En el marco del Día Nacional de la Conciencia Ambiental, que se celebra todos los 27 de septiembre, es importante reflexionar sobre la gran responsabilidad que tienen las empresas en el Cuidado del Medio Ambiente y de las personas.
Esta efeméride recuerda la tragedia ocurrida en Avellaneda en 1993, en la que 7 personas fallecieron como consecuencia de un escape de gas cianhídrico que salió por las rejillas de la vivienda familiar, como consecuencia de que una empresa había volcado en la red cloacal domiciliaria sus residuos industriales.
La “conciencia ambiental” implica conocer qué es el ambiente, cuáles son los problemas ambientales contemporáneos y qué podemos hacer desde cada uno de nuestros lugares para revertir o mejorar las respectivas condiciones. Se trata de tener conciencia sobre la conveniencia de actuar con respeto y compromiso en los lugares en que nos toca vivir, teniendo siempre presente que el daño que le hacemos al ambiente nos lo hacemos a nosotros mismos y a las generaciones futuras.
Empresas responsables
Para que se pueda considerar que una empresa está en el camino de la sustentabilidad, hoy debe demostrar que posee procesos de gestión que aseguran la calidad de sus productos, que considera el impacto ambiental de sus actividades y el impacto social en sus empleados y en la comunidad. Todo ello enmarcado en prácticas de buen gobierno corporativo, haciendo de la ética y la integridad la manera de operar con absoluta transparencia.
La “conciencia ambiental” implica conocer qué es el ambiente, cuáles son los problemas ambientales contemporáneos y qué podemos hacer desde cada uno de nuestros lugares para revertir o mejorar las respectivas condiciones
La sustentabilidad entonces, no se limita solamente al tema ambiental: el impacto de las empresas en la sociedad se verá también en el genuino cuidado de los eslabones pequeños de la cadena de valor, los empleados y las diversas minorías.
Es clave llevar adelante una transformación positiva en el área de influencia de la compañía, aportando valor económico, social y ambiental a las comunidades con las que se trabaja. Algunas premisas que no deben faltar son: promover el desarrollo local con foco en la nutrición, en la salud y en la educación; atender en forma prioritaria a los colaboradores e invertir en mejoras operativas que tengan un impacto positivo en las comunidades locales.
Certificaciones y reducción de emisiones
La incorporación de certificaciones tanto nacionales como internacionales en el proceso de producción implica asumir compromisos, que están orientados a mejorar los sistemas de gestión con miras a la sostenibilidad.
Es clave llevar adelante una transformación positiva en el área de influencia de la compañía, aportando valor económico, social y ambiental a las comunidades con las que se trabaja
Otro punto crucial es la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por su sigla en inglés) son los compromisos asumidos por los países que forman parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y que deben llevar a cabo ya sea para reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) (acciones de mitigación) o para adaptarse a los impactos producidos por ese fenómeno (acciones de adaptación).
En este sentido, el rol de las empresas es crucial, porque, en definitiva, gran parte de las acciones incluidas en las NDC’s de los países son llevadas a cabo por las compañías que operan en éstos. Y es por ello que se convierten en el motor de cambio para lograr efectos a largo plazo beneficiosos para el cuidado del planeta.
Si bien los desafíos son muchos, es clave que todas las compañías pongan el Foco en la Sustentabilidad para sostener su actividad económica, considerando factores sociales y medioambientales, y haciendo de su gestión, una acción responsable con los recursos.
El autor es CEO de San Miguel Global