Maduro se robó la elección

Si los venezolanos en su mayoría están claros de que la lucha hoy se mantiene intacta al igual que la esperanza, pues el liderazgo opositor debe seguir empujando en esa misma dirección, sin distracción del objetivo que es cobrar y que comience oficial y legalmente la transición

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El dictador venezolano Nicolás Maduro en un evento en Caracas el 28 de agosto del 2024. (Foto AP/Ariana Cubillos)
El dictador venezolano Nicolás Maduro en un evento en Caracas el 28 de agosto del 2024. (Foto AP/Ariana Cubillos)

El sábado 28 de septiembre a dos mes de la elección presidencial en Venezuela, podemos ratificar que Edmundo González Urrutia le ganó de forma abrumadora con 7.303.480 votos, según las actas procesadas por el Comando Con Vzla y que los obstáculos que puso el régimen para que no se realizaran tales comicios, de nada les sirvió.

Ese 28 de julio ya pasado el mediodía, Maduro tuvo en sus manos el segundo corte de los exit poll que reflejaban los números de una derrota inminente, por lo que junto a su entorno comenzó a ejecutar el plan que lo diera ganador, daba igual robarse un voto o robarse 3.316.142 (cifra del Comando Con Vzla), huyó hacia adelante y de forma express se dio ganador.

A partir de las 5.00 de la tarde y con el avance de los resultados adversos en sus manos, Maduro optó por escamotear el resultado.

Lleno de ira e insultando a Jorge Rodríguez y a Diosdado Cabello por igual, a quienes culpó de su derrota en las urnas, ordenó a Elvis Amoroso, presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE) que preparara el zarpazo a los resultados, sin menoscabo de la reacción en lo interno ni de la comunidad internacional.

Luego vino el 29 julio con protestas espontáneas donde literalmente bajaron los cerros de Caracas, llegaron hasta las cercanías del palacio de Miraflores y el régimen ordenó la operación de cárcel para todo aquel que estuviera en contra del robo, y es así como se ejecutan más de dos mil detenciones entre las cuales se encuentran todavía menores de edad, mujeres y dirigentes políticos; el objetivo era desarticular la protesta contra el robo electoral.

Pese a esto, la oposición liderada por María Corina Machado y Edmundo González, presidente electo de Venezuela, mantiene el reclamo para que el CNE publique todas las actas del proceso del 28 julio y se respete la soberanía popular que abrumadora y libremente votó por el cambio.

Un reciente estudio de opinión que se efectuó por la plataforma WhatsApp el 17 de septiembre con una muestra representativa de casi 1900 respuestas refleja que el 81.3% de los encuestados ven como positivo el exilio de Edmundo González; el 78.4% tiene mucha esperanza de que el cambio se dará a corto plazo; el 82.2% confía en el liderazgo de María Corina Machado; y el 71.5% confía en el liderazgo de Edmundo González.

Así que por más que quiera Nicolás Maduro hacer vender normalidad y que resultó ganador el 28 de julio, no le ha dado resultado en lo interno ni tampoco en el plano internacional; pues vemos que hasta los presidentes de Colombia, Gustavo Petro; y de Brasil, Luis Ignacio Da Silva, no reconocerán a Maduro si no muestran las actas.

La denuncia del fraude electoral de Maduro llegó a escenarios como la Unión Europea y a la Asamblea General de la ONU, en voces como las del presidente de Paraguay, Santiago Peña, quien ratificó el apoyo a los venezolanos ante el fraude cometido por Maduro, recordando que “la democracia es simplemente innegociable”.

Igual que la posición firme del presidente de Chile, Gabriel Boric, al señalar: “En Chile estamos atentos por la situación de Venezuela, estamos frente a una dictadora que se robó una elección y que persigue a la oposición, se requiere de una política negociada”.

Para Maduro y su entorno es una tragedia seguir navegando en una mentira que no tendrá reconocimiento ni hoy y mucho menos el 10 de enero de 2025, fecha en la que termina constitucionalmente el mandato. Es irrelevante caer en la discusión de si Edmundo González debe juramentarse, en mi criterio ya es el Presidente electo por los venezolanos así que ya tiene el reconocimiento.

Si los venezolanos en su mayoría están claros de que la lucha hoy se mantiene intacta al igual que la esperanza, pues el liderazgo opositor debe seguir empujando en esa misma dirección, sin distracción del objetivo que es cobrar y que comience oficial y legalmente la transición.

Elie Wiesel, premio Nobel del La Paz 1986 decía: “Juré nunca mantenerme en silencio cuando los seres humanos soportasen sufrimiento y humillación. Siempre debemos tomar parte. La neutralidad ayuda al opresor, nunca a la víctima… Lo contrario del amor no es el odio, es la indiferencia. Lo contrario de la belleza no es la fealdad, es la indiferencia. Lo contrario de la fe no es la herejía, es la indiferencia. Lo contrario de la vida no es la muerte, es la indiferencia ante la vida y la muerte”.

Hoy más que nunca el mundo no puede ser indiferente ante la situación que vive Venezuela, el 28 de julio Maduro cometió el mayor fraude desde aquel plebiscito en el cual Jovito Villalba derrotó a Pérez Jiménez en una elección y por más que no quiera, más temprano que tarde tendrá que aceptarlo.

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