Algo huele a podrido

El ansia desmedida del poder y el egoísmo de concentrar el juego en la mesa chica llevarán a Milei a perder todo en manos de quien quiso combatir

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Javier Milei (EFE)
Javier Milei (EFE)

Mientras desayunaba, escuchando las melosas sandeces de Yuyo relatando sus correrías por los balcones de la pequeña Verona de Olivos, donde transcurren los más increíbles momentos de amor dignos del compañero Shakespeare, entre sudores gimnásticos y cataratas de una sustancia melosa como esos fluidos que hace tiempo no aparecían, y Julieta los cuenta como un logro más del liberalismo, me puse a pensar en Romeo, que cada vez se acerca más a lo que pienso desde hace 8 meses. Ahiiii Romeo, Romeo, la soledad de las malas compañías te está llevando a perder la seducción y convertirte en el hazmerreír de los Capuletos.

El ansia desmedida del poder y el egoísmo de concentrar el juego en la mesa chica te van a llevar a perder absolutamente todo en manos de quien quisiste combatir. Todos los días quiebras una lanza con los aliados, te van dejando solo, los que te ayudaron a llegar, y tus pactos cada día se acercan más a asociarse con lo peor de la casta.

Mi querido Romeo, traslademos tu historia a nuestros días a ver si lo entendés. El PRO se está armando para cortarse solo, los radicales son pocos, muy pocos, y escuchan ofertas, el peronismo ortodoxo se está reagrupando, la izquierda sigue a cualquiera por un par de bancas, solo te queda la agrupación de Maléfica, que cuando haga falta te va a respaldar a cambio de la impunidad.

Resumo: Karina, la que no quería hacer nada, se prepara para salir a la cancha contra Cristina y así definir tu oposición y polarizar el 2025, dejando a los demás afuera.

Mi querido Romeo, anti casta, cada día me doy más cuenta de que ese personaje inventado por empresarios también tuvo un padre político al que te le fuiste de las manos y, siguiendo con la beta literaria, más que Romeo y Julieta suspirando entre los yuyos reverdecidos, pareciera ser la historia del varón Frankenstein.

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