezolano

Sus cualidades y su compromiso permanente lo han colocado entre los grandes directores contemporáneos a nivel mundial. Es músico, compositor y director de orquesta venezolano. Inició estudios de música bajo la tutela de su padre, Óscar Dudamel, en su ciudad natal de Barquisimeto, Estado Lara, Venezuela. A la edad de cuatro años, comenzó a estudiar violín, luego composición musical. Egresado del Conservatorio Jacinto Lara, en 1995 estudia dirección musical y durante muchos años fue concertino de la Sinfónica Infantil de Venezuela.

Por citar algunos de sus tantos logros, recibió cinco premios Grammy por sus álbumes musicales. Condujo a la Filarmónica de Viena, cuya actuación hoy anotamos, por primera vez en 2007 en Lucerna y en 2017, por elección de dicha Orquesta, estuvo con la batuta frente a ella en el tradicional Concierto de Año Nuevo en Viena, convirtiéndose en el director más joven en participar en dicho célebre evento. Como director invitado de la Orquesta Filarmónica de Nueva York se le concedió el honor de dirigirlos con la batuta que utilizó Leonard Bernstein toda su vida. Directores de fama mundial lo reconocieron, por caso Simon Rattle y Claudio Abbado quienes aceptaron invitaciones para dirigir la Orquesta Simón Bolívar en Venezuela que él mismo condujo durante años.

En 2019, se le entrega su estrella en el paseo de la fama de Hollywood siendo el único director de orquestas hispano en lograrlo hasta la fecha. Ese mismo año fue reconocido por la Fundación Konex (Argentina) con el Premio Konex Mercosur como una de las figuras más sobresalientes de la Música Clásica en América Latina, galardón que se entrega cada 10 años a dicha actividad. El 16 de abril de 2021, fue nombrado director musical de la Ópera de París, cargo al que renuncia en 2023. El origen del poder es externo, el cargo, la función pero la autoridad es subjetiva, proviene del interior de la persona y Dudamel cuenta con ella.

Posee todas las cualidades de liderazgo, formación musical, precisión en la gestualidad, tanto como un fluido manejo en la comunicación no verbal. Por otra parte, mantiene un hilo conductor con todos y cada uno de los músicos. La orquesta logró un sonido pulcro, armónico y de gran calidad. Dudamel en el podio fue artífice de ello lógicamente y reconoció públicamente la labor de cada músico en el cierre. La voz de Grigorian lució como una de las grandes voces, logrando brindar en conjunto un espectáculo de alta categoría. Fue un gran homenaje a Richard Strauss.

Guardar